Lo que duran los odios a Estados Unidos y los estadounidenses, actualidad política constante en España, publicidad rumbosa y otros.
¡Actualidad! Tan fugaz/ En su cogollo y su miga,/ Regala a mi lentitud/ El sumo sabor a vida. Jorge Guillén
sábado, 30 de marzo de 2013
Madrid Cómico, 1 de diciembre de 1923 (2)
Lo que duran los odios a Estados Unidos y los estadounidenses, actualidad política constante en España, publicidad rumbosa y otros.
viernes, 29 de marzo de 2013
"Amor" y "Privilegio del suicida", poemas de Rosario Castellanos en "Materia memorable"(14)
AMOR
Sólo la voz, la piel, la superficie
pulida de las cosas.
Basta. No quiere más la oreja, que su cuenco
rebalsaría y la mano ya no alcanza
a tocar más allá.
Distraída, resbala, acariciando
y lentamente sabe del contorno.
Se retira saciada,
sin advertir el ulular inútil
de la cautividad de las entrañas
ni el ímpetu del cuajo de la sangre
que embiste la compuerta del borbotón, ni el nudo
ya para siempre ciego del sollozo.
El que se va se lleva su memoria,
su modo de ser río, de ser aire,
de ser adiós y nunca.
Hasta que un día otro lo para, lo detiene
y lo reduce a su voz, a piel, a superficie
ofrecida, entregada, mientras dentro de sí
la oculta soledad aguarda y tiembla.
PRIVILEGIO DEL SUICIDA
El que se mata mata al que lo amaba.
Detiene el tiempo -el tiempo que es de todos
y no era sólo suyo-
en un instante: aquel en que alzó el vaso
colmado de veneno;
en que segó la yugular, en que
hendió con largos gritos el vacío.
Ah, la memoria atónita, sin nada más que un huésped;
la atención que regresa como un tábano
siempre hasta el mismo punto intraspasable
y la esperanza que amputó sus pies
para ya no tener que ir más allá.
Ay, el sobreviviente,
el que se pudre a plena luz, sepulcro
de par en par abierto,
paseante de hediondeces y gusanos,
presencia inerme ante los ojos fijos
del juez ¿y quién entonces
no osa empuñar la vara del castigo?
¡Condenación a vida!
(Mientras el otro, sin amarraduras,
alcanza la inocencia del agua, las esencias
simplísimas del aire
y, materia fundida en la materia
como el amante en brazos del amor,
se reconcilia con el universo.)
Sólo la voz, la piel, la superficie
pulida de las cosas.
Basta. No quiere más la oreja, que su cuenco
rebalsaría y la mano ya no alcanza
a tocar más allá.
Distraída, resbala, acariciando
y lentamente sabe del contorno.
Se retira saciada,
sin advertir el ulular inútil
de la cautividad de las entrañas
ni el ímpetu del cuajo de la sangre
que embiste la compuerta del borbotón, ni el nudo
ya para siempre ciego del sollozo.
El que se va se lleva su memoria,
su modo de ser río, de ser aire,
de ser adiós y nunca.
Hasta que un día otro lo para, lo detiene
y lo reduce a su voz, a piel, a superficie
ofrecida, entregada, mientras dentro de sí
la oculta soledad aguarda y tiembla.
PRIVILEGIO DEL SUICIDA
El que se mata mata al que lo amaba.
Detiene el tiempo -el tiempo que es de todos
y no era sólo suyo-
en un instante: aquel en que alzó el vaso
colmado de veneno;
en que segó la yugular, en que
hendió con largos gritos el vacío.
Ah, la memoria atónita, sin nada más que un huésped;
la atención que regresa como un tábano
siempre hasta el mismo punto intraspasable
y la esperanza que amputó sus pies
para ya no tener que ir más allá.
Ay, el sobreviviente,
el que se pudre a plena luz, sepulcro
de par en par abierto,
paseante de hediondeces y gusanos,
presencia inerme ante los ojos fijos
del juez ¿y quién entonces
no osa empuñar la vara del castigo?
¡Condenación a vida!
(Mientras el otro, sin amarraduras,
alcanza la inocencia del agua, las esencias
simplísimas del aire
y, materia fundida en la materia
como el amante en brazos del amor,
se reconcilia con el universo.)
jueves, 28 de marzo de 2013
Poesía con matemáticas: algunos "Teorema poéticos" de Nicolescu y "El número π" de Wislawa Szymborska
Teorema quiere decir espectáculo. ¿Cuál es el espectáculo que nos presentan los teoremas matemáticos?
*
El encuentro entre la poética y lo cuántico engendra el sentido.
*
La poesía es la suprema aproximación cuántica al mundo. La mecánica cuántica describe la mecánica del Universo, mientras la poesía revela su dinámica secreta.
*
La dualidad vida-muerte ¿está en el origen del pensamiento binario?
*
Ecuación mágica: Ciencia + Amor = Poesía
*
Todo en la vida es relación de fuerza. Excepto la poesía, que es la fuerza de las proporciones.
Basarab Nicolescu
EL NÚMERO π
El admirable número Pi
tres coma uno cuatro uno.
Las cifras que siguen son también preliminares
cinco nueve dos porque jamás acaba.
No puede abarcarlo seis cinco tres cinco la mirada,
ocho nueve ni el cálculo
siete nueve ni la imaginación,
ni siquiera tres dos tres ocho un chiste, es decir, una comparación
cuatro seis con cualquier otra cosa
dos seis cuatro tres de este mundo.
La serpiente más larga de la tierra suma equis metros y se acaba.
Y lo mismo las serpientes míticas aunque tardan más.
El séquito de dígitos del número Pi
llega al final de la página y no se detiene,
sigue, recorre la mesa, el aire,
una pared, una hoja, un nido de pájaros, las nubes, hasta llegar
directo al cielo,
perderse en la insondable hinchazón del cielo.
¡Qué breve la cola de un cometa, cual la de un ratón!
¡Qué endeble el rayo de un astro si se curva en la insignificancia
del espacio!
Mientras aquí dos tres quince trescientos diecinueve
mi número de teléfono la talla de tu camisa
el año mil novecientos sesenta y tres sexto piso
el número de habitantes sesenta y cinco céntimos
dos pulgadas de cintura una charada y un mensaje cifrado
que dice vuela mi ruiseñor y canta
y también se ruega guardar silencio,
y se extinguirán cielo y tierra,
pero el número Pi no, jamás,
seguirá su camino con su nada despreciable cinco
con su en absoluto vulgar ocho
con su ni por asomo postrero siete,
empujando, ¡ay!, empujando a durar
a la perezosa eternidad.
Wislawa Szymborska
*
El encuentro entre la poética y lo cuántico engendra el sentido.
*
La poesía es la suprema aproximación cuántica al mundo. La mecánica cuántica describe la mecánica del Universo, mientras la poesía revela su dinámica secreta.
*
La dualidad vida-muerte ¿está en el origen del pensamiento binario?
*
Ecuación mágica: Ciencia + Amor = Poesía
*
Todo en la vida es relación de fuerza. Excepto la poesía, que es la fuerza de las proporciones.
Basarab Nicolescu
EL NÚMERO π
El admirable número Pi
tres coma uno cuatro uno.
Las cifras que siguen son también preliminares
cinco nueve dos porque jamás acaba.
No puede abarcarlo seis cinco tres cinco la mirada,
ocho nueve ni el cálculo
siete nueve ni la imaginación,
ni siquiera tres dos tres ocho un chiste, es decir, una comparación
cuatro seis con cualquier otra cosa
dos seis cuatro tres de este mundo.
La serpiente más larga de la tierra suma equis metros y se acaba.
Y lo mismo las serpientes míticas aunque tardan más.
El séquito de dígitos del número Pi
llega al final de la página y no se detiene,
sigue, recorre la mesa, el aire,
una pared, una hoja, un nido de pájaros, las nubes, hasta llegar
directo al cielo,
perderse en la insondable hinchazón del cielo.
¡Qué breve la cola de un cometa, cual la de un ratón!
¡Qué endeble el rayo de un astro si se curva en la insignificancia
del espacio!
Mientras aquí dos tres quince trescientos diecinueve
mi número de teléfono la talla de tu camisa
el año mil novecientos sesenta y tres sexto piso
el número de habitantes sesenta y cinco céntimos
dos pulgadas de cintura una charada y un mensaje cifrado
que dice vuela mi ruiseñor y canta
y también se ruega guardar silencio,
y se extinguirán cielo y tierra,
pero el número Pi no, jamás,
seguirá su camino con su nada despreciable cinco
con su en absoluto vulgar ocho
con su ni por asomo postrero siete,
empujando, ¡ay!, empujando a durar
a la perezosa eternidad.
Wislawa Szymborska
miércoles, 27 de marzo de 2013
Javier Lostalé sobre "Topología de una página en blanco"
SER EN EL POEMA
Pocas veces, si no ninguna, se nos ofrece a través de un libro de poemas el rostro absoluto de la poesía. Se necesita tener un profundo conocimiento del proceso creativo y una gran capacidad de desaparición dentro del texto. Ambas cosas las consigue Alejandro Céspedes en Topología de una página en blanco, título entrañado en las matemáticas, que nos habla de estructura, de rigor, de un espacio en el que va a suceder una intensa y tensa relación entre el poeta que alumbra, el lector que también crea y la página en blanco trepanada por palabras nunca inocentes ni quietas, generadoras tanto de lo visible como de lo invisible, así como de un mundo submarino y por tanto oculto, donde respira lo no dicho, donde están-escribe Céspedes-los manantiales del lenguaje. Palabras que, a veces, sólo son aire en el aire, asma de soledad. Folio que no es una naturaleza muerta sino que se abre y nos hunde en un vacío y una ausencia llena de rescoldos. Hoja de papel donde hay un silencio pleno de semillas. Alejandro Céspedes, una de las voces principales de la generación de los ochenta, con una obra amplia y reconocida, no ha dudado en realizar un acto de consumación poética escribiendo un libro extenso e intenso que, como bien señala Miguel Ángel Muñoz San Juan, “requiere del lector su máxima atención, tanto dialéctica como emocional”, en un formato donde lo espacial y lo visual se funden de tal modo que, durante la lectura, junto al pensamiento y el corazón actúan los ojos volcándose hacia dentro/para encontrar el símbolo. Topología de una página en blanco es según su autor, al que parafraseo, “una poética que se efectúa desde dentro de la misma poesía y una poesía que se piensa en el lenguaje mientras está produciéndolo, y la página es el territorio de encuentro de los tres vectores esenciales de lo literario: lo creado, el creador y el recreador. Es asimismo una metáfora absoluta, símbolo último de ese territorio movedizo al que intenta fijarse el lenguaje y en donde hallamos, enfrentados, entrelazados, atónitos o desdeñosos, los ojos del lector y del autor”.Nada más alejado, por tanto, de un discurso teórico, o de una investigación desde afuera, sino que el creador se transmuta en lo creado hasta escuchársele su propia respiración, y el lector-como afirma Ainhoa Sáenz de Zaitegui citando a Wallace Stevens, “ se convierte en el libro”. Reunión de ambos que en este poemario se visualiza mediante cuerdas en los márgenes de las páginas. Una atadura muy frágil, por eso las cuerdas se deshilachan; fragilidad determinante de todo el proceso de reflexión que encierra esta obra, en la que aparece- afirma Muñoz Sanjuan-“lo transitorio de la propia existencia poética”.Topología de una página en blanco debe leerse como un todo, pues existe una trabada unidad entre los diferentes elementos, humanos, lingüísticos y soporte que la integran, respetando, eso sí, su especificidad, y teniendo presente también el carácter fragmentario del libro, fundado en la permanente dificultad de construir una realidad entera. A partir de aquí la cita de algunos versos sin solución de continuidad, nos servirá para tomarle la temperatura a una libro encarnado en las raíces de la creación poética, en su oleaje de luces, sombras, hundimientos, ascensos, vacíos y ausencias: dentro/la indeterminación de la sintaxis/ un ojo cerrado/será una entrada/un ojo cerrado/ mirará por su ojo/ y verá soledad/ entonces la soledad será el objeto/de la mirada y la mirada/ en esa frase sin sujeto/ se mueve en el espacio de la pérdida/¿quién fingirá después que sabe como ahogarse?/ cada palabra se cree irrefutable preñada de certeza/ sus signos en la realidad no existen/cuerpos huecos/ todo tendrá que ser imaginado y habrá que trabajar/ sobre la ausencia/ aun así qué difícil fabricar sintaxis/ que no tenga el don de predecirse (…)¿es posible creer/en una realidad que es modificable /cada vez que se visita?¿siempre es la misma persona/la que vuelve?¿la que lee vuelve?/¿es posible bañarse dos veces en la misma página?/¿en qué categoría de realidad está la septicemia/ del lenguaje?(…) la lectura reclama que el esfuerzo de observar/sea siempre nuevo(…) es posible beber de un vaso hace tiempo vacío/y que la reverberación de lo que ya no existe/sea capaz de seguir emborrachando/las palabras pueden tener una existencia efímera/ o muy densa/ lo saben/ en el silencio donde aúlla su propio desamparo(…) que acabe todo/ cuanto antes/antes/ otra vez antes se coloca en el futuro/ para protagonizar espacios de miseria/ nada sabe volver no hay pertenencia nada/ocurre aquí sobre este folio nada/ un agüjero blanco/tragándose a sí mismo/ incapaz de tener ninguna reflexión trascendente(…)nunca hay revelación/sólo la idea que empaña los espejos para desconocerse(…)es necesario retroceder para encontrar la nada/ hay que volver a ser para dar nombre/a la que ya no es(…)la página es la metáfora inconclusa/de una construcción abandonada/dentro de un universo en construcción(…) desde el interior de nuestro tiempo somos/aves que tienen las dos alas cosidas(…) las palabras agiten sus muñones desdiciendo/la artrosis del lenguaje/veámoslas caer/mientras nos miran/ y crece la distancia/entre los dos/que ninguno se engañe/una ventana también mira hacia dentro. En esta breve antología de fragmentos no he respetado la disposición tipográfica que es parte esencial en la circulación sanguínea de este libro singular, en el que por cierto hay ideas y frases incorporadas a su tejido vital provenientes de un gran número de creadores españoles y extranjeros, entre los que citamos a Dante, Pavese, Damien Hirst, Foucault, Eliot, Eduardo Chillida, Wallace Stevens, Valéry, Paul Celan, Alberti, Chantal Maillard, Miguel ángel Muñoz San Juan y Juan Carlos Mestre. En resumen: no es posible leer Topología de una página en blanco sin que nos convirtamos en parte de un texto escrito en estado de concepción, donde los signos que se trazan abren surcos de ser; sin que, al lado del autor, emprendamos una aventura inagotable por las entrañas siempre movibles del poema, para de este modo recrear habitándonos todo lo que el poeta ilumina entregado hasta dejarse la piel a su tarea de buscar lo inefable, de nombrar la existencia tocando fondo, de luchar con las palabras instalándose en su propio territorio tan lleno de destierro e incertidumbre, tan pariente consanguíneo del silencio. Topología de una página en blanco que amaneció en la luz fría de un ordenador, se publica ahora por Amargord en su cuerpo y alma naturales: el papel. Hecho que aprovechamos para decirles que se trata de un verdadero acontecimiento literario, porque pocos libros como éste son engendradores de conciencia.
