La transformación de los sistemas políticos no depende de los cambios exteriores, sino del estado social; un pueblo culto es un pueblo libre; un pueblo salvaje es un pueblo esclavo, y un pueblo instruido a la ligera, a paso de carga, es un pueblo ingobernable. Las libertades las tenemos dentro de nosotros mismos, no de las leyes.
. . .
El amor, como la hierba verde, como los árboles y la música de la vida, es sólo para la corteza del mundo; viene y se va, igual que un sueño.
Pero debajo está el deber, como una capa ruda de piedra, una inmensa carga, que nada puede mover.
No hay comentarios:
Publicar un comentario