Ése es el título que dí a lo que en su día llamé mi primer poemario. Por hacer limpieza, pongo a continuación algún verso, por rescatar algo: el resto irá al contenedor azul, por supuesto. ¡Viva la vida! Mirándonos tan ridículos en el ayer (no sólo en nuestros versos: en nuestro peinado, en nuestra ropa, en nuestras ideas y preocupaciones...) ¿cómo somos tan insensatos y pretendemos tomarnos en serio nosotros mismos ?¡Ay! Al menos, si no somos capaces de cumplir nuestros propósitos de año nuevo, hagamonos una limpieza de cutis, o un lavado de cara que se decía en otro tiempo.
'¡Ah!
Tejido de Penélope que Ulises no sabe madurar.'
'Sin saber, se abre,
que ayer despuntó
y amanecerá mañana.'
'De igual modo que el hombre pierde sangre
cuando le pincha la espina de la rosa.'
'Se derraman mariposas de mi mano
(que hormigas se le ofrecen a los hombres)
que describen tu nombre por los aires
en un vuelo que no cesa mi reprime
mis vivas ansias de tocarte.'
'Cada verso que para ti escribo
es un beso que te roba el papel.
Cada suspiro que por ti respiro
es un beso que te roba el aire.
Cada vez que en mi soledad te nombro...
me duelen los besos que no puedo darte.'
'No son versos de amor.'
Por si os importa mi vida: por el momento, si me lo permitís, me reservo cuatro poemas que no sé si dejarán de avergonzarme algún día y los publicaré aquí, o si por contra me desharé de ellos sin compasión. ¡Ah! A saber.