LA COCINA A LEÑAS
Locomotora inmóvil
silbato de pava,
pasaje campesino
a guisos y pucheros.
Churrasco
mate
hornalla
secador de ropas pobres.
Chimenea talismán,
quiebra conjuros
desarmando en el cinc,
el veleidoso
nido de la escarcha.
CAMINAR EN LA LLOVIZNA
Puerta.
Ayer.
Silueta a contraluz.
Estoico ante el zamarreo,
la sartén
no derrama
su mar
contenido de grasa.
El sombrero,
una nube alada que llueve.
Ni una ola belígera
salpica
el cilicio lingual de la abuela.
Las botas
al campo tiran, fogonea el viejo,
hábil pretexto encerado,
atravesando la garúa.
SOL EN ADIÓS
a Obdulio Pizzurno
Indefinida jerarquía,
¿quién peón, quién patrón?
las herramientas de poda
de mango de palo,
colgaban de los hombros
como una bifurcación
del alma seca.
Magras bicicletas
de centrado impreciso,
elegían sabias la huella protectora;
fatigados los pedales
por un arcaico
combustible de alpargatas.
El monte frutal
rompía el espíritu de la voluntad,
con un ramaje crespo,
ardido,
muerto de hojas.
"Calculá vos", apuntaba Juan Espíndola,
luego gustoso
con un preciso golpe de tijera,
desvirgaba el silencio,
de la tarde invernal.
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