Javier Lostalé
Pocas veces, si no ninguna, se nos ofrece a través de un libro de poemas el rostro absoluto de la poesía. Se necesita tener un profundo conocimiento del proceso creativo y una gran capacidad de desaparición dentro del texto. Ambas cosas las consigue Alejandro Céspedes en Topología de una página en blanco, título entrañado en las matemáticas, que nos habla de estructura, de rigor, de un espacio en el que va a suceder una intensa y tensa relación entre el poeta que alumbra, el lector que también crea y la página en blanco trepanada por palabras nunca inocentes ni quietas, generadoras tanto de lo visible como de lo invisible, así como de un mundo submarino y por tanto oculto, donde respira lo no dicho, donde están-escribe Céspedes-los manantiales del lenguaje. Palabras que, a veces, sólo son aire en el aire, asma de soledad. Folio que no es una naturaleza muerta sino que se abre y nos hunde en un vacío y una ausencia llena de rescoldos. Hoja de papel donde hay un silencio pleno de semillas. Alejandro Céspedes, una de las voces principales de la generación de los ochenta, con una obra amplia y reconocida, no ha dudado en realizar un acto de consumación poética escribiendo un libro extenso e intenso que, como bien señala Miguel Ángel Muñoz San Juan, “requiere del lector su máxima atención, tanto dialéctica como emocional”, en un formato donde lo espacial y lo visual se funden de tal modo que, durante la lectura, junto al pensamiento y el corazón actúan los ojos volcándose hacia dentro/para encontrar el símbolo. Topología de una página en blanco es según su autor, al que parafraseo, “una poética que se efectúa desde dentro de la misma poesía y una poesía que se piensa en el lenguaje mientras está produciéndolo, y la página es el territorio de encuentro de los tres vectores esenciales de lo literario: lo creado, el creador y el recreador. Es asimismo una metáfora absoluta, símbolo último de ese territorio movedizo al que intenta fijarse el lenguaje y en donde hallamos, enfrentados, entrelazados, atónitos o desdeñosos, los ojos del lector y del autor”.Nada más alejado, por tanto, de un discurso teórico, o de una investigación desde afuera, sino que el creador se transmuta en lo creado hasta escuchársele su propia respiración, y el lector-como afirma Ainhoa Sáenz de Zaitegui citando a Wallace Stevens, “ se convierte en el libro”. Reunión de ambos que en este poemario se visualiza mediante cuerdas en los márgenes de las páginas. Una atadura muy frágil, por eso las cuerdas se deshilachan; fragilidad determinante de todo el proceso de reflexión que encierra esta obra, en la que aparece- afirma Muñoz Sanjuan-“lo transitorio de la propia existencia poética”.Topología de una página en blanco debe leerse como un todo, pues existe una trabada unidad entre los diferentes elementos, humanos, lingüísticos y soporte que la integran, respetando, eso sí, su especificidad, y teniendo presente también el carácter fragmentario del libro, fundado en la permanente dificultad de construir una realidad entera. A partir de aquí la cita de algunos versos sin solución de continuidad, nos servirá para tomarle la temperatura a una libro encarnado en las raíces de la creación poética, en su oleaje de luces, sombras, hundimientos, ascensos, vacíos y ausencias: dentro/la indeterminación de la sintaxis/ un ojo cerrado/será una entrada/un ojo cerrado/ mirará por su ojo/ y verá soledad/ entonces la soledad será el objeto/de la mirada y la mirada/ en esa frase sin sujeto/ se mueve en el espacio de la pérdida/¿quién fingirá después que sabe como ahogarse?/ cada palabra se cree irrefutable preñada de certeza/ sus signos en la realidad no existen/cuerpos huecos/ todo tendrá que ser imaginado y habrá que trabajar/ sobre la ausencia/ aun así qué difícil fabricar sintaxis/ que no tenga el don de predecirse (…)¿es posible creer/en una realidad que es modificable /cada vez que se visita?¿siempre es la misma persona/la que vuelve?¿la que lee vuelve?/¿es posible bañarse dos veces en la misma página?/¿en qué categoría de realidad está la septicemia/ del lenguaje?(…) la lectura reclama que el esfuerzo de observar/sea siempre nuevo(…) es posible beber de un vaso hace tiempo vacío/y que la reverberación de lo que ya no existe/sea capaz de seguir emborrachando/las palabras pueden tener una existencia efímera/ o muy densa/ lo saben/ en el silencio donde aúlla su propio desamparo(…) que acabe todo/ cuanto antes/antes/ otra vez antes se coloca en el futuro/ para protagonizar espacios de miseria/ nada sabe volver no hay pertenencia nada/ocurre aquí sobre este folio nada/ un agüjero blanco/tragándose a sí mismo/ incapaz de tener ninguna reflexión trascendente(…)nunca hay revelación/sólo la idea que empaña los espejos para desconocerse(…)es necesario retroceder para encontrar la nada/ hay que volver a ser para dar nombre/a la que ya no es(…)la página es la metáfora inconclusa/de una construcción abandonada/dentro de un universo en construcción(…) desde el interior de nuestro tiempo somos/aves que tienen las dos alas cosidas(…) las palabras agiten sus muñones desdiciendo/la artrosis del lenguaje/veámoslas caer/mientras nos miran/ y crece la distancia/entre los dos/que ninguno se engañe/una ventana también mira hacia dentro. En esta breve antología de fragmentos no he respetado la disposición tipográfica que es parte esencial en la circulación sanguínea de este libro singular, en el que por cierto hay ideas y frases incorporadas a su tejido vital provenientes de un gran número de creadores españoles y extranjeros, entre los que citamos a Dante, Pavese, Damien Hirst, Foucault, Eliot, Eduardo Chillida, Wallace Stevens, Valéry, Paul Celan, Alberti, Chantal Maillard, Miguel ángel Muñoz San Juan y Juan Carlos Mestre. En resumen: no es posible leer Topología de una página en blanco sin que nos convirtamos en parte de un texto escrito en estado de concepción, donde los signos que se trazan abren surcos de ser; sin que, al lado del autor, emprendamos una aventura inagotable por las entrañas siempre movibles del poema, para de este modo recrear habitándonos todo lo que el poeta ilumina entregado hasta dejarse la piel a su tarea de buscar lo inefable, de nombrar la existencia tocando fondo, de luchar con las palabras instalándose en su propio territorio tan lleno de destierro e incertidumbre, tan pariente consanguíneo del silencio. Topología de una página en blanco que amaneció en la luz fría de un ordenador, se publica ahora por Amargord en su cuerpo y alma naturales: el papel. Hecho que aprovechamos para decirles que se trata de un verdadero acontecimiento literario, porque pocos libros como éste son engendradores de conciencia.
Javier Lostalé
Poemas de Óscar Oliva en "Estratos" (4)
Todo cobra brillo y una luminosidad espacial. Camino por la nieve hasta llegar al bosque helado. Regreso por la línea recta que yo mismo tracé tras caminar una y otra vez por ella. Sendero que ya no existe. Arroyos y canales congelados, techos blancos con carámbanos. Tomo la fotografía, luego la manipulo agregándole una trampa para pájaros.( Brueghel).
___
Nadie da voz al viento
la memoria da voces
a nadie en el viento
___
los viejos
y sucios dioses
en las calles
retiro mi casa
a otra agua
___
Al cruzar la calle, nos reconocemos y sentimos miedo. Es incómodo volver la cabeza, por el golpe de la insolación. ¿Cuántos años han pasado? Compartimos sueños heredados; aquellos que han acumulado tanta basura. En cajas de hielo.
___
nadie nace del sueño
nadie en la memoria
nadie la voz de nadie
___
no saber
de qué salud cojear
de qué sal atragantarse
de qué vaso sin paredes beber
no oyes el ruido planetario
no oyes el ruido de la última edad
ruidemos solos
no se oye
a nadie
nadie nos
oye
___
Nadie da voz al viento
la memoria da voces
a nadie en el viento
___
los viejos
y sucios dioses
en las calles
retiro mi casa
a otra agua
___
Al cruzar la calle, nos reconocemos y sentimos miedo. Es incómodo volver la cabeza, por el golpe de la insolación. ¿Cuántos años han pasado? Compartimos sueños heredados; aquellos que han acumulado tanta basura. En cajas de hielo.
___
nadie nace del sueño
nadie en la memoria
nadie la voz de nadie
___
no saber
de qué salud cojear
de qué sal atragantarse
de qué vaso sin paredes beber
no oyes el ruido planetario
no oyes el ruido de la última edad
ruidemos solos
no se oye
a nadie
nadie nos
oye
martes, 26 de marzo de 2013
Poema de José Almendros en "Nostálgicas", publicado en 1898. Hoy "Los bohemios"
LOS BOHEMIOS
Recostado contra el muro
de la fachada de piedra,
que envuelve la tarde en tintas
crepusculares e inciertas;
pálido el rostro sombrío,
que el desaliento refleja,
y al cielo vueltos los ojos,
olvidados de la tierra.
Un músico casi niño,
que acaso despierto sueña,
de desmedrada figura
y vestidura harapienta;
puntea de una guitarra
las estremecidas cuerdas,
que lanzan trémulas notas,
melancólicas y lentas.
****
Delante de él, destrenzada
la ondeante cabellera,
que en sedosos rizos negros
el esbelto cuello besa;
la hermosa faz impregnada
de dulcísima tristeza,
y del carmín del cansancio
teñida la tez morena;
alzando sobre la frente
la encintada pandereta,
que agita desfalleciendo
la mano, flaca y pequeña;
Fortuna, la gitanilla
sin hogar, padres ni tierra,
pide limosna cantando,
en la plaza de la aldea.
****
¿Quiénes son? Nadie lo sabe,
ni ellos acaso lo sepan,
que ni el presente lo aclara
ni del pasado se acuerdan.
Sólo veladas del tiempo
por la lontananza incierta,
como de otra vida tienen
confusas reminiscencias.
Vida llena de colores,
de fragancias, de cadencias,
sin saber cuándo surgida,
sin saber cómo deshecha.
Prolongación de otro mundo
en que el alma sólo encuentra,
entre horizontes sin líneas,
fulguraciones excelsas.
Vida de éxtasis formada,
como aquello que se anhela;
dulce, indecisa, riente,
como aquello que se sueña.
De puros deslumbramientos
y lejanías risueñas,
de ilusiones inefables
y de ternuras supremas.
Vida al calor animada
de las caricias maternas;
de risas llena al impulso
de la infantil inconsciencia.
Y en que el ser venir parece
de una anterior existencia
con que aún palpita el espíritu
al entrar en la materia.
Vida que enlutó la muerte
como al día la tormenta.
¡Solos!... Oh, no comprendieron
lo fatal de la sentencia.
Desde entonces en sus rostros
quedó del dolor la huella;
en sus almas la nostalgia
de otros cielos y otra tierra.
Así atravesando el mundo
van, donde el mundo los lleva,
hambre por guía teniendo,
desamparo por herencia.
****
Crisálidas de la vida
que aún su fondo no penetran;
de lo noble y de lo bueno
en sí los gérmenes llevan.
Quizás si del mundo a salvo
hasta mariposa llegan,
del sentimiento las alas
hacia el bien tranquilas tiendan.
Mas quién sabe lo que oculta
lo por venir; siempre acecha
emboscado lo imprevisto
al borde de la existencia.
Jamás, protectora, guía
la humanidad, al que en ella
en el oro o en el nombre
broquel o pase no lleva.
Acaso en los giros hallen
de su vida aventurera
el lupanar por destino,
el presidio por escuela.
Seres míseros lanzados
a la vida, sin defensa,
como en las ondas la tabla,
que va donde quieren ellas.
Allá van, entre la ola
de abandono y de indigencia,
donde el mundo los arroje,
donde el hambre les impela.
Lanzando la una sus cantos,
pulsando el otro las cuerdas,
y ambos ocultando a un tiempo,
por altivez o vergüenza,
con harapos la figura,
con sonrisas la miseria,
con cantares el sollozo,
con acordes la blasfemia...
Recostado contra el muro
de la fachada de piedra,
que envuelve la tarde en tintas
crepusculares e inciertas;
pálido el rostro sombrío,
que el desaliento refleja,
y al cielo vueltos los ojos,
olvidados de la tierra.
Un músico casi niño,
que acaso despierto sueña,
de desmedrada figura
y vestidura harapienta;
puntea de una guitarra
las estremecidas cuerdas,
que lanzan trémulas notas,
melancólicas y lentas.
****
Delante de él, destrenzada
la ondeante cabellera,
que en sedosos rizos negros
el esbelto cuello besa;
la hermosa faz impregnada
de dulcísima tristeza,
y del carmín del cansancio
teñida la tez morena;
alzando sobre la frente
la encintada pandereta,
que agita desfalleciendo
la mano, flaca y pequeña;
Fortuna, la gitanilla
sin hogar, padres ni tierra,
pide limosna cantando,
en la plaza de la aldea.
