¡Actualidad! Tan fugaz/ En su cogollo y su miga,/ Regala a mi lentitud/ El sumo sabor a vida. Jorge Guillén
jueves, 29 de octubre de 2015
Poemas de Susana Benet en "Faro del bosque"(2)
Arde una vela,
más allá una farola,
detrás, la luna.
Ceremonioso,
el gato culebrea
hacia la siesta.
En casa, extraños.
Hoy la puerta chirría
de otra manera.
Firme en su tallo,
aferrada al invierno,
una hoja seca.
Aunque haya fruta,
todo el mercado huele
a carne muerta.
Qué lejos tengo,
sentada en tus rodillas,
los pies del suelo.
Golpea el sol
la puerta de madera
buscando sombra.
El albañil,
mientras unto tostadas,
pone ladrillos.
Ya te has dormido,
mas tu mano despierta
aún me acaricia.
Abandonada,
cuelga la servilleta
tras el banquete.
martes, 27 de octubre de 2015
Poemas de José Antonio Pamies en "Diario nómada" (1)
en cada estantería de mi casa,
hay una flor negra y venenosa
que supura miel contra esta herida,
hay un temblor nómada
escarbando en la entraña de los nombres.
El estornino canta en la mañana ciega,
sueño y muerte acarician la luz del nuevo día,
la oscuridad te nombra silenciosa
desde la tierra alta.
Encina del atardecer, olmo seco,
¿qué ven vuestras copas ahí arriba?
decidme algo porque estuve ciego,
aprendí a mirar con luna
como hacía en otras noches de invierno,
lo intenté una y otra vez como antes,
subí a la rama, se rompió del peso,
este peso de vivir como estatua
de carne sin memoria y de hueso.
Vieja calle de Oporto
donde aquel tranvía amarillo,
como las páginas
de un gastado cuaderno,
va señalando los espacios huecos
que todavía precisan de luz.
Ciegos de luz,
borrachos de otro tiempo,
absortos en pequeñas calles
donde los escaparates escupen,
su mirada fría nos detiene,
observamos cristales fugitivos,
olemos miradas sin raíz,
tocamos labios de ceniza
que nos responden
palabras vagamente conocidas.
Cualquier tarde en Malasaña
una mujer te besa las ideas,
un poema se te escapa de los labios,
un amigo te alegra el corazón.
Y después, cuando la luz del día
se despide de lso transeúntes,
un ensueño familiar
atraviesa el espejo de sus calles.
Donde el ahora es ley,
y el amor un infinito practicable.
jueves, 22 de octubre de 2015
Poemas de Susana Benet en "Faro del bosque"(1)
el pino en la mañana.
Faro del bosque.
Si parpadeo,
se ocultará en la grieta
la lagartija.
Aves e insectos,
todo el jardín es vuestro
de madrugada.
Rojas cerezas.
Entre las ramas verdes
mi mano blanca.
Se fue la niebla.
Ya se ve al jardinero
cortando el césped.
La mariquita
posada en mi cabello,
prendedor rojo.
Ver las petunias
también es una parte
del desayuno.
Entrelazadas,
se marchitan dos manos
en un balcón.
Sobre el tomate
hila fino el aceite
su filigrana.
Aunque esté muerto,
qué vivos los colores
del periquito.
