

¡Actualidad! Tan fugaz/ En su cogollo y su miga,/ Regala a mi lentitud/ El sumo sabor a vida. Jorge Guillén
José Garay, profesor de la Universidad de Zaragoza, presenta el séptimo desafío de EL PAÍS con el que celebramos el centenario de la Real Sociedad Matemática Española. Las respuestas pueden enviarse a problemamatematicas@gmail.com antes de la medianoche del lunes 2 de mayo (00.00 horas del martes). Entre los acertantes sortearemos una biblioteca matemática como la que ofrece cada semana EL PAÍS. Este domingo, por 9,95 euros con el periódico en el quiosco, La cuarta dimensión, de Raúl Ibáñez.
Nota importante: Para evitar dudas y en atención a nuestros lectores sordos, incluimos a continuación el enunciado del problema por escrito.
Enunciado: Sabemos que al pulsar las teclas blancas de un piano se reproducen periódicamente las siete notas de la escala musical Do, Re, Mi, Fa, Sol, La y Si. Por lo tanto aunque el piano tenga muchas teclas, solamente podemos escuchar las siete notas de la escala, eso sí, en diversas octavas. Los pianos reales tienen un número limitado de teclas, pero para nuestro problema vamos a imaginar un piano con un teclado tan largo como nos sea necesario. E imaginaremos que pulsamos SÓLO las teclas blancas.
Primero pulsamos el primer Do que tenemos por la izquierda. A continuación pulsamos la siguiente tecla, que naturalmente será un Re. Luego saltamos una tecla y tocamos el Fa. Ahora saltamos dos teclas y tocamos el Si. Seguidamente saltamos tres teclas y tocamos el Fa, ya en la segunda octava. Y continuamos el proceso saltando cada vez una tecla más que la vez anterior. Como hemos supuesto que nuestro piano tiene tantas teclas como queramos supongamos que hemos llegado a tocar 7.000 teclas. Y hacemos dos preguntas:
1. ¿Cuántas teclas habremos tocado que corresponden a la nota Do?
2. ¿Habrá alguna nota que no haya sido pulsada en ningún momento?
Aclaración: Por si acaso alguien se confunde y piensa que nuestro piano tiene solo 7.000 teclas, hemos de insistir en que 7.000 es el número de teclas que tocamos, y dado que entre dos teclas pulsadas hay muchas que no se tocan, se deduce que nuestro imaginario piano tiene muchas más que esas 7.000. Y aunque este número no es necesario para resolver el problema podemos afirmar que el piano debe tener unos 24 millones y medio de teclas blancas.
En este enlace hay un vídeo que no hay manera de que te comparta en esta entrada. Ánimo. Diviértete.
Isabel Matta Bazán (Lima, 1971)
Estudió Comunicación Social y Educación en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y diplomada en Educación Pública por la Universidad Ricardo Palma. Destacada poeta perteneciente a la promoción de los “noventa” y ex integrante del Grupo poético Neón. Autora de los poemarios “Soledad Nuestra” (1999) y “Reina Moribunda” (2005). Ganadora de los Juegos Florales del Pedagógico San Marcos (2000) y del concurso EROS de poesía de la región Puno (2005).
Ronald Calle Córdova (Cajamarca, 1982)
Licenciado en Educación, especialidad de lengua y literatura por la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque. Miembro del Grupo Literario Lambayecano “Signos”. Autor de los poemarios "Agonía Compartida" (2007) y "Abandono del Hastío" (2010). Obtuvo el Primer Premio Regional de Poesía 2006 y el Premio Internacional "A Quijotear"- Melilla, España (2005).
Rosakebia Estela (Chiclayo, 1990)
Estudiante de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, Lambayeque. Es una de las voces más promisorias de la poesía chiclayana última. Ha obtenido el Primer puesto del “XI Concurso Regional de Poesía”, Juegos Florales Municipales- Chiclayo – 2009; Primer puesto Concurso Poesía Taiwán, 2010; Primer puesto VII Concurso Internacional Literario Conglomerado Cultural “José Eufemio Lora y Lora & Juan Carlos Onetti 2010; Tercer puesto en el I Concurso Internacional de Nano Literatura, Venezuela, 2010; Primera Mención Honrosa, Premio Nacional de Poesía Ciudad de Huamachuco, 2010; y Ganadora del Concurso Internacional de Poesía Latin Heritage Foundation, 2011.