****
¿Quiénes son? Nadie lo sabe,
ni ellos acaso lo sepan,
que ni el presente lo aclara
ni del pasado se acuerdan.
Sólo veladas del tiempo
por la lontananza incierta,
como de otra vida tienen
confusas reminiscencias.
Vida llena de colores,
de fragancias, de cadencias,
sin saber cuándo surgida,
sin saber cómo deshecha.
Prolongación de otro mundo
en que el alma sólo encuentra,
entre horizontes sin líneas,
fulguraciones excelsas.
Vida de éxtasis formada,
como aquello que se anhela;
dulce, indecisa, riente,
como aquello que se sueña.
De puros deslumbramientos
y lejanías risueñas,
de ilusiones inefables
y de ternuras supremas.
Vida al calor animada
de las caricias maternas;
de risas llena al impulso
de la infantil inconsciencia.
Y en que el ser venir parece
de una anterior existencia
con que aún palpita el espíritu
al entrar en la materia.
Vida que enlutó la muerte
como al día la tormenta.
¡Solos!... Oh, no comprendieron
lo fatal de la sentencia.
Desde entonces en sus rostros
quedó del dolor la huella;
en sus almas la nostalgia
de otros cielos y otra tierra.
Así atravesando el mundo
van, donde el mundo los lleva,
hambre por guía teniendo,
desamparo por herencia.
****
Crisálidas de la vida
que aún su fondo no penetran;
de lo noble y de lo bueno
en sí los gérmenes llevan.
Quizás si del mundo a salvo
hasta mariposa llegan,
del sentimiento las alas
hacia el bien tranquilas tiendan.
Mas quién sabe lo que oculta
lo por venir; siempre acecha
emboscado lo imprevisto
al borde de la existencia.
Jamás, protectora, guía
la humanidad, al que en ella
en el oro o en el nombre
broquel o pase no lleva.
Acaso en los giros hallen
de su vida aventurera
el lupanar por destino,
el presidio por escuela.
Seres míseros lanzados
a la vida, sin defensa,
como en las ondas la tabla,
que va donde quieren ellas.
Allá van, entre la ola
de abandono y de indigencia,
donde el mundo los arroje,
donde el hambre les impela.
Lanzando la una sus cantos,
pulsando el otro las cuerdas,
y ambos ocultando a un tiempo,
por altivez o vergüenza,
con harapos la figura,
con sonrisas la miseria,
con cantares el sollozo,
con acordes la blasfemia...
"Cargado voy de mí doquier que ando..." y "Cosa es común en los enamorados...", sonetos de Juan Boscán
Cargado voy de mí doquier que ando,
y cuerpo y alma todo m'es pesado.
Sin causa bivo, pues que'stó apartado
de do'l bivir su causa iva ganando.
Mi seso'stá sus obras desechando;
no me queda otra renta, ni otro'stado,
sino pasar pensando en lo pasado;
y cayo bien en lo que voy pensando.
Tanto es el mal, que mi coraçón siente
que sola la memoria d'un momento
viene a ser para mí crudo acidente.
¿Cómo puede bivir mi pensamiento
si el pasado plazer y el mal presente
tienen siempre ocupado el sentimiento?
___
Cosa es común en los enamorados
holgarse con sus mismos pensamientos,
hazer consigo grandes fundamentos
para fingirse bienaventurados.
Quieren éstos andar muy apartados
buscando soledad a sus tormentos;
recógense en sus propios sentimientos,
y entre sí con el mundo andan doblados.
Muy al revés es de'stos la mi vida,
que no sólo no huelgo ya conmigo,
pero soy para mí un cargado peso.
Huyendo de mí siempre, a mí me sigo,
y anda la cosa ya tan bien partida
que'l cuerpo es la prisión y el alma el preso.
y cuerpo y alma todo m'es pesado.
Sin causa bivo, pues que'stó apartado
de do'l bivir su causa iva ganando.
Mi seso'stá sus obras desechando;
no me queda otra renta, ni otro'stado,
sino pasar pensando en lo pasado;
y cayo bien en lo que voy pensando.
Tanto es el mal, que mi coraçón siente
que sola la memoria d'un momento
viene a ser para mí crudo acidente.
¿Cómo puede bivir mi pensamiento
si el pasado plazer y el mal presente
tienen siempre ocupado el sentimiento?
___
Cosa es común en los enamorados
holgarse con sus mismos pensamientos,
hazer consigo grandes fundamentos
para fingirse bienaventurados.
Quieren éstos andar muy apartados
buscando soledad a sus tormentos;
recógense en sus propios sentimientos,
y entre sí con el mundo andan doblados.
Muy al revés es de'stos la mi vida,
que no sólo no huelgo ya conmigo,
pero soy para mí un cargado peso.
Huyendo de mí siempre, a mí me sigo,
y anda la cosa ya tan bien partida
que'l cuerpo es la prisión y el alma el preso.
lunes, 25 de marzo de 2013
Inéditos de Amelia Díaz Benlliure (REBELDíA) y Santos Domínguez (UN ROSTRO SUCESIVO) en el número 29 de la revista "Álora, la bien cercada"
REBELDÍA
Estamos aquí.
Escuchando la voz de los cipreses.
Entendiendo las pautas
que dictan sus silencios.
Un rumor de orugas que llega
desde abajo del asfalto
y se expande insaciable
como tsunami ebrio.
Ellos, tenias execrables,
viven entre despojos
y conquistan el agua
a golpe de avidez.
Solo saben presumir
de mordiscos en el vientre
y bizales en los conciertos.
No podremos
subsistir en la afonía.
Sin canciones no podremos.
Sin rebeldía, no.
Con las manos manchadas de tierra,
con la esperanza flor creciendo,
con la música de los bancales,
podremos.
Amelia Díaz Benlliure
UN ROSTRO SUCESIVO
Si ahora descabalgasen los días de sus noches,
si minuciosamente fueran
olvidando sus horas, desprendiendo la espuma
del mapa de silencio de la sombra,
esta voz no erraría turbia en los descampados
ni cruzaría otros puentes sobre los ríos de sangre
que alimentan la nieve y sus despojos.
Sobre esta luz menor de la tarde de otoño,
con crines y galopes, con pájaros ocultos,
se ha despedido el día
y un viento con acechos se cierne sobre el árbol.
Por rompientes de vértigo y cavernas de insomnio
propaga interrogantes
y arrasa las callejas frágiles del recuerdo
con sus almas de arena y rumor de hojarasca.
Y anterior a la sangre, una voz que te nombra
desde el humo confuso del sueño, desde el limo.
Una voz que te llama a ser secretamente
las sílabas de un nombre, un proyecto de humo,
un rostro sucesivo que ha erosionado el tiempo.
Santos Domínguez
Estamos aquí.
Escuchando la voz de los cipreses.
Entendiendo las pautas
que dictan sus silencios.
Un rumor de orugas que llega
desde abajo del asfalto
y se expande insaciable
como tsunami ebrio.
Ellos, tenias execrables,
viven entre despojos
y conquistan el agua
a golpe de avidez.
Solo saben presumir
de mordiscos en el vientre
y bizales en los conciertos.
No podremos
subsistir en la afonía.
Sin canciones no podremos.
Sin rebeldía, no.
Con las manos manchadas de tierra,
con la esperanza flor creciendo,
con la música de los bancales,
podremos.
Amelia Díaz Benlliure
UN ROSTRO SUCESIVO
Si ahora descabalgasen los días de sus noches,
si minuciosamente fueran
olvidando sus horas, desprendiendo la espuma
del mapa de silencio de la sombra,
esta voz no erraría turbia en los descampados
ni cruzaría otros puentes sobre los ríos de sangre
que alimentan la nieve y sus despojos.
Sobre esta luz menor de la tarde de otoño,
con crines y galopes, con pájaros ocultos,
se ha despedido el día
y un viento con acechos se cierne sobre el árbol.
Por rompientes de vértigo y cavernas de insomnio
propaga interrogantes
y arrasa las callejas frágiles del recuerdo
con sus almas de arena y rumor de hojarasca.
Y anterior a la sangre, una voz que te nombra
desde el humo confuso del sueño, desde el limo.
Una voz que te llama a ser secretamente
las sílabas de un nombre, un proyecto de humo,
un rostro sucesivo que ha erosionado el tiempo.
Santos Domínguez
Mesonero Romanos repasa la historia del Diario de Madrid (2, y fin)
II
Hemos hecho en nuestro anterior artículo una historia del origen y progresos de este periódico; réstanos, pues, en el presente discurrir sobre su estado actual, y las utilidades que promete al vecindario de esta capital. Ellas son tales, que le hacen indispensable a toda persona regular residente en Madrid; y si bien limitado al recinto de sus muros, viene a ser dentro de ellos la orden del día para el movimiento económico de la población.
¿Quién es, con efecto, el que no acude a este depósito central a adquirir las noticias respectivas que su curiosidad o su interés le hacen desear? -La vieja devota, el hombre timorato buscan el santo del día o las funciones religiosas; -los que desean saber a punto fijo el grado de calor o de frío que han sentido el día anterior, no quedan persuadidos de ello hasta que lo ven confirmado en el Diario; el militar busca la orden de la plaza, y el paisano las de las autoridades civiles; -el tendero o la viuda rica examinan los anuncios de casas, ya en pública subasta, ya a voluntad de sus dueños; todo con el objeto de encontrar una en que poder colocar su arrinconado monetario, que el corto movimiento de nuestra industria les impide emplear más útilmente; -los acreedores se consuelan con ver el señalamiento para las juntas de concurso, en que tendrán la facultad de poder nombrar un síndico que parta con el escribano el resto del caudal del deudor; -los aficionados a la lotería tienen la satisfacción de saber que tal o cual premio ha caído en Madrid, y aun el nombre de una patriota conexionada con las víctimas del Dos de Mayo; -los que tuvieran alhaja que empeñar saben que hay Monte de Piedad; -el público todo conoce a cómo pagan el trigo los tahoneros, -y los que fiaron en el crédito del Estado para comprar una renta que los produjese un 5 por 100 al año, tienen la satisfacción de saber que en el mismo espacio de tiempo han perdido un 15 en el capital.
Esto en cuanto a la primera parte de anuncios oficiales; que si de ahí nos deslizamos en la segunda, que comprende los particulares de comercio e industria, ¿quién es el ser tan completamente independiente, que no tenga que ver con alguna de estas líneas?
Si consideramos al hombre en general, debemos suponer que este hombre ha sido niño y ha necesitado vacunación, a menos que haya transigido con las viruelas; ha necesitado nodriza (siempre que su madre no haya pertenecido a la plebe); -ha sido mancebo, y se ha visto obligado a tener bigotes o patillas, o bien lo ha sido preciso quitarse uno y otro, según la aplicación que se haya dado al género romántico o al clásico; y en cualquiera de los dos casos ha tenido que acudir a los cosméticos para hacerlas crecer, o las navajas para rasurarlas; -ha sido dama, y ha necesitado ser hermosa; y si la naturaleza ingrata la ha negado una fina tez o un agradable color, se ha visto obligada a adoptar el agua de madama Ma, o la balsámica de la Meca, que usan las damas de Borneo; -ha sido libertino, y siente los dolores osteocopos o sifilíticos; en este caso, nadie mejor que los empíricos pueden sacarle del apuro con bálsamos y redomitas; -ha sido gastrónomo, y es probable que le hayan gustado los jamones de Candelas o las truchas del Barco de Ávila; -ha sido viejo, y ha tenido pelo, ha tenido dientes, y ahora tiene callos, tiene gota, tiene los ungüentos, los calefactores, los bragueros vienen a su socorro; -por último, se ha muerto; no tiene que pasar cuidado, que no ha de faltarle caja y mortaja a precios cómodos y a gusto del consumidor.
Todas estas y otras más, ventajas ofrece la lectura del Diario al hombre considerado en su estado natural; mas si le concretamos al social en que vivimos, este hombre por fuerza se ha visto precisado a vestirse según su clase, y ha debido acudir a los almacenes cuyos curiosos inventarios publica diariamente este periódico; -si ha obtenido un empleo, puede encontrar a poca costa el uniforme, tal vez de su antecesor, y con él comprar la ciencia infusa que los bordados llevan consigo; -si ha de tomar casa o poner tienda, se le presentan alquileres y traspasos de enseres y reputación; -si aficionado a la literatura, verá por los copiosos anuncios el estado floreciente de la nuestra; -si necesita criados que le sirvan, podrá escogerlos en la dilatada escala que media desde los sujetos decentes que se ofrecen a administrarle las fincas o llevarle sus libros, hasta el mozo de mulas que se compromete a cuidárselas, si las tiene; -si necesita dinero, encontrará quien se lo preste, siempre que medie el correspondiente interés y una hipoteca bastante a juicio de usurero; -mas si, por el contrario, le sobrase y no supiera en qué emplearlo, podrá escoger cualquiera de las ocasiones que se presentan todos los días de casas que se reedifican, hipotecándose el piso principal para la construcción del segundo.
Sobre la tercera parte del Diario, de cuya oportunidad le felicitamos, se ha hablado bastante, y hasta el nombre de Agenda que la designa dio lugar a los chistes de algún periódico. Unos se irritaron porque estaba en latín; -para otros estuvo en griego, y hubo quien sostenía que era una palabra demasiado francesa. -Nosotros confesamos nuestro pecado; pero tratándose de indicar movimiento o cosas que han de hacerse, encontramos algo pobre en este punto nuestro Diccionario (sin duda porque acaso sea la moda del país el no hacer nada), y he aquí la razón por que creímos prudente el haber acudido a nuestra madre la lengua de los romanos, entre quienes no debía ser esta palabra vacía de sentido. Esto en cuanto a la cuestión del nombre; por lo que hace a la esencia de aquel artículo diario, nos hace agradecerle el convencimiento de que en nuestra España todo el mundo es pretendiente o litigante; pues el que quiera moverse en cualquier sentido ha de acudir a solicitar permiso para ello; el propietario que paga sus contribuciones constantemente tiene que dar sendos pasos para obtener las cartas de pago; el que presta su dinero, ha de sostener un pleito para cobrarle, y el que adquiere cualquier derecho, le ha de costar derechos el conocerle. -Esto prescindiendo de las demás noticias curiosas que ofrece dicha agenda sobre correos y diligencias, museos y espectáculos. Este artículo faltaba, sin duda, a nuestro Diario para hacerle general a toda la poblacion, y puede asegurarse que en las primeras capitales de Europa no existe ni puede existir esta comodidad de un depósito central de noticias locales; lo cual es natural, atendida la inmensa población de aquellas ciudades, que da suficiente alimento de anuncios a considerable número de periódicos; pero esto, sin embargo, no es tan cómodo para el público como poder encontrarlos reunidos en uno solo.