martes, 20 de octubre de 2015
Poemas de Rafael Carvajal en "Misántropo de buen corazón" (3, y fin), hoy "Quiere ser, brevemente, mi amiga", "Calzonazos" y "Epílogo"
Quiere ser, brevemente, mi “amiga”
Me deja
Con una cama rota por el uso
Una caja con cuatro condones sin usar
Serias dudas sobre mi proeza amatoria
Dice que quiere ser mi “amiga”
Alejarse del pacto de la carne
Y subirse al carro alado del alma que es la amistad
Sin embargo yo
Quiero forcejear con ella desnuda
Cubrirla de saliva
Besarla con lengua
Abrazar su espalda descubierta
Montarla sobre mi cuerpo
Escupir semen en todos sus orificios
No quiero solo compartir secretos y confianzas
Quiero carne
Esconder mi hambre en su vagina
Soy casi viejo
Algo torpe en el amor
Era un joven
Con la pasión de los idiotas y los insensatos
Ahora solo tengo
Mi mal disimulado miedo
Mis cabellos grises
Mi tos de fumador
Y tengo una amante que quiere ser mi “amiga”
Calzonazos
Jolín que me gusta obedecer a mi novia
Plegar mi voluntad a sus dictados
Soy arcilla moldeada por sus dedos
Un proyecto en ciernes con vistas al futuro
Fui rebelde de joven - hice solo lo que quise
Caminé por las sombras desdeñando los consejos
Un toro salvaje embistiendo sin disciplina
Ahora soy cabestro manso y satisfecho
Guiado por un aro metafórico que atraviesa mi nariz
Solo quiero agradar a mi ama
Poner mi sexo en sus manos
Crecer en placer - hincharme de orgullo
Cada vez que su sonrisa me dice que lo he hecho bien
Pero los amigos me dicen que soy débil
Que ella se irá dejándome con una vida que no me pertenece
Que hay que ser hombre - imponer tu criterio
Pero ellos no saben el secreto que guarda mi pleitesía
Mi orgasmo incrementa con cada concesión
Que me quiten el carné de macho
Me llamen cobarde
Quiero ser un juguete en sus manos
Su soldado en la guerra del amor
Epílogo
Desperezándome antes del amanecer estoy enamorado de la humanidad. Un amor que fluye como el bravo Amazonas. Son las cinco; fumo y bebo café. Escribo versos ligeros. Mi bolígrafo delinea la belleza de la sociedad. Pronto sale el sol y su luz hace eco con mi luz. Saco a las perras al Parque del Casino. El barrendero casi bizco me mira mal, como si creyera que no pienso recoger los excrementos de mis animales. En el parque algunos dueños tempraneros no devuelven mi saludo; en vez de hacerlo, hacen carantoñas a mis perras. Veo a la japonesa del caniche y el yorkshire que presenció mi último brote psicótico hace ocho años y, desde entonces y hoy, me habla como a un tarado. No son ni siquiera las ocho y cada encuentro con mi prójimo tiñe mi amor con amargura. Me vuelvo a casa por otra calle para evitar al barrendero, y las perras encuentran una bolsa abierta de basura en el suelo.
Soy muy liberal respecto a lo que mis bichos comen, y les dejo a ver qué encuentran. De repente viene una señora bastante gorda, se para y espeta: “Esto es un asco, una vergüenza, comiendo de la basura. ¿No ve que sus perras están demasiado gordas? No las puede tener tan gordas”. Para mis adentros la arrastro por el pelo hasta un escaparate y la muestro quién es la gorda. Para mis afueras me callo, aparto a las perras del festín y siento mi amor por la humanidad caer preso en una máquina de deshidratar y envasar al vacío, donde se encoge a un tamaño minúsculo. De vuelta a casa lo primero que hago es eliminar la última entrada del blog. La entrada hablaba de amar con nuestras alas de ángel, del pedazo de Dios que todos llevamos dentro. Hablaba del deber imperativo de amar. La entrada me da asco. Escribo otra vez, pero no con bolígrafo sino con cuchillo. Escribo: miedo, vacío, ignominia, abismo, cadáver de la decencia, envidia/codicia y los otros pecados capitales. Me gustaría incluir en mi texto: gorda sebosa entrometida, japonesa boba de mierda, saludaperros groseros, barrendero inútil y feo. Pero en vez de eso, diagnostico con mis versos un tumor cancerígeno, incurable e intrínseco, que anida indemne en nuestro corazón. Bebo más café y fumo bastante. Durante el resto del día interactúo lo mínimo con seres que me parecen inmundos. Cuando llego a la noche arrastrando las injurias y desplantes de todo un día estoy dispuesto a beatificar a Hitler, Atila, Stalin y a Pol Pot. Me duermo rencoroso, harto y rechinando los dientes. Duermo poco. Duermo profundo. Duermo magia, porque, desperezándome antes del amanecer, estoy de nuevo intensamente enamorado de la humanidad. Adiós al rencor, al hartazgo y al rechinar de dientes, solo busco mi bolígrafo para constatar la fuerza de mi verdadero amor por todo lo humano. Hoy el prójimo dará la talla. Soy un misántropo con buen corazón.