Fernando Odiaga (Chiclayo, 1970)
Es uno de los más lúcidos intelectuales de la movida literaria chiclayana. Ha publicado poemas en las revistas “Cometa de papel” de Arequipa y el fancine “De cabeza” de Chiclayo. La mayor parte de su producción permanece inédita. Está a punto de graduarse como profesor de filosofía en la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque.
El suguiente es un poema de Ronald Calle:
Él ya no corre al espejo cuando despierta.
Teme la acusación por las mañanas
de las miradas que jamás espera.
Para evitar el peso de la infamia,
desde los rincones de su habitación.
se viste como todos
abandona su casa
se ocupa en un trabajo.
Luego vuelve hacia lo inevitable,
al gran silencio que le grita:
ya no eres el mismo
jamás serás el mismo
Garamondo (poemas visuales bailongos) from Rodolfo Franco on Vimeo.
Homenaje al tipógrafo francés del siglo XVI Claude Garamond y a la elegante tipografia que lleva su nombre con una serie de poemas visuales bailongos acompañado de la canción "Tupí topou sambar" de Comando Macondo cuyo movimiento es hecho en directo, con softwere de vjing.
Ángel Guinda (Zaragoza, 1948) es autor de los manifiestos «Poesía y subversión», «Antimanifiesto», «Poesía útil», entre otros, y del ensayo El mundo de poeta, el poeta en el mundo. Ha publicado los libros de poemas Vida ávida, El almendro amargo, Conocimiento del medio, La voz de la mirada, La llegada del mal tiempo, Biografía de la muerte, Toda la luz del mundo, Claro interior, Poemas para los demás y Espectral. Ha sido recogido en numerosas antologías, ha sido traducido al italiano, sueco, búlgaro, checo y asturiano. Además, ha realizado la compilación Yin. Poetas aragonesas 1960-2010.
SEMILLAS
Escribo con palabras
rotundas y sencillas,
con palabras de pan,
de aceite, vino, agua,
de casa, de la calle,
con ideas en bruto,
para que tú me entiendas.
Escribo con palabras
de grito y de silencio,
de azúcar, semen, sal.
Con palabras de barro.
de madera, de sangre,
de cemento, de plástico,
de hierro y de cristal.
Con palabras de carne,
con palabras de luz,
de sombra, transparentes.
Con palabras de vida,
con palabras de tiempo,
con palabras de amor,
con palabras de odio.
Escribo con semillas.
Sencillamente, escribo.
Escribo como vivo.
Escribo como soy.
(Ángel Guinda)
Alberto García-Teresa (Madrid, 1980), licenciado en Filología Hispánica, escribe crítica literaria en diferentes medios. Es autor de los poemarios Hay que comerse el mundo a dentelladas y Oxígeno en lata y de la plaqueta Las increíbles y suburbanas aventuras de la Brigada Poética. Sus poemas han sido traducidos al francés, al serbio y al macedonio, y ha sido recogido en varias antologías también por sus cuentos y microrrelatos. Ha seleccionado distintas recopilaciones de relatos fantásticos y de terror.
UN ECONOMISTA
Un economista no sabe qué hacer con un arco iris.
No entiende el aleteo de una abeja,
por qué trinan escandalosamente las gaviotas,
qué guarda una camada en su madriguera.
Se inquieta ante un caracol que,
sobre una brizna empapada de rocío,
indiferente se despereza.
Ante el murmullo chispeante de un río,
ante un eclipse inundado de estrellas,
ante tu sonrisa o una mano abierta,
agita desconcertado su cabeza.
Un economista no escucha la memoria
ni atiende al compás de los latidos.
No sabe buscar tanteando en silencio la belleza
en toda palpitación dichosamente tendida
a la luz, al viento, a la alegría.
Un economista aún busca con vehemencia
con qué moneda comprar la vida.
(Alberto García-Teresa)