Concluiremos, en fin, la reseña del actual Diario de Madrid, advirtiendo que sobre todas sus ventajas ofrece la mayor en la baratura del precio. En efecto, todas aquellas se pueden obtener con poco más de dos cuartos diarios. ¿Y quién es, repetimos, el que no saca de la lectura del Diario mayor utilidad? ¿Quién el que no pone a usura aquella módica suma? El conocimiento de un bando que liberta de una multa, el de un género más barato, el ahorro de un paseo inútil para acudir a una audiencia, y demás circunstancias que dejamos enumeradas, ¿no valen dos cuartos al día? Y si se calculan numéricamente todos estos conocimientos, ¿no habrá de tasarse más que en ocho reales al mes?
Después de todo lo dicho, sólo nos permitiremos una observación, que prueba el adelanto de los tiempos, a saber, que este periódico, que tan limitado principio tuvo y aun en sus mezquinas bases no podía sostenerse, no sólo se basta en el día a sí mismo, aun después de sus notables mejoras, sino que puede rendir y rinde efectivamente al Estado, y con aplicación a los establecimientos de beneficencia, la crecida suma anual de ciento veinte mil reales.
Hemos hecho en nuestro anterior artículo una historia del origen y progresos de este periódico; réstanos, pues, en el presente discurrir sobre su estado actual, y las utilidades que promete al vecindario de esta capital. Ellas son tales, que le hacen indispensable a toda persona regular residente en Madrid; y si bien limitado al recinto de sus muros, viene a ser dentro de ellos la orden del día para el movimiento económico de la población.
¿Quién es, con efecto, el que no acude a este depósito central a adquirir las noticias respectivas que su curiosidad o su interés le hacen desear? -La vieja devota, el hombre timorato buscan el santo del día o las funciones religiosas; -los que desean saber a punto fijo el grado de calor o de frío que han sentido el día anterior, no quedan persuadidos de ello hasta que lo ven confirmado en el Diario; el militar busca la orden de la plaza, y el paisano las de las autoridades civiles; -el tendero o la viuda rica examinan los anuncios de casas, ya en pública subasta, ya a voluntad de sus dueños; todo con el objeto de encontrar una en que poder colocar su arrinconado monetario, que el corto movimiento de nuestra industria les impide emplear más útilmente; -los acreedores se consuelan con ver el señalamiento para las juntas de concurso, en que tendrán la facultad de poder nombrar un síndico que parta con el escribano el resto del caudal del deudor; -los aficionados a la lotería tienen la satisfacción de saber que tal o cual premio ha caído en Madrid, y aun el nombre de una patriota conexionada con las víctimas del Dos de Mayo; -los que tuvieran alhaja que empeñar saben que hay Monte de Piedad; -el público todo conoce a cómo pagan el trigo los tahoneros, -y los que fiaron en el crédito del Estado para comprar una renta que los produjese un 5 por 100 al año, tienen la satisfacción de saber que en el mismo espacio de tiempo han perdido un 15 en el capital.
Esto en cuanto a la primera parte de anuncios oficiales; que si de ahí nos deslizamos en la segunda, que comprende los particulares de comercio e industria, ¿quién es el ser tan completamente independiente, que no tenga que ver con alguna de estas líneas?
Si consideramos al hombre en general, debemos suponer que este hombre ha sido niño y ha necesitado vacunación, a menos que haya transigido con las viruelas; ha necesitado nodriza (siempre que su madre no haya pertenecido a la plebe); -ha sido mancebo, y se ha visto obligado a tener bigotes o patillas, o bien lo ha sido preciso quitarse uno y otro, según la aplicación que se haya dado al género romántico o al clásico; y en cualquiera de los dos casos ha tenido que acudir a los cosméticos para hacerlas crecer, o las navajas para rasurarlas; -ha sido dama, y ha necesitado ser hermosa; y si la naturaleza ingrata la ha negado una fina tez o un agradable color, se ha visto obligada a adoptar el agua de madama Ma, o la balsámica de la Meca, que usan las damas de Borneo; -ha sido libertino, y siente los dolores osteocopos o sifilíticos; en este caso, nadie mejor que los empíricos pueden sacarle del apuro con bálsamos y redomitas; -ha sido gastrónomo, y es probable que le hayan gustado los jamones de Candelas o las truchas del Barco de Ávila; -ha sido viejo, y ha tenido pelo, ha tenido dientes, y ahora tiene callos, tiene gota, tiene los ungüentos, los calefactores, los bragueros vienen a su socorro; -por último, se ha muerto; no tiene que pasar cuidado, que no ha de faltarle caja y mortaja a precios cómodos y a gusto del consumidor.
Todas estas y otras más, ventajas ofrece la lectura del Diario al hombre considerado en su estado natural; mas si le concretamos al social en que vivimos, este hombre por fuerza se ha visto precisado a vestirse según su clase, y ha debido acudir a los almacenes cuyos curiosos inventarios publica diariamente este periódico; -si ha obtenido un empleo, puede encontrar a poca costa el uniforme, tal vez de su antecesor, y con él comprar la ciencia infusa que los bordados llevan consigo; -si ha de tomar casa o poner tienda, se le presentan alquileres y traspasos de enseres y reputación; -si aficionado a la literatura, verá por los copiosos anuncios el estado floreciente de la nuestra; -si necesita criados que le sirvan, podrá escogerlos en la dilatada escala que media desde los sujetos decentes que se ofrecen a administrarle las fincas o llevarle sus libros, hasta el mozo de mulas que se compromete a cuidárselas, si las tiene; -si necesita dinero, encontrará quien se lo preste, siempre que medie el correspondiente interés y una hipoteca bastante a juicio de usurero; -mas si, por el contrario, le sobrase y no supiera en qué emplearlo, podrá escoger cualquiera de las ocasiones que se presentan todos los días de casas que se reedifican, hipotecándose el piso principal para la construcción del segundo.
Sobre la tercera parte del Diario, de cuya oportunidad le felicitamos, se ha hablado bastante, y hasta el nombre de Agenda que la designa dio lugar a los chistes de algún periódico. Unos se irritaron porque estaba en latín; -para otros estuvo en griego, y hubo quien sostenía que era una palabra demasiado francesa. -Nosotros confesamos nuestro pecado; pero tratándose de indicar movimiento o cosas que han de hacerse, encontramos algo pobre en este punto nuestro Diccionario (sin duda porque acaso sea la moda del país el no hacer nada), y he aquí la razón por que creímos prudente el haber acudido a nuestra madre la lengua de los romanos, entre quienes no debía ser esta palabra vacía de sentido. Esto en cuanto a la cuestión del nombre; por lo que hace a la esencia de aquel artículo diario, nos hace agradecerle el convencimiento de que en nuestra España todo el mundo es pretendiente o litigante; pues el que quiera moverse en cualquier sentido ha de acudir a solicitar permiso para ello; el propietario que paga sus contribuciones constantemente tiene que dar sendos pasos para obtener las cartas de pago; el que presta su dinero, ha de sostener un pleito para cobrarle, y el que adquiere cualquier derecho, le ha de costar derechos el conocerle. -Esto prescindiendo de las demás noticias curiosas que ofrece dicha agenda sobre correos y diligencias, museos y espectáculos. Este artículo faltaba, sin duda, a nuestro Diario para hacerle general a toda la poblacion, y puede asegurarse que en las primeras capitales de Europa no existe ni puede existir esta comodidad de un depósito central de noticias locales; lo cual es natural, atendida la inmensa población de aquellas ciudades, que da suficiente alimento de anuncios a considerable número de periódicos; pero esto, sin embargo, no es tan cómodo para el público como poder encontrarlos reunidos en uno solo.
Concluiremos, en fin, la reseña del actual Diario de Madrid, advirtiendo que sobre todas sus ventajas ofrece la mayor en la baratura del precio. En efecto, todas aquellas se pueden obtener con poco más de dos cuartos diarios. ¿Y quién es, repetimos, el que no saca de la lectura del Diario mayor utilidad? ¿Quién el que no pone a usura aquella módica suma? El conocimiento de un bando que liberta de una multa, el de un género más barato, el ahorro de un paseo inútil para acudir a una audiencia, y demás circunstancias que dejamos enumeradas, ¿no valen dos cuartos al día? Y si se calculan numéricamente todos estos conocimientos, ¿no habrá de tasarse más que en ocho reales al mes?
Después de todo lo dicho, sólo nos permitiremos una observación, que prueba el adelanto de los tiempos, a saber, que este periódico, que tan limitado principio tuvo y aun en sus mezquinas bases no podía sostenerse, no sólo se basta en el día a sí mismo, aun después de sus notables mejoras, sino que puede rendir y rinde efectivamente al Estado, y con aplicación a los establecimientos de beneficencia, la crecida suma anual de ciento veinte mil reales.
Poesía ultraísta, "Diana" y "Conjunción abismo", versos de Rafael Lasso de la Vega
DIANA
El hortera paseante en bicicleta sortilegio
compromiso con mi criada desnuda en el patio
Es la recepción perfumería en los alrededores del domingo
comadrona espiritual de las entidades periódicas
casa de dormir al servicio de la ley
soñando con la murga a pasos de entresuelo
sorbete y cine restaurant hebdomadario,
algarabía soleada de los bailables cartomancia
CONJUNCIÓN ABISMO
La esquina solitaria otras veces
nadie había visto atención clínica de urgencia
se necesitan aprendizas
la puertecilla de cristales de colores con luz dentro gira sola
y el farol rojo ante los anuncios pegados a la pared
En el gran silencio de mil orejas y en la soledad reducida
que mira estrechamente desde un millón de ojos
abierto toda la noche
se llama el paravant y es sabido
cosas misteriosas habrán pasado por aquí
horribles sombras, palabras en la oscuridad, pasos incertidumbres,
y tal vez nada a la luz de los reverberos de un diente
porque la noche se desploma desde los desvanes allá arriba
entre las chimeneas que se pasean en grupos
cogidas de las manos con sus sombreros de copa
llevan todas las llaves todas las campanillas todas las ventanas
y el viejo pequeño bar de la callejuela sonámbula
las fanfarrias de otras horas risueñas
y el siglo pasado
también los licores y las casas de vecindad y los music-halls
las puertas traseras de los teatros y el maquillage[sic]
todo de aquí a un momento no es prudente
lámpara discreta en el interior curiosidad
paraguas mojado señoras y señores bien entendido
a mano derecha, señorita mecanógrafa
peluquería, imprenta hace bastante frío
las piezas del ajedrez ahora
suena cló cló el canalón de diciembre
conversación ocurrencias el humo de la pipa
o el piano mecánico a estas horas con todas las revistas
y un bello rostro conocido hasta el día siguiente
El hortera paseante en bicicleta sortilegio
compromiso con mi criada desnuda en el patio
Es la recepción perfumería en los alrededores del domingo
comadrona espiritual de las entidades periódicas
casa de dormir al servicio de la ley
soñando con la murga a pasos de entresuelo
sorbete y cine restaurant hebdomadario,
algarabía soleada de los bailables cartomancia
CONJUNCIÓN ABISMO
La esquina solitaria otras veces
nadie había visto atención clínica de urgencia
se necesitan aprendizas
la puertecilla de cristales de colores con luz dentro gira sola
y el farol rojo ante los anuncios pegados a la pared
En el gran silencio de mil orejas y en la soledad reducida
que mira estrechamente desde un millón de ojos
abierto toda la noche
se llama el paravant y es sabido
cosas misteriosas habrán pasado por aquí
horribles sombras, palabras en la oscuridad, pasos incertidumbres,
y tal vez nada a la luz de los reverberos de un diente
porque la noche se desploma desde los desvanes allá arriba
entre las chimeneas que se pasean en grupos
cogidas de las manos con sus sombreros de copa
llevan todas las llaves todas las campanillas todas las ventanas
y el viejo pequeño bar de la callejuela sonámbula
las fanfarrias de otras horas risueñas
y el siglo pasado
también los licores y las casas de vecindad y los music-halls
las puertas traseras de los teatros y el maquillage[sic]
todo de aquí a un momento no es prudente
lámpara discreta en el interior curiosidad
paraguas mojado señoras y señores bien entendido
a mano derecha, señorita mecanógrafa
peluquería, imprenta hace bastante frío
las piezas del ajedrez ahora
suena cló cló el canalón de diciembre
conversación ocurrencias el humo de la pipa
o el piano mecánico a estas horas con todas las revistas
y un bello rostro conocido hasta el día siguiente
sábado, 23 de marzo de 2013
viernes, 22 de marzo de 2013
"Emblema de la virtuosa" y "Parábola de la inconstante", poemas de Rosario Castellanos en "Materia memorable"(13)
EMBLEMA DE LA VIRTUOSA
Después de días, muchos, muchos días
-cada uno con su cara
y su rudo instrumento de dominio en la mano-
me comparo a la bestia que ya ha tascado el freno,
que ya ha sentido hundirse la espuela en el ijar
y sabe cómo el brío y el furor
ascienden, se deshacen
entre los belfos como espuma inútil.
Sí, callo. Sí, me inclino. Me detengo,
me apresuro según la rienda manda.
Para que mi jinete, mi destino
-ese a quien no conozco-, vaya hasta donde va.
Cuando joven pací en una pradera
abundante de nombres y yo escogí lo mío.
Pero mi senda de hoy tiene no más un trébol.
Con un pétalo dice mansedumbre
y con otro lealtad
y con otro obediencia.
Ay, pero el cuarto, el último,
la hoja de la suerte verdadera,
dice sólo abyección.