jueves, 15 de octubre de 2015
Poemas de "Anhelo de miopía", de Sergio Artero Pérez, poemario incluido en el libro Oversitura
Nota del bloguero: el verso final de cada poema es el inicial del siguiente, así hasta que el verso final de un poema es el inicial del poemario ("de siempre hay un reloj") y este concluye. Mi selección es amplia pero no total, por eso este detalle puede perderse y aquí lo remarco, y por eso, también, decido publicar mi selección de una vez.
de siempre hay un reloj
a todas horas
y lugares
pero acabo el día fuera
del cónclave de tiempos
donde lo real confluye
voy más lento
más cansado
y llego a duras penas
a ocupar el instante
mío
que el presente revive
donde todo el universo
sólo para mí
se empasta y armoniza
se empasta y armoniza
tu risa de tormenta con la lluvia
cuando intacta
no ha rozado todavía
con su duro teclear el suelo
reverencio
de qué forma natural
sabes hacer
de ese instante tan exacto
tu más doblegado cómplice
y nuestra doméstica eternidad
se cristaliza
como las heces de un misterio
nos hemos hecho palabra
protegida cerrada por miedo
a un devenir ventoso
que va desmadejando mitos
y esparciéndolos
como hojas secas
no no no no
nunca se entenderá nuestra grandeza
nunca se ha saber
nuestro secreto:
nuestro secreto:
mirar la tarde caer sin sensación de ocaso
mirar al otro sin perplejidad ni incógnita
o quizás corrijo
contemplar la finitud o al otro
constantemente asombrados y perplejos
diariamente deshabituados
en lo incierto asomados al abismo
me desdigo: hay una certeza
al fin:
estamos juntos
muera la sombra en los pliegues
de otra mañana extendida
por mi parte aquí
un círculo he trazado ahora mismo
o ayer o en un futuro
alrededor de ambos
un círculo de amor que nos conserve
que nos mantenga intactos
a salvo de la luz y de las horas
ya que por fin llegué
aquí
no sé a dónde
pero sé que es algo
pues de la nada vengo
o de la sombra
o de espejismos de este algo
sin más
y al menos tengo eso: la convicción
de haber llegado a dónde
a este aquí y ahora para siempre
a este círculo pequeño
a este círculo
a éste
a
a
tientas y entre palpos
reconocemos materias sólo
fuera de los senos secretos de la luz
ciegos por el canto
de lo siempre perdido inalcanzable
coraje
deseo parece a veces
que llegamos a apresar el fuego
un breve instante
pero entonces sólo en nuestras manos
queda un triste rastro de ceniza
ceniza de polisemia
que ya no está
se vuela
se vuela
no sé a dónde pero posa
su sombra en lugares muy dispares
como señuelos en luces
pistas en una nube
una manzana un río
un aire una canción
persigo esas huellas testimonio
de algo en un cuadro una pestaña
pistas que va dejando sospecho bajo el asfalto
o sobre la cúspide curvada de tus pezones
desvanecidas si al fin se alcanzan
si llego encuentro
sólo la busca y mi fracaso
sólo la busca
¡zas!