Amigo que encegueces cuando miras, ciégame,
úngeme de soberbia,
amortigua mi tacto, mi memoria,
todo lo que ilumina, lo que lee,
para que quede oculta esa palabra.
PARÁBOLA DE LA INCONSTANTE
Antes, cuando me hablaba a mí misma, decía:
si yo soy lo que soy
y dejo que en mi cuerpo, que en mis años
suceda ese proceso
que la semilla le permite al árbol
y la piedra a la estatua, seré la plenitud.
Y acaso era verdad. Una verdad.
Pero, ay, amanecía dócil como la hiedra
a asirme a una pared como el enamorado
se ase del otro con sus juramentos.
Y luego yo esparcía a mi alrededor, erguida,
en solidez de roble,
la rumorosa soledad, la sombra
hospitalaria y daba al caminante
-a su cuchillo agudo de memoria-
el testimonio fiel de mi corteza.
Mi actitud era a veces el reposo
y otras el arrebato,
la gracia o el furor, siempre los dos contrarios
prontos a aniquilarse
y a emerger de las ruinas del vencido.
Cada hora suplantaba a alguno; cada hora
me iba de algún mesón desmantelado
en el que no encontré ni una mala bujía
y en el que no me fue posible dejar nada.
Usurpaba los nombres, me coronaba de ellos
para arrojar después, lejos de mí, el despojo.
Heme aquí, ya al final, y todavía
no sé qué cara le daré a la muerte.
Después de días, muchos, muchos días
-cada uno con su cara
y su rudo instrumento de dominio en la mano-
me comparo a la bestia que ya ha tascado el freno,
que ya ha sentido hundirse la espuela en el ijar
y sabe cómo el brío y el furor
ascienden, se deshacen
entre los belfos como espuma inútil.
Sí, callo. Sí, me inclino. Me detengo,
me apresuro según la rienda manda.
Para que mi jinete, mi destino
-ese a quien no conozco-, vaya hasta donde va.
Cuando joven pací en una pradera
abundante de nombres y yo escogí lo mío.
Pero mi senda de hoy tiene no más un trébol.
Con un pétalo dice mansedumbre
y con otro lealtad
y con otro obediencia.
Ay, pero el cuarto, el último,
la hoja de la suerte verdadera,
dice sólo abyección.
Amigo que encegueces cuando miras, ciégame,
úngeme de soberbia,
amortigua mi tacto, mi memoria,
todo lo que ilumina, lo que lee,
para que quede oculta esa palabra.
PARÁBOLA DE LA INCONSTANTE
Antes, cuando me hablaba a mí misma, decía:
si yo soy lo que soy
y dejo que en mi cuerpo, que en mis años
suceda ese proceso
que la semilla le permite al árbol
y la piedra a la estatua, seré la plenitud.
Y acaso era verdad. Una verdad.
Pero, ay, amanecía dócil como la hiedra
a asirme a una pared como el enamorado
se ase del otro con sus juramentos.
Y luego yo esparcía a mi alrededor, erguida,
en solidez de roble,
la rumorosa soledad, la sombra
hospitalaria y daba al caminante
-a su cuchillo agudo de memoria-
el testimonio fiel de mi corteza.
Mi actitud era a veces el reposo
y otras el arrebato,
la gracia o el furor, siempre los dos contrarios
prontos a aniquilarse
y a emerger de las ruinas del vencido.
Cada hora suplantaba a alguno; cada hora
me iba de algún mesón desmantelado
en el que no encontré ni una mala bujía
y en el que no me fue posible dejar nada.
Usurpaba los nombres, me coronaba de ellos
para arrojar después, lejos de mí, el despojo.
Heme aquí, ya al final, y todavía
no sé qué cara le daré a la muerte.
jueves, 21 de marzo de 2013
Poesía con matemáticas: "La voz a ti debida" (de Pedro Salinas) y "Límite" (de Carmen Conde)
LA VOZ A TI DEBIDA
Sí, ¡todo con exceso!
¡La luz, la vida, el mar!
Plural, todo plural,
luces, vidas y mares.
A subir, a ascender
de docenas a cientos,
de cientos a millar,
en una jubilosa
repetición sin fin,
de tu amor, unidad.
Tablas, plumas y máquinas
todo a multiplicar,
caricia por caricia
abrazo por volcán.
Hay que cansar los números.
Que cuenten sin parar,
que se embriaguen contando,
y que no sepan ya
cuál de ellos ser el último;
¡qué vivir sin final!
Que un gran tropel de ceros
asalte nuestras dichas
esbeltas, al pasar,
y las lleve a su cima.
Que se rompan las cifras,
sin poder calcular
ni el tiempo, ni los besos.
Y al otro lado ya
de cómputos, de signos,
entregarnos a ciegas
¡exceso, qué penúltimo!,
a un gran fondo azaroso
que irresistiblemente está
cantándonos a gritos
fúlgidos de futuro:
"Eso no es nada aún.
Buscaos bien, hay más."
Pedro Salinas
LÍMITE
Esfera ceñida de esferas que no pueden
escapar de la esfera única.
Manos esféricas ciñéndose a unas piernas
que se abrazan redondas, perfectísimas.
Si esta esfera que soy ya, que fui yo siempre,
desgajara de sí un anillo y lo arrojara,
se caería
cogido por un extremo, prolongándose
hasta pisar el polvo.
Ondularía siglos, y su música
subiría por temblores a la esfera
que le retiene siempre jamás, tan suyo.
Sería vertical, hasta que un siglo
la curva reclamara ser redonda
desde un albor sin ritmo.
Subiría otra vez a ser anillo,
anegándose por amor de querencia inmarchitable,
en la esfera total.
Yo he sido anillo,
tembloroso al caer, y erguida
me dejaba correr desde los tiempos...
Mas la esfera sintió que al fin mi esencia
debía descansar en lo redondo.
Carmen Conde
Sí, ¡todo con exceso!
¡La luz, la vida, el mar!
Plural, todo plural,
luces, vidas y mares.
A subir, a ascender
de docenas a cientos,
de cientos a millar,
en una jubilosa
repetición sin fin,
de tu amor, unidad.
Tablas, plumas y máquinas
todo a multiplicar,
caricia por caricia
abrazo por volcán.
Hay que cansar los números.
Que cuenten sin parar,
que se embriaguen contando,
y que no sepan ya
cuál de ellos ser el último;
¡qué vivir sin final!
Que un gran tropel de ceros
asalte nuestras dichas
esbeltas, al pasar,
y las lleve a su cima.
Que se rompan las cifras,
sin poder calcular
ni el tiempo, ni los besos.
Y al otro lado ya
de cómputos, de signos,
entregarnos a ciegas
¡exceso, qué penúltimo!,
a un gran fondo azaroso
que irresistiblemente está
cantándonos a gritos
fúlgidos de futuro:
"Eso no es nada aún.
Buscaos bien, hay más."
Pedro Salinas
LÍMITE
Esfera ceñida de esferas que no pueden
escapar de la esfera única.
Manos esféricas ciñéndose a unas piernas
que se abrazan redondas, perfectísimas.
Si esta esfera que soy ya, que fui yo siempre,
desgajara de sí un anillo y lo arrojara,
se caería
cogido por un extremo, prolongándose
hasta pisar el polvo.
Ondularía siglos, y su música
subiría por temblores a la esfera
que le retiene siempre jamás, tan suyo.
Sería vertical, hasta que un siglo
la curva reclamara ser redonda
desde un albor sin ritmo.
Subiría otra vez a ser anillo,
anegándose por amor de querencia inmarchitable,
en la esfera total.
Yo he sido anillo,
tembloroso al caer, y erguida
me dejaba correr desde los tiempos...
Mas la esfera sintió que al fin mi esencia
debía descansar en lo redondo.
Carmen Conde
Poemas de "Destrucción de la mañana" de José María Fonollosa (8, y fin)
39
Nada ha salido igual a lo pensado.
Pero entonces ¿por qué se nos impuso
guardar en la razón la miel del sueño
si nos impiden luego desgustarla?
Hubiera sido mucho más piadoso
el habernos dejado en la frontera
del no pensar, sentir, no soñar nada.
Quedar en el no ser, nunca haber sido.
Cuánto dolor se ha ahorrado y cuánto odio
ése, el que no ha nacido, aunque lo ignore.
Lo sabemos nosotros que vivimos,
que intuimos la nada. Y lo envidiamos.
40
Subo las escaleras de mi casa
despacio, descontento, taciturno.
Tan sólo un pensamiento me conforta:
Las casas están llenas de frustrados.
De seres, como yo, sin aptitudes
para ser singulares en enjambres
pese a aspirar brillara su luz propia.
Y poco a poco fueron acogiéndose
a un amor, profesión, final destino
que no era el que anhelaran. Y están solos.
41
Entro en mi habitación. Entramos ambos
mutuamente eludiéndonos, sombríos.
Está cansado. Noto su cansancio.
Antes no me cansaba con mi cuerpo.
Le miro en el espejo. Está en silencio.
Abatido. Presume su derrota.
Pasaroso. Le escupo varias veces.
Tal vez me compadece y le doy lástima.
Acaso me comprende y me disculpa.
Quizás él también sufre al conocerse
indeseado en mí y juzga que es inútil
pretender que tolere su presencia.
Le aborrezco, es verdad. Y mi desprecio
se extiende por su rostro palidísimo
como áspera maleza por el monte.
Y golpeo el cristal que me lo muestra.
Hasta que le hago huir de mi mirada
sangrándole las manos. ¿O son mías,
por el dolor que corre entre los dedos
y vocifera alertas en mi mente?
Pero está ahí, en el suelo. En mil lugares
se distingue du faz atribulada
que me observa. Y transforma su expresión
en la actitud absorta que era mía.
Nada ha salido igual a lo pensado.
Pero entonces ¿por qué se nos impuso
guardar en la razón la miel del sueño
si nos impiden luego desgustarla?
Hubiera sido mucho más piadoso
el habernos dejado en la frontera
del no pensar, sentir, no soñar nada.
Quedar en el no ser, nunca haber sido.
Cuánto dolor se ha ahorrado y cuánto odio
ése, el que no ha nacido, aunque lo ignore.
Lo sabemos nosotros que vivimos,
que intuimos la nada. Y lo envidiamos.
40
Subo las escaleras de mi casa
despacio, descontento, taciturno.
Tan sólo un pensamiento me conforta:
Las casas están llenas de frustrados.
De seres, como yo, sin aptitudes
para ser singulares en enjambres
pese a aspirar brillara su luz propia.
Y poco a poco fueron acogiéndose
a un amor, profesión, final destino
que no era el que anhelaran. Y están solos.
41
Entro en mi habitación. Entramos ambos
mutuamente eludiéndonos, sombríos.
Está cansado. Noto su cansancio.
Antes no me cansaba con mi cuerpo.
Le miro en el espejo. Está en silencio.
Abatido. Presume su derrota.
Pasaroso. Le escupo varias veces.
Tal vez me compadece y le doy lástima.
Acaso me comprende y me disculpa.
Quizás él también sufre al conocerse
indeseado en mí y juzga que es inútil
pretender que tolere su presencia.
Le aborrezco, es verdad. Y mi desprecio
se extiende por su rostro palidísimo
como áspera maleza por el monte.
Y golpeo el cristal que me lo muestra.
Hasta que le hago huir de mi mirada
sangrándole las manos. ¿O son mías,
por el dolor que corre entre los dedos
y vocifera alertas en mi mente?
Pero está ahí, en el suelo. En mil lugares
se distingue du faz atribulada
que me observa. Y transforma su expresión
en la actitud absorta que era mía.
miércoles, 20 de marzo de 2013
Luis Luna acerca de "Codex Mundi, escritura fractal completa", de Ramon Dachs
Ramón Dachs, Codex Mundi, escritura fractal completa, Amargord ediciones, 2012
Hablar todavía hoy de Ramón Dachs en el ámbito castellanohablante es conversar acerca de un poeta secreto. Su obra, poco conocida y con una difusión muy escasa, nos ha ido llegando a través de catálogos de exposiciones, reseñas breves y algunos otros apuntes. Incluso boca a boca, o mediante encuentros en sus exposiciones. Nadie o casi nadie se ha interesado por sus publicaciones en Germanía o Espiral Maior. Tal vez esto sea debido a su condición de poeta no sujeto a los cánones, a las lenguas o a los territorios explorados. Los pioneros se enfrentan siempre al peaje de la incomprensión y de la ignorancia, ignorancia que tiende además, en numerosas ocasiones, a la ocultación o al ninguneo. Por ello, sería conveniente adscribir a nuestro poeta a la escritura en libertad, cercano a las poéticas no lineales y dentro de ellas, a la escritura fractal.
Y claro, ¿qué suponen este tipo de escrituras dentro de un canon falsamente realista? El margen en el margen, más propio de lo visual que de lo poético. Sin embargo, calificar al poeta que nos ocupa de poeta visual engañaría a sus lectores. Porque la poesía de Dachs, puede y debe leerse, o más bien asistir a ella como a una experiencia total, donde el lector/contemplador tiene siempre la última posibilidad de reconstrucción. Interesa, llegados a este punto, escuchar sus propias palabras, con el objeto de entender la tradición literaria con la que se identifica: “Me parece que mis poéticas no lineales entroncan bien con las tradiciones post-mallarmeanas y con las oulipianas, en efecto. Es una genealogía bien planteada. A completar con las figuras de Llull y sus epígonos (Bruno y Leibniz), Protágoras, la arquitectura gótica, la dodecafonía mínima de Webern, la poesía concreta, el Barthes de Le degré zero de l’écriture, la teoría de fractales de Mandelbrot….”. Esta genealogía nos informa bien de sobre qué estamos hablando y nos sitúa en el terreno siempre fértil del pensamiento, de la innovación y de la incertidumbre. Incertidumbre, sí, puesto que toda poesía, cuando es excelente, busca crear incertidumbre en el lector, para que así pueda hacerse preguntas, reflexionar por sí mismo, evitar el pensamiento único.
La edición que ha preparado exquisitamente Jesús Malia dentro de Amargord ediciones recoge la “escritura fractal completa” de nuestro autor. El grafismo de esta edición ha corrido a cargo de Julio Reija y se trata de un trabajo complejo, que realza la propia edición de una escritura ya de por sí difícil de editar. Esta escritura fractal completa se compone de dos ciclos: “Codex mundi” y “poema de poemas”. Ambos ciclos se complementan con documentos que intentan explicarlos y/o complementarlos. Estamos por tanto ante una edición que intenta dejar constancia no solo de la obra desnuda sino también de los documentos gráficos que puedan enriquecerla. Esta sistematicidad tiene mucho que ver con la propia manera de trabajar de Dachs, ya que se intentan apresar todas las posibilidades a través de modelos matemáticos que tienen que ver con la creación de fractales poéticos a través de escrituras no lineales. Sin embargo, no tienen que asustarnos estos apriorismos, estos puntos de partida que en Dachs están explícitos. El buen hacer del poeta nos permite el disfrute estético sin deber, necesariamente, conocerlos.
El primer ciclo, Codex Mundi, nos permite apreciar la relación entre poesía y geometría mediante la contemplación de determinadas figuras circulares formadas por palabras representativas. En el interior de cada figura se establecen dos puntos que el lector puede unir libremente. Adentrarse en el mosaico que conforman las figuras permite el autoconocimiento y la contemplación, a la par que otorgan un valor iniciático al lenguaje, ofreciendo así el verdadero trabajo del poeta que tiene que ver con el lenguaje en todas sus dimensiones: sentido, fonética, etc. Obra desasosegante y armónica al mismo tiempo, obra completa y abierta este codex mundi, celebra con nosotros la epifanía de la memoria y la palabra. Dos lenguajes que se unen para una significación mayor. Ciencia y poesía en un sentido trascendente, elevador. Recuerda la obra de Dachs a las reflexiones de Gómez de Liaño, a los poemas de Scala y a la abstracción geométrica de la pintora Guadalupe Luceño.
Respecto a “poema de poemas, puesta en escena del silencio” Dachs propone nuevas figuras y combinaciones numéricas para explicarlas. Las fotografías recogen la instalación que se hizo de tales figuras en Francia, Barcelona y Argentina entre los años 2006 y 2007. El exquisito montaje llevado a cabo por la maquetación de Reija nos permite apreciar bien el magnetismo del propio recorrido expositivo. Además de las fotografías se nos entregan las nuevas figuras geométricas esquematizadas y realizadas en alzado. Los textos que acompañan a las figuras procuran, de forma casi hipertextual, incitar a una contemplación más activa de las propias figuras.
Ambos ciclos son, en definitiva, una excelente vía de aproximación a la excelente obra de Dachs, una de las pocas verdaderamente nueva, contemporánea y pionera dentro del saldo que arroja la creación postmoderna. Debe ser el lector quien complete su significado, así como le compete a él mismo rematar esta reseña con la propia lectura del libro.
Luis Luna
Hablar todavía hoy de Ramón Dachs en el ámbito castellanohablante es conversar acerca de un poeta secreto. Su obra, poco conocida y con una difusión muy escasa, nos ha ido llegando a través de catálogos de exposiciones, reseñas breves y algunos otros apuntes. Incluso boca a boca, o mediante encuentros en sus exposiciones. Nadie o casi nadie se ha interesado por sus publicaciones en Germanía o Espiral Maior. Tal vez esto sea debido a su condición de poeta no sujeto a los cánones, a las lenguas o a los territorios explorados. Los pioneros se enfrentan siempre al peaje de la incomprensión y de la ignorancia, ignorancia que tiende además, en numerosas ocasiones, a la ocultación o al ninguneo. Por ello, sería conveniente adscribir a nuestro poeta a la escritura en libertad, cercano a las poéticas no lineales y dentro de ellas, a la escritura fractal.
Y claro, ¿qué suponen este tipo de escrituras dentro de un canon falsamente realista? El margen en el margen, más propio de lo visual que de lo poético. Sin embargo, calificar al poeta que nos ocupa de poeta visual engañaría a sus lectores. Porque la poesía de Dachs, puede y debe leerse, o más bien asistir a ella como a una experiencia total, donde el lector/contemplador tiene siempre la última posibilidad de reconstrucción. Interesa, llegados a este punto, escuchar sus propias palabras, con el objeto de entender la tradición literaria con la que se identifica: “Me parece que mis poéticas no lineales entroncan bien con las tradiciones post-mallarmeanas y con las oulipianas, en efecto. Es una genealogía bien planteada. A completar con las figuras de Llull y sus epígonos (Bruno y Leibniz), Protágoras, la arquitectura gótica, la dodecafonía mínima de Webern, la poesía concreta, el Barthes de Le degré zero de l’écriture, la teoría de fractales de Mandelbrot….”. Esta genealogía nos informa bien de sobre qué estamos hablando y nos sitúa en el terreno siempre fértil del pensamiento, de la innovación y de la incertidumbre. Incertidumbre, sí, puesto que toda poesía, cuando es excelente, busca crear incertidumbre en el lector, para que así pueda hacerse preguntas, reflexionar por sí mismo, evitar el pensamiento único.
La edición que ha preparado exquisitamente Jesús Malia dentro de Amargord ediciones recoge la “escritura fractal completa” de nuestro autor. El grafismo de esta edición ha corrido a cargo de Julio Reija y se trata de un trabajo complejo, que realza la propia edición de una escritura ya de por sí difícil de editar. Esta escritura fractal completa se compone de dos ciclos: “Codex mundi” y “poema de poemas”. Ambos ciclos se complementan con documentos que intentan explicarlos y/o complementarlos. Estamos por tanto ante una edición que intenta dejar constancia no solo de la obra desnuda sino también de los documentos gráficos que puedan enriquecerla. Esta sistematicidad tiene mucho que ver con la propia manera de trabajar de Dachs, ya que se intentan apresar todas las posibilidades a través de modelos matemáticos que tienen que ver con la creación de fractales poéticos a través de escrituras no lineales. Sin embargo, no tienen que asustarnos estos apriorismos, estos puntos de partida que en Dachs están explícitos. El buen hacer del poeta nos permite el disfrute estético sin deber, necesariamente, conocerlos.
El primer ciclo, Codex Mundi, nos permite apreciar la relación entre poesía y geometría mediante la contemplación de determinadas figuras circulares formadas por palabras representativas. En el interior de cada figura se establecen dos puntos que el lector puede unir libremente. Adentrarse en el mosaico que conforman las figuras permite el autoconocimiento y la contemplación, a la par que otorgan un valor iniciático al lenguaje, ofreciendo así el verdadero trabajo del poeta que tiene que ver con el lenguaje en todas sus dimensiones: sentido, fonética, etc. Obra desasosegante y armónica al mismo tiempo, obra completa y abierta este codex mundi, celebra con nosotros la epifanía de la memoria y la palabra. Dos lenguajes que se unen para una significación mayor. Ciencia y poesía en un sentido trascendente, elevador. Recuerda la obra de Dachs a las reflexiones de Gómez de Liaño, a los poemas de Scala y a la abstracción geométrica de la pintora Guadalupe Luceño.
Respecto a “poema de poemas, puesta en escena del silencio” Dachs propone nuevas figuras y combinaciones numéricas para explicarlas. Las fotografías recogen la instalación que se hizo de tales figuras en Francia, Barcelona y Argentina entre los años 2006 y 2007. El exquisito montaje llevado a cabo por la maquetación de Reija nos permite apreciar bien el magnetismo del propio recorrido expositivo. Además de las fotografías se nos entregan las nuevas figuras geométricas esquematizadas y realizadas en alzado. Los textos que acompañan a las figuras procuran, de forma casi hipertextual, incitar a una contemplación más activa de las propias figuras.
Ambos ciclos son, en definitiva, una excelente vía de aproximación a la excelente obra de Dachs, una de las pocas verdaderamente nueva, contemporánea y pionera dentro del saldo que arroja la creación postmoderna. Debe ser el lector quien complete su significado, así como le compete a él mismo rematar esta reseña con la propia lectura del libro.
Luis Luna
Poemas de Óscar Oliva en "Estratos" (3)
el ruido planetario
como agua sucia
llega a mi casa
mi cuerpo y el sueño
entre libros y sábanas
luchan por no ahogarse
encima de la mesa respiro
otros planetas
habitan en mis pulmones
retiro mi casa a otra agua
un trozo de lápiz
sin cuerpo y sin ruido
muevo espejos en los cuadernos apagados
otros campos
cuando no hay nada más que respiración
___
No sé de quién son los recuerdos que estoy usando en estos momentos. Me parecen tan míos a esta velocidad que no quiero rechazarlos, como no rechazo el viento brutal que zangolotea el carro en la carretera que echa vapor de tan caliente, a la altura del parque eólico de La Ventosa, con la fatiga y el tedio que produce tan larga vía recta, con espejismos que adormecen. No sé de quién o de quiénes, pero ya son míos esos arbustos inclinados, llenos de bolsas y envolturas de plástico, girando, que compiten con las hélices de los molinos de viento, (remedos de seres extraterrestres), cuando todo se hace un susurro, y luego en la noche se oye manar la leche de Afrodita. No te vayas a dormir. Hay tráilers volcados, con doble fondo, gente semiasfixiada, patrullas de la policía, soldados enmascarados, perros rastreadores de drogas, no te vayas a parar, no vayas a atender otros recuerdos, a beber leche derramada, áurea, de esos senos. No dejes de ver por los retrovisores, no dejes que tu mente culpable te haga sentir perseguido. No hay nadie que quiera aniquilarte. Y luego empecé a acercarme, a distinguir una tenue luz, a decir, Aquí es el comienzo, lo que sigue será el aprendizaje de otros oficios más lentos; a veces me parece ver el final del túnel. Tuxtla se hace cada vez más pequeña a medida que me acerco. Jamás pude apagar y encender sus luces. Debo de meterme en sus aguas. En 8 horas comenzarán a congelarse. Y con ellas las criaturas que no han estado en el radar casero hasta ahora.
___
con todos
los soles
disparados
yo viajo
de error
en error
___
nadie da una canción
la canción es de nadie
el espacio la contiene
la vuelve flor de nadie
la canción es de nada
y va a la nada sin flor
nadie da una canción
___
la primera casa
la última casa
dos planetas errantes
sin estrella madre
rompiendo cerraduras
___
todas las flores rotas
la memoria engañada
llena de voces rotas
de imágenes humildes
la canción es de nadie
nadie da voz al viento
nadie da voz a nadie
como agua sucia
llega a mi casa
mi cuerpo y el sueño
entre libros y sábanas
luchan por no ahogarse
encima de la mesa respiro
otros planetas
habitan en mis pulmones
retiro mi casa a otra agua
un trozo de lápiz
sin cuerpo y sin ruido
muevo espejos en los cuadernos apagados
otros campos
cuando no hay nada más que respiración
___
No sé de quién son los recuerdos que estoy usando en estos momentos. Me parecen tan míos a esta velocidad que no quiero rechazarlos, como no rechazo el viento brutal que zangolotea el carro en la carretera que echa vapor de tan caliente, a la altura del parque eólico de La Ventosa, con la fatiga y el tedio que produce tan larga vía recta, con espejismos que adormecen. No sé de quién o de quiénes, pero ya son míos esos arbustos inclinados, llenos de bolsas y envolturas de plástico, girando, que compiten con las hélices de los molinos de viento, (remedos de seres extraterrestres), cuando todo se hace un susurro, y luego en la noche se oye manar la leche de Afrodita. No te vayas a dormir. Hay tráilers volcados, con doble fondo, gente semiasfixiada, patrullas de la policía, soldados enmascarados, perros rastreadores de drogas, no te vayas a parar, no vayas a atender otros recuerdos, a beber leche derramada, áurea, de esos senos. No dejes de ver por los retrovisores, no dejes que tu mente culpable te haga sentir perseguido. No hay nadie que quiera aniquilarte. Y luego empecé a acercarme, a distinguir una tenue luz, a decir, Aquí es el comienzo, lo que sigue será el aprendizaje de otros oficios más lentos; a veces me parece ver el final del túnel. Tuxtla se hace cada vez más pequeña a medida que me acerco. Jamás pude apagar y encender sus luces. Debo de meterme en sus aguas. En 8 horas comenzarán a congelarse. Y con ellas las criaturas que no han estado en el radar casero hasta ahora.
___
con todos
los soles
disparados
yo viajo
de error
en error
___
nadie da una canción
la canción es de nadie
el espacio la contiene
la vuelve flor de nadie
la canción es de nada
y va a la nada sin flor
nadie da una canción
___
la primera casa
la última casa
dos planetas errantes
sin estrella madre
rompiendo cerraduras
___
todas las flores rotas
la memoria engañada
llena de voces rotas
de imágenes humildes
la canción es de nadie
nadie da voz al viento
nadie da voz a nadie
martes, 19 de marzo de 2013
Poemas de José Almendros en "Nostálgicas", publicado en 1898. Hoy "Herencia" y "XV"
HERENCIA
Pasó el primer terror... Sobre la arena
que sedienta bebió la sangre roja
cayendo en hilos de la sien hendida,
en trágica actitud, yerto reposa
sin vida Abel.
Sobre la fuerte espalda,
yacente el busto de gentiles formas
y en cruz abiertos los tendidos brazos
como esperando una justicia sorda,
fijar parece en el lejano cielo,
los ojos llenos de la eterna sombra.
Flota el silencio en la extensión desierta;
todo en quietud está; la brisa sola
en callada caricia, del cadáver
riza al pasar la cabellera blonda...
Pasó el primer terror... Del escondrijo
a que convulso huyó tras de su obra,
la siniestra cabeza poco a poco
yergue mudo Caín. La vista torva
en torno vuelve, y el fatal castigo
que espantado temió, llegar no nota.
Mira al hermano sin horror; al cielo
tiende a veces la vista recelosa
como al riesgo la fiera, y parte al cabo
con pie furtivo y con mirada hosca.
Sólo en su gesto que el terror contrae
de una justicia incierta y pavorosa,
el medroso egoísmo se refleja
atento al riesgo propio; y cuando logra
la certidumbre de que tierra y cielos
no han de aplastarle ya, con calma honda
algo a su rostro asómase, que sordo
ruje en su corazón: —Ya no me estorba...