donde la verdad parecía verdad
y aún creíble la existencia
a ese espacio intransitable he de volver
pero nunca:
he olvidado las escalas al medir
el vuelo
las respuestas las caricias
dejo atrás los espejismos
del fragor de la ternura en pompa
yo quisiera pero nunca
sólo sé medir en noes:
no estoy
no soy
éste es mi secreto ahora: nunca
mi cuerpo
no: yo absoluto
en esfuerzo por ser
lo que de siempre he sido:
un anhelo primero
un devenir después:
mi entendimiento
no: yo sensible
a la luz y al dolor
de habitar la carencia:
con ser lo concluyente
de siempre hay un reloj
martes, 13 de octubre de 2015
Poemas de Rafael Carvajal en "Misántropo de buen corazón" (2), hoy "El hijo de la tormenta", "Novia integral" y "Nocturna"
El hijo de la tormenta
Saberse aberrante y a la vez saberse vulgar
Saber que tus sueños son heridas infinitas
Que el día a día es una cinta elástica
Que ciñe tu cintura y marca tu piel
Saber que el amor no basta
Un beso húmedo sacia el ansia
Solo mientras la saliva permanece
Después vienen las dudas
Viene la continuidad del tiempo
Vienen horas que traen tareas y complicaciones
Traen la fragilidad del cuerpo
Traen ese enigma que me encuentro en el espejo
Yo soy un universo
Soy una pulga que se encuentra a lomos de un animal salvaje
Soy un hombre común envuelto en el sudario de sus circunstancias
El baile de lo real no cesa para admitir enmiendas
Nadie rescata a los muertos
Aún vagan por las calles con sus tarjetas de embarque en las manos
Aún se enjugan los ojos de lágrimas
Aún sus palabras sabias perduran
Pero nada cambia
Nada cambia lo suficiente
El sol nace cada día sobre nuestras humildes esperanzas
Sobre planes infalibles y metas inesperadas
Sobre el hambre y el ansia de poder
Sé que soy el hijo de la tormenta
Sé que soy otra espiga de trigo más - presta para la cosecha
Sé que soy simplemente un hombre
Un hombre enclaustrado en una galaxia inmensa
Aberrante y vulgar
Esperando su turno con su espíritu en vilo
Novia integral
Mi novia es novia integral
Grano puro del corazón mineral de la tierra
Armazón áspero de hojarasca
Color pardo de amables tinieblas
Consumirla produce ventajas cardiovasculares
Libera el flujo de la circulación
Es toda una puesta a punto
Un lujo biomolecular
Me llena los sistemas de cariño biodegradable
Mis poros rezuman placer
Ya ves cómo luce mi piel
Mi felicidad cereal triunfa
Es saludable - sabrosa y formal
Una experiencia altamente nutritiva
La recomiendan 4 de cada 5 médicos
Lleva el sello de cultivo ecológico impreso en su tierna piel
No es apta para cualquier paladar
Es un gusto adquirido
Si la pruebas a fondo
Si digieres su noble manjar
Si la comparas con el pasteleo vacío
Que inunda el insano mercado
Nunca probarás ningún otro bocado
Rendido ante la oferta culinaria sin igual
Que ofrece una novia integral
Nocturna
Siempre vienes por la noche
Cuando el fuego de mi cuerpo
Llama al frío que escondes en tu piel
Siempre llegas como la luz de una estrella tempranera
Como las farolas encendiéndose
Como el viento bajando la ladera de la montaña
Un heraldo de la luna
Traes la alegría y la lujuria
La paz envuelta en los pliegues de tu carne
Pirotecnia de sudor y sal
Vuelves como un ave migratoria buscando refugio
Soy la marisma que acoge tu vuelo
El fin de tu trayecto inusitado
Una cabaña en el bosque
Perdida - vacía
Hasta que tú me habitas
Me quitas el miedo a la oscuridad
jueves, 8 de octubre de 2015
Poemas de Rosa Silverio en "Matar al padre" (2, y fin)
36
¿Quiénes somos tú y yo?
Acaso dos frutas o dos espantapájaros que se aman.
¿Quiénes son aquellos?
Acaso los buitres que vendrán a devorarnos.