XV
Como en el seno del dañado fruto
con apetito sórdido y voraz
hormiguea en falanges el gusano
y en lucha palpitante viene y va,
sobre la tierra que el espacio cruza,
con instintivo afán,
¡como la carne bulle y hormiguea
en el furioso hervor de lo animal!...
Luchad, bullid... por el ansiado jugo
herid, morded, odiad...
en la iracunda angustia del vencido
o de la presa mísera al triunfar,
la vista alzad al fin sin ver del cielo
la irónica sublime majestad...
Sobre el vital fermento, excelsa reina
del claro día en la celeste paz,
cual reina sobre el vértigo furioso
de la rugiente y ronca tempestad.
¡Oh calma eterna del eterno espacio,
fija, inmutable, augusta, colosal,
serenidad inmensa de los cielos
cuándo al hombre de espejo servirás!...
Pasó el primer terror... Sobre la arena
que sedienta bebió la sangre roja
cayendo en hilos de la sien hendida,
en trágica actitud, yerto reposa
sin vida Abel.
Sobre la fuerte espalda,
yacente el busto de gentiles formas
y en cruz abiertos los tendidos brazos
como esperando una justicia sorda,
fijar parece en el lejano cielo,
los ojos llenos de la eterna sombra.
Flota el silencio en la extensión desierta;
todo en quietud está; la brisa sola
en callada caricia, del cadáver
riza al pasar la cabellera blonda...
Pasó el primer terror... Del escondrijo
a que convulso huyó tras de su obra,
la siniestra cabeza poco a poco
yergue mudo Caín. La vista torva
en torno vuelve, y el fatal castigo
que espantado temió, llegar no nota.
Mira al hermano sin horror; al cielo
tiende a veces la vista recelosa
como al riesgo la fiera, y parte al cabo
con pie furtivo y con mirada hosca.
Sólo en su gesto que el terror contrae
de una justicia incierta y pavorosa,
el medroso egoísmo se refleja
atento al riesgo propio; y cuando logra
la certidumbre de que tierra y cielos
no han de aplastarle ya, con calma honda
algo a su rostro asómase, que sordo
ruje en su corazón: —Ya no me estorba...
XV
Como en el seno del dañado fruto
con apetito sórdido y voraz
hormiguea en falanges el gusano
y en lucha palpitante viene y va,
sobre la tierra que el espacio cruza,
con instintivo afán,
¡como la carne bulle y hormiguea
en el furioso hervor de lo animal!...
Luchad, bullid... por el ansiado jugo
herid, morded, odiad...
en la iracunda angustia del vencido
o de la presa mísera al triunfar,
la vista alzad al fin sin ver del cielo
la irónica sublime majestad...
Sobre el vital fermento, excelsa reina
del claro día en la celeste paz,
cual reina sobre el vértigo furioso
de la rugiente y ronca tempestad.
¡Oh calma eterna del eterno espacio,
fija, inmutable, augusta, colosal,
serenidad inmensa de los cielos
cuándo al hombre de espejo servirás!...
"Colgado stá d'un caso el pensamiento..." y "Temblando'stá la vida a cada punto...", sonetos de Juan Boscán
Colgado stá d'un caso el pensamiento,
que'ntre'sperar y miedo se sostiene.
Compone, cada vez que al pleito viene,
el esperar, más fuerte su argumento.
De deseoso, el triste sentimiento
no osa temer; mirá qué temor tiene:
sólo imagina aquello que conviene
por engañar un poco su tormento.
¿Qué haré yo, con mi triste sentido,
si acontece desastre a tanto amor?
¿Dó'stará el mal después d'aver venido?
¿Cómo podré valerme en mi dolor
si agora a cada paso'stoy perdido
sólo en abrir las puertas al temor?
___
Temblando'stá la vida a cada punto
d'una ventura que ofrecido s'ha;
yo sé cuál buelve y sé cómo se va
el bien ya cuando llega a'star muy junto.
Cierro mis ojos, callo y no pregunto,
esperando Fortuna qué hará.
Harto mal es tener por cierto ya
que todo el mal o el bien ha de ser junto.
Gran miedo es éste, y grande la'sperança;
no'stá el alma dispuesta a tanto'stremo;
mucho cuesta el vencer en tal pelea.
Los que son de mi parte también temo,
que'l socorro que viene sin templança
los suyos mata, al tiempo que pelea.
que'ntre'sperar y miedo se sostiene.
Compone, cada vez que al pleito viene,
el esperar, más fuerte su argumento.
De deseoso, el triste sentimiento
no osa temer; mirá qué temor tiene:
sólo imagina aquello que conviene
por engañar un poco su tormento.
¿Qué haré yo, con mi triste sentido,
si acontece desastre a tanto amor?
¿Dó'stará el mal después d'aver venido?
¿Cómo podré valerme en mi dolor
si agora a cada paso'stoy perdido
sólo en abrir las puertas al temor?
___
Temblando'stá la vida a cada punto
d'una ventura que ofrecido s'ha;
yo sé cuál buelve y sé cómo se va
el bien ya cuando llega a'star muy junto.
Cierro mis ojos, callo y no pregunto,
esperando Fortuna qué hará.
Harto mal es tener por cierto ya
que todo el mal o el bien ha de ser junto.
Gran miedo es éste, y grande la'sperança;
no'stá el alma dispuesta a tanto'stremo;
mucho cuesta el vencer en tal pelea.
Los que son de mi parte también temo,
que'l socorro que viene sin templança
los suyos mata, al tiempo que pelea.
lunes, 18 de marzo de 2013
Inéditos de Zhivka Baltadzhieva y Agustín Calvo Galán en el número 29 de la revista "Álora, la bien cercada"
Preparar nuestro equipaje,
las maletas, los sombreros, los visados,
desearnos muy buenas noches, irnos, ir a otro cuarto,
otro barrio y otra ciudad, distante,
bajo otro sol, otra galaxia y otro tiempo,
otra intemperie,
cúmulo de estrellas diferente, otro sinfín,
paralelo o simplemente interior.
Ya estamos agotados. De palabras.
Del silencio, que se nos echa,
de lo dispuesta que está, y desde siempre,
a caer la noche.
Del verano siempre somnoliento. Y qué lento es el consciente
que en su mirada envuelve todo. Y qué rápido este instante
ya agarra su maleta
y jamás vuelve.
Y se queda alguien o algo
solo. A amarle. A amarle para siempre.
Mientras, hasta la eternidad no es eterna.
Zhivka Baltadzhieva
Lo que escribo
viaja sin mí.
*
Mi idioma
dice lo mismo y
su distinto
sin contradecirse.
*
Destejo lo que escribo,
araño y escupo,
pero me continúa.
*
Estas líneas me llevan la contraria,
son el antídoto
a favor de mí mismo.
*
Todo lo bueno
se desvanece
en la papelera.
*
Ni siquiera el idioma
nos ayuda a ser nosotros mismos.
Agustín Calvo Galán
las maletas, los sombreros, los visados,
desearnos muy buenas noches, irnos, ir a otro cuarto,
otro barrio y otra ciudad, distante,
bajo otro sol, otra galaxia y otro tiempo,
otra intemperie,
cúmulo de estrellas diferente, otro sinfín,
paralelo o simplemente interior.
Ya estamos agotados. De palabras.
Del silencio, que se nos echa,
de lo dispuesta que está, y desde siempre,
a caer la noche.
Del verano siempre somnoliento. Y qué lento es el consciente
que en su mirada envuelve todo. Y qué rápido este instante
ya agarra su maleta
y jamás vuelve.
Y se queda alguien o algo
solo. A amarle. A amarle para siempre.
Mientras, hasta la eternidad no es eterna.
Zhivka Baltadzhieva
Lo que escribo
viaja sin mí.
*
Mi idioma
dice lo mismo y
su distinto
sin contradecirse.
*
Destejo lo que escribo,
araño y escupo,
pero me continúa.
*
Estas líneas me llevan la contraria,
son el antídoto
a favor de mí mismo.
*
Todo lo bueno
se desvanece
en la papelera.
*
Ni siquiera el idioma
nos ayuda a ser nosotros mismos.
Agustín Calvo Galán
Poesía ultraísta, "Otoño" (de Juan Larrea) y "Cabaret" (de Rafel Lasso de la Vega)
CABARET
Souper-tango locura antorcha centelleos
Alba de la noche. Desnudos Danza de las estrellas
Champagne Whisky and soda Guirnaldas tulipas
Surtidor juegos de espejos Día artificial
Nace la espuma delirante de los colores
Enlace de miradas Capricho de amor mariposa
Máquina ligera viviente de atractivos que llaman
Todo esto es un barco Fábrica de placeres
Se desliza danzando por un río floreciente
Es linda la mujer Pantera tórtola
Despliega el abanico de sonrisas
A los sones de las orquestas Ráfagas Canciones
Oleada que gira bulliciosa Carrusel
Tziganes rojos jazz-band Cascabel torbellino
Músicas acrobáticas de los negros jocosos
Para cocotas resplandecientes de joyas y de encajes
Que tangotean entre los brazos de gentiles amadores.
Rafael Lasso de la Vega
Souper-tango locura antorcha centelleos
Alba de la noche. Desnudos Danza de las estrellas
Champagne Whisky and soda Guirnaldas tulipas
Surtidor juegos de espejos Día artificial
Nace la espuma delirante de los colores
Enlace de miradas Capricho de amor mariposa
Máquina ligera viviente de atractivos que llaman
Todo esto es un barco Fábrica de placeres
Se desliza danzando por un río floreciente
Es linda la mujer Pantera tórtola
Despliega el abanico de sonrisas
A los sones de las orquestas Ráfagas Canciones
Oleada que gira bulliciosa Carrusel
Tziganes rojos jazz-band Cascabel torbellino
Músicas acrobáticas de los negros jocosos
Para cocotas resplandecientes de joyas y de encajes
Que tangotean entre los brazos de gentiles amadores.
Rafael Lasso de la Vega
sábado, 16 de marzo de 2013
Madrid Cómico, un poco más
Acabamos la pasada semana nuestra revisión de los números de Madrid Cómico del año 1898, y me parece conveniente, ahora que siento concluida la tarea, si no hacer balance, que son muchas las hermosuras y aprendizajes que de él me llevo, sí declarar algunos de los motivos que hoy recuerdo me llevaron a esta revista satírica y a sus números de 1898.
Me saben ustedes interesado en el humor gráfico y el cómic (aunque no puedo sostener una conversación sobre estas materias con un auténtico aficionado a ellos). Por ello, desde los comienzos de esto blog rastreo webcomiqueros, he dado parte de algunos de mis ídolos y de los humoristas de prensa españoles. En la intención siempre de rastrear los orígenes y llegar a lugares no muy comunes, di en conocer publicaciones satíricas del siglo XIX, y entonces me fijé en Madrid Cómico.¿Por qué en ella? Probablemente porque no hay otra tan abundante y accesible a través de la web. ¿Por qué el año 1898? Porque cuando comencé a ver la combinación prodigiosa de humor y prosa, con la brillante nómina de intelectuales que la formaban, creí interesante este acercamiento a través de estos intelectuales y el humor a un año tan trágico para España como fue 1898.
Cumplido con mucho gusto el objetivo y siendo ya un enamorado de Madrid Cómico (al lector español de hoy decirle que fue como El Jueves, pero venido a más), quise buscar otro año en el que abundara de primeras plumas, pero resulta que pocos números hallo, y que la degeneración es evidente. Ay. Clarín, Benavente, Taboada... no más. Ni asomo de su altura.
Vayamos, sin embargo, brevemente (un número apenas) al año 1923. Dictadura consentida por nuestro monarca, Alfonso XIII, abuelo de Juan Carlos I, soberano actual español. El humor gráfico no decae, no, pero las letras... qué horror, cuánta vulgaridad y qué nefasta moral. Ay. Doy muestra, breve, no merece más, por gloria de sus moneros y del pasado glorioso de esta revista. Pero para ello, espera una semana, si me tienes paciencia e interés.
Me saben ustedes interesado en el humor gráfico y el cómic (aunque no puedo sostener una conversación sobre estas materias con un auténtico aficionado a ellos). Por ello, desde los comienzos de esto blog rastreo webcomiqueros, he dado parte de algunos de mis ídolos y de los humoristas de prensa españoles. En la intención siempre de rastrear los orígenes y llegar a lugares no muy comunes, di en conocer publicaciones satíricas del siglo XIX, y entonces me fijé en Madrid Cómico.¿Por qué en ella? Probablemente porque no hay otra tan abundante y accesible a través de la web. ¿Por qué el año 1898? Porque cuando comencé a ver la combinación prodigiosa de humor y prosa, con la brillante nómina de intelectuales que la formaban, creí interesante este acercamiento a través de estos intelectuales y el humor a un año tan trágico para España como fue 1898.
Cumplido con mucho gusto el objetivo y siendo ya un enamorado de Madrid Cómico (al lector español de hoy decirle que fue como El Jueves, pero venido a más), quise buscar otro año en el que abundara de primeras plumas, pero resulta que pocos números hallo, y que la degeneración es evidente. Ay. Clarín, Benavente, Taboada... no más. Ni asomo de su altura.
Vayamos, sin embargo, brevemente (un número apenas) al año 1923. Dictadura consentida por nuestro monarca, Alfonso XIII, abuelo de Juan Carlos I, soberano actual español. El humor gráfico no decae, no, pero las letras... qué horror, cuánta vulgaridad y qué nefasta moral. Ay. Doy muestra, breve, no merece más, por gloria de sus moneros y del pasado glorioso de esta revista. Pero para ello, espera una semana, si me tienes paciencia e interés.
viernes, 15 de marzo de 2013
"Canción", "Elegía" y "Retorno", poemas de Rosario Castellanos en "Materia memorable"(12)
CANCIÓN
Tal vez cuando nací alguien puso en mi cuna
una rama de mirto y se secó.
Tal vez eso fue todo lo que tuve
en la vida, de amor.
Porque después (oh, rostro traicionado
por la memoria, nudo deshecho en el adiós)
nada sino el silicio de aquella nervadura
me exprimió el corazón.