56
Acercarse a la palabra
sin bifurcaciones
con la paciencia del pescador
que tira su caña al río
y después de largas horas
logra atrapar una trucha.
Mirarla a través del espejo
extender la mano y tocarla en lo inasible
comprenderla en la imposibilidad
en lo que se vislumbra en el imaginario
en lo que se hace posible mediante la escritura
en los dedos manchados de tinta
dispuestos a romperle el candado a la palabra
dispuestos a barrer las hojas secas
a sacudir los visillos y correrlos
para que por fin entre la luz de la mañana.
57
Este lenguaje
estas rosas en mis manos
esta forma tan extraña de acercarme al mundo
de intentar coserlo en la mudez y la vigilia.
Y esta casa
esta caja tan grande para un solo habitante
con tantos recovecos
tantas plantas para regar y poca agua.
Y este cuerpo
esta cápsula que quiere correr hacia el abismo
este gato que no deja de maullar en toda la noche
este lápiz que se toma en la hora última de todas las horas.
Y este lenguaje
estas rosas que me tiemblan en las manos
esta aguja que se hunde en lo profundo
y resurge
puntada tras puntada tras puntada.
63
Abre tu gran boca, Saturno
y cómete a todos los vástagos
que has abandonado en esta tierra.
Empieza por esta humilde servidora
que desde hace tiempo anda en busca de su muerte.
Abre tu gran boca, padre
y conviértete en el gran devorador
en la insaciable personificación del verdugo.
Ten misericordia de tus hijos
y muélenos en el gran molino de tu boca
antes de que la venganza nos ciegue
y entre nosotros se alce el parricida.
68
No soy yo
no estoy
no me pertenezco
Entre estas ramas, entre este nido
entre estas manos
no estoy no soy.
He aniquilado el corazón
lo he matado a palos
he ido a su funeral
le he echado algunas flores sobre la tumba
nadie sospechó que yo era su asesina
Ahora le guardo luto
vestida de negro
como una viuda
despojada de todo cuánto he sido
con un agujero en el pecho por donde circula el aire
en donde los pájaros hacen su casa confundiéndome con un árbol
abandonada a la suerte
esposada a este cuerpo mutilado:
corteza vacía, ramaje deshecho
escombro de lo que he sido.
No soy
no seré ya nunca
ya no hay agua ni cauce.
¿Quién puede con este conato de amor?
¿Será tomada al fin la pesada tijera?
No soy
estoy aquí
pero me he ido.
martes, 6 de octubre de 2015
Poemas de Rafael Carvajal en "Misántropo de buen corazón" (1), hoy "Amor maduro", "No sabe/ no contesta" y "La duda me pertenece"
Amor maduro
Presas del amor
Nos dejamos cazar cansados
Ya no tenemos edad para quiebros caprichosos
Ni para jugar al escondite
Ni para besos a medio corazón
O para mitigar el hambre
O para pagar las deudas de juego de la carne
Ya solo queda el amor
Hundirnos en sus arenas movedizas
Buscar una bocanada de aire en su aliento
Somos sus hijos pródigos
Que ya han llamado a todas las puertas
Ya se han tumbado sin éxito en las camas vacías
Que prometían placer
Ya han arañado la arcilla en la ladera
Buscando abrir una cueva
Donde esconder el hielo negro de la soledad
Sin destino
Sin perdón
Ya solo queda el amor
Como una vasija que una vez fue rota
Como la noche en llamas
Como el vino de Caná
Se acercan las arrugas y las manchas de hígado
La ropa sin moda
Los chismes desdentados
La profundidad absoluta del muermo en el trabajo
Las cuatro estaciones como repetición de un estribillo endemoniado
Solo nos queda el peso de los años
Solo nos queda el amor
No sabe/no contesta
No sueño con ganar el premio de la lotería
Ni sueño con el contrato indefinido
Ni con vacaciones holgadas en una playa tropical
Mi vida es una piedra caliza
Que se hunde en un lago sin fondo
No encuentro consuelo en los avances tecnológicos
Ni en las tristes noticias de las nueve
Ni en las caras de alegre sorpresa de los concursantes
Al acertar la pregunta enrevesada
Debería interesarme por la política
Formar una opinión
Compartirla con arrojo y convicción
Condenar a los corruptos
A los violentos
A los no demócratas
Pero me canso tan fácilmente
No tengo arte para recordar datos y nombres
Para amar u odiar según las siglas
No valgo para rumiar el pasto fermentado de la opinión pública
Yo solo valgo para ahondar en lo obvio
Para hundirme en las exigencias exiguas de mi carne
Civismo y conciencia de clase son lujos
Que solo me permito cuando sueño dormido
Cuando abro los ojos
Veo que mis raíces no llegan a tierra fértil
Me está permitido crecer en mi realidad vegetal
Mientras no me oponga a mi futuro
Encerrado en este eficaz monolítico invernadero
Yo no sueño con verdes campos libres
Mi vida es una hortaliza
Al final me comerán igual
La duda me pertenece como la sal al mar
No tengo ningún concepto como firme
Viajo en círculos mareando mis creencias
Son víctimas propicias para el sacrificio
Mi dios es una cima nevada en una montaña lejana
Yo un cachorro inconsciente atraído por su esencia
Cualquier movimiento nuevo me distrae de su presencia
No busco ahondar en lo eterno sino un juguete que me aleje del vacío
Creo en el hombre lo que duraría un iceberg en un desierto en llamas
Lo que hay de cierto en una leyenda urbana
Busco en su sangre - en sus huesos - en sus cargos de conciencia
Esa huella de bondad que dé luz a sus oscuros designios
Creo en el progreso como máquina de triturar sueños
El futuro eléctrico achicharra con comodidad
Pronto seremos individuos encerrados en probetas
Experimentos de marketing rebosantes de felicidad
Creo en mí cuando me olvido
Me olvido de mi hambre y mi egoísmo
De lo flaco que es mi amor al prójimo
Lo obesa que es mi envidia
Creo a veces que algún día seré el buen hombre que se imaginó mi madre
Cuando en su angustia me parió
A veces hasta creo que triunfaré
Agarraré el clavo ardiente de la realidad y tomaré partido
Pero sé quién soy y me conozco
Conozco la fuerza de mis debilidades
Buceo en las marismas de la duda
Sin demandas que reclamar en tierra firme
jueves, 1 de octubre de 2015
Poemas de Rosa Silverio en "Matar al padre" (1)
4
He aquí la hegemonía del hombre,
alzándose entre la broza y el derrumbamiento,
imponiendo la espada y el yugo,
haciendo del dolor su principal juego,
moviendo los hilos, inventando dioses,
riéndose riéndose riéndose
mientras el mundo da vueltas sobre su propio eje.
5
El mundo es una telaraña.
Tengo miedo.
La tarántula me espera.
8
Escribir es esto
una entrega absoluta,
un estremecimiento, un huracán,
un vaciarse,
un dejarse habitar por la poesía,
un nadar mar adentro
hasta el fondo,
hasta el mismísimo fondo
de uno mismo.
21
Imaginar que huyo
entre la brisa fresca del verano
que me voy de prisa
sin zapatos
como una cometa roja
que el viento tira a su antojo
semejante a un perro que su amo lleva
por aquí
por allá
y luego un día
el perro se va
se va
y no vuelve
nunca.
24
Sucede a veces que en mis sueños
hay un río y una pequeña barca
yo estoy a cientos de kilómetros
camino camino camino
me canso caigo de bruces me levanto
me pierdo en esta enorme pesadilla
pero sigo andando, corro
extiendo los brazos
y a lo lejos un pequeño punto:
la barca y un viejo que me espera.
Al fin consigo llegar
la lengua cuelga como trapo húmedo
el corazón agitado se aquieta, hurgo en los bolsillos
hasta que aparece la moneda
y se la ofrezco victoriosa al barquero.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)