ELEGÍA
Cuerpo criatura, sí, tú y yo nos conocimos.
Tal vez corrí a tu encuentro
como corre la nube cargada de relámpagos.
Ay, esa luz tan breve, esa fulminación,
ese vasto silencio que sigue a la catástrofe.
Quienes ahora nos miran (piedras oscuras, trozos
de materia ya usada)
no sabrán que un instante nuestro nombre fue amor
y que en la eternidad nos llamamos destino.
RETORNO
Has muerto tantas veces; nos hemos despedido
en cada muelle,
en cada andén de los desgarramientos,
amor mío, y regresas
con otra faz de flor recién abierta
que no te reconozco hasta que palpo
dentro de mí la antigua cicatriz
en la que deletreo arduamente tu nombre.
Tal vez cuando nací alguien puso en mi cuna
una rama de mirto y se secó.
Tal vez eso fue todo lo que tuve
en la vida, de amor.
Porque después (oh, rostro traicionado
por la memoria, nudo deshecho en el adiós)
nada sino el silicio de aquella nervadura
me exprimió el corazón.
ELEGÍA
Cuerpo criatura, sí, tú y yo nos conocimos.
Tal vez corrí a tu encuentro
como corre la nube cargada de relámpagos.
Ay, esa luz tan breve, esa fulminación,
ese vasto silencio que sigue a la catástrofe.
Quienes ahora nos miran (piedras oscuras, trozos
de materia ya usada)
no sabrán que un instante nuestro nombre fue amor
y que en la eternidad nos llamamos destino.
RETORNO
Has muerto tantas veces; nos hemos despedido
en cada muelle,
en cada andén de los desgarramientos,
amor mío, y regresas
con otra faz de flor recién abierta
que no te reconozco hasta que palpo
dentro de mí la antigua cicatriz
en la que deletreo arduamente tu nombre.
jueves, 14 de marzo de 2013
Poesía con matemáticas:"Teorema" (de Luis Buñuel) y "Números" (de Pedro Salinas)
TEOREMA
Si por un punto fuera de una recta trazamos una recta paralela a ella obtendremos una soleada tarde de otoño.
En efecto:
El cielo todo ojos azules refleja el sueño sin peces de los estanques y estos a su vez bañan tibiamente la pereza de la tarde.
Los árboles ciegos pasan en lenta procesión y en sus más altas ramas pía oro alguna hoja rezagada.
Las calles en masa quieren salirse a pasear por el campo pero tan lentamente que pronto los viandantes se las dejan atrás todas estremecidas al sol.
Campos amarillentos trepan por colinas y alcores y allí se tienden, con las piernas abiertas, en espera de la noche. Sólo unos chopos siempre inquietos, telegrafían un “Morse” de hojas.
Acompasado respirar de la tarde y todas las cosas batiendo a su ritmo.
Yo, traigo en la palma de mi mano mi bastón sin hojas.
Un seno duerme runruneando al sol.
Todas las ventanas tienen pestañas como mujeres.
La torre de la iglesia, como un índice, señala la última nubecilla blanca.
Después de un bordoneo un silencio y luego pasa Cristo vendiendo voces.
Las golondrinas besan el pico de las siete.
Una descarga de veletas por el aire.
Las orejas de aquel mulo –él no se apercibe- reabsorben la tarde.
Se extingue la luz en mis solapas.
Es la hora en que comienza el solitario parto de las farolas.
Alguien da media vuelta al interruptor de las estrellas.
Que es lo que no nos habíamos propuesto demostrar.
Luis Buñuel
NÚMEROS
Tenías abecedario
innumerables estrellas;
clara
ibas poniendo la letra,
noche de agosto.
Pero yo sin entenderla,
misterio, no la quería.
Aquí en la mesa de al lado
dos hombres echaban cuentas.
Más bellas que luceros
fúlgidas cifras y cifras
cruzaban por el silencio,
puras estrellas errantes,
señales de suerte buena
con largas caudas de ceros.
Y yo me quedé mirándolas:
-¡qué consolación perfecta
tres por tres nueve!- olvidado
de Ariadna, desnuda allí
en islas del horizonte.
Pedro Salinas
Si por un punto fuera de una recta trazamos una recta paralela a ella obtendremos una soleada tarde de otoño.
En efecto:
El cielo todo ojos azules refleja el sueño sin peces de los estanques y estos a su vez bañan tibiamente la pereza de la tarde.
Los árboles ciegos pasan en lenta procesión y en sus más altas ramas pía oro alguna hoja rezagada.
Las calles en masa quieren salirse a pasear por el campo pero tan lentamente que pronto los viandantes se las dejan atrás todas estremecidas al sol.
Campos amarillentos trepan por colinas y alcores y allí se tienden, con las piernas abiertas, en espera de la noche. Sólo unos chopos siempre inquietos, telegrafían un “Morse” de hojas.
Acompasado respirar de la tarde y todas las cosas batiendo a su ritmo.
Yo, traigo en la palma de mi mano mi bastón sin hojas.
Un seno duerme runruneando al sol.
Todas las ventanas tienen pestañas como mujeres.
La torre de la iglesia, como un índice, señala la última nubecilla blanca.
Después de un bordoneo un silencio y luego pasa Cristo vendiendo voces.
Las golondrinas besan el pico de las siete.
Una descarga de veletas por el aire.
Las orejas de aquel mulo –él no se apercibe- reabsorben la tarde.
Se extingue la luz en mis solapas.
Es la hora en que comienza el solitario parto de las farolas.
Alguien da media vuelta al interruptor de las estrellas.
Que es lo que no nos habíamos propuesto demostrar.
Luis Buñuel
NÚMEROS
Tenías abecedario
innumerables estrellas;
clara
ibas poniendo la letra,
noche de agosto.
Pero yo sin entenderla,
misterio, no la quería.
Aquí en la mesa de al lado
dos hombres echaban cuentas.
Más bellas que luceros
fúlgidas cifras y cifras
cruzaban por el silencio,
puras estrellas errantes,
señales de suerte buena
con largas caudas de ceros.
Y yo me quedé mirándolas:
-¡qué consolación perfecta
tres por tres nueve!- olvidado
de Ariadna, desnuda allí
en islas del horizonte.
Pedro Salinas
Poemas de "Destrucción de la mañana" de José María Fonollosa (7)
33
Y estoy envejecido. Mas rechazo
esta figura mía en el camino
del penúltimo tramo de la vida.
Antes tengo que usar la juventud.
Estos años atrás, que diden jóvenes,
tuve que dedicarlos a buscar
amor, gloria, dinero... No podía
detenerme a vivir. Era lo urgente
atrapar el amor, gloria y dinero.
Debía sorprenderlos en atajos
que irían señalándome mis obras.
¡Estaba tan seguro! Ganaría
un lugar prominente en el Olimpo.
Y trabajé y sufrí. No tengo nada.
Necesito más tiempo de ser joven
pues trabajé y sufrí para poseer
amor, gloria y dinero siendo joven.
Y nada he conseguido. Ni ser joven.
35
Si oteo mi pasado sólo avisto
recuerdos agradables de películas
y libros. La ficción y personajes
asumidos por mí como algo propio.
Y sueños inventados que sembraba
para segar amor, gloria y dinero.
Cual si mi vida real hubiera sido
la vida no vivida por mi cuenta.
Cuando he debido hacerlo por mí mismo
todo ha salido mal. Y aún mal me sale.
36
¿Acaso soy mejor yo que los otros?
¿Son mi cuerpo y espíritu especiales?
¿Acaso soy un héroe excepcional
de esos de las películas y libros?
He de asentar los pies sobre la tierra.
Verme como el sinónimo ruinoso
de uno más del tropel de los humanos.
Alguien muy parecido a aquellos otros
que yo he menospreciado muchas veces.
¿Por qué, pues, no sumarme en el gran número?
¿Y por qué no me acepto en mi destino
si es vano rebelarse? No se puede.
No es posible escapar de lo que es uno.
Y estoy envejecido. Mas rechazo
esta figura mía en el camino
del penúltimo tramo de la vida.
Antes tengo que usar la juventud.
Estos años atrás, que diden jóvenes,
tuve que dedicarlos a buscar
amor, gloria, dinero... No podía
detenerme a vivir. Era lo urgente
atrapar el amor, gloria y dinero.
Debía sorprenderlos en atajos
que irían señalándome mis obras.
¡Estaba tan seguro! Ganaría
un lugar prominente en el Olimpo.
Y trabajé y sufrí. No tengo nada.
Necesito más tiempo de ser joven
pues trabajé y sufrí para poseer
amor, gloria y dinero siendo joven.
Y nada he conseguido. Ni ser joven.
35
Si oteo mi pasado sólo avisto
recuerdos agradables de películas
y libros. La ficción y personajes
asumidos por mí como algo propio.
Y sueños inventados que sembraba
para segar amor, gloria y dinero.
Cual si mi vida real hubiera sido
la vida no vivida por mi cuenta.
Cuando he debido hacerlo por mí mismo
todo ha salido mal. Y aún mal me sale.
36
¿Acaso soy mejor yo que los otros?
¿Son mi cuerpo y espíritu especiales?
¿Acaso soy un héroe excepcional
de esos de las películas y libros?
He de asentar los pies sobre la tierra.
Verme como el sinónimo ruinoso
de uno más del tropel de los humanos.
Alguien muy parecido a aquellos otros
que yo he menospreciado muchas veces.
¿Por qué, pues, no sumarme en el gran número?
¿Y por qué no me acepto en mi destino
si es vano rebelarse? No se puede.
No es posible escapar de lo que es uno.
miércoles, 13 de marzo de 2013
Alejandro Cano Sanz experimenta "Topología de una página en blanco", de Alejandro Céspedes
Caen por fin entre mis manos las páginas,
campos blancos expuestos al nerviosismo
de una virgen imaginación ardiente.
Los aireo entre mis dedos,
aspiro su olor a papel reciente,
me detengo en un espejo y miro…
mi mirada en un rostro enjuto,
rápidamente desplazado por un poema.
¿Un poema?
El reflejo legible en un territorio voluble
donde mis ojos acuden al grito silencioso,
resbalan, se sumergen, se pierden
entre los contornos inmóviles de palabras traviesas
quieren perderse en un juego…
¿Un juego?
un juego sin márgenes,
delimitado por un parpadeo,
un movimiento del índice.
Página 55. Otro campo minado
la mirada del ausente,
su risa es una explosión quieta,
palabras de tinta impresa, un paisaje de escombro
que secuestra y ofrece siempre de nuevo…
de nuevo…
este rescate es un atrevimiento…
Alejandro Cano Sanz
Entrada original en el blog de Alejandro Cano Sanz.
campos blancos expuestos al nerviosismo
de una virgen imaginación ardiente.
Los aireo entre mis dedos,
aspiro su olor a papel reciente,
me detengo en un espejo y miro…
mi mirada en un rostro enjuto,
rápidamente desplazado por un poema.
¿Un poema?
El reflejo legible en un territorio voluble
donde mis ojos acuden al grito silencioso,
resbalan, se sumergen, se pierden
entre los contornos inmóviles de palabras traviesas
quieren perderse en un juego…
¿Un juego?
un juego sin márgenes,
delimitado por un parpadeo,
un movimiento del índice.
Página 55. Otro campo minado
la mirada del ausente,
su risa es una explosión quieta,
palabras de tinta impresa, un paisaje de escombro
que secuestra y ofrece siempre de nuevo…
de nuevo…
este rescate es un atrevimiento…
Alejandro Cano Sanz
Entrada original en el blog de Alejandro Cano Sanz.
Javier Moreno presenta su última novela, "2020"
Jueves 14 de marzo
20 H
Librería Tipos Infames (c/ San Joaquín, 3)
Madrid
Presentan el autor, el editor, Jorge Lago, y el escritor y periodista cultural Peio Riaño.
Año 2020, víspera de Navidad, reciente la inauguración de Eurovegas. La crisis económica sigue golpeando con fuerza a España. Un grupo de personas malviven alojadas en los aviones abandonados junto a la terminal de carga de Barajas. Bruno Gowan, director de una multinacional de telecomunicaciones, desaparece sin aparente motivo.
Lázaro, un detective privado a sueldo de PricewaterhouseCoopers, su hija Josefina, Carlos, trader en PwC… todos buscan a Gowan o, como poco, lo añoran. En realidad Gowan ha elegido a Nabil, uno de los residentes en los aviones con un historial antisistema a sus espaldas, como compañero de viaje y confidencias. Gowan imparte su doctrina en el interior de taxis y edificios abandonados. El insurrecto y el magnate cohabitan, se necesitan, encarnan la paradoja. Gowan dicta su Evangelio, su particular Arte de la guerra en un mundo en descomposición.
Poemas de Óscar Oliva en "Estratos" (2)
un ligero
soplo de aire
me hace girar
un puñado de arena
sepulta lo escrito
con pocas palabras
___
una vida
que nunca
hablaré
otra vida
sin escribir
es el brutal
ejercicio
diario
llegar gritando
lo que no sé
___
Respiro junto a la pared, me apoyo en ella. Mi casa tiembla en la página aún no escrita. Voy en sentido contrario a los cuerpos tirados en el desierto. Nunca he cometido más errores, que ahora. Quedó un soplo.
___
De tantos países que he usado, no encuentro el que se ajuste a mi cuerpo de recién nacido. Por eso dejo que los ríos ya no atraviesen el país que está a mis flancos, contemplándome. Es un error de la terminal de autobuses que vocea mi nombre, insistentemente, para que yo viaje, llegue a la frontera, y me trague otro río natal. Como nadador incansable.
___
Qué débiles los clavos que trabajan hasta doblarse en
la humildad terrestre. Sonido extraño de la adicción.
___
no podíamos dejar de gritar
la montaña repitió nuestros gritos
no hemos olvidado ese olor
la montaña no ha dejado de repetir
años después nuestros gritos
soplo de aire
me hace girar
un puñado de arena
sepulta lo escrito
con pocas palabras
___
una vida
que nunca
hablaré
otra vida
sin escribir
es el brutal
ejercicio
diario
llegar gritando
lo que no sé
___
Respiro junto a la pared, me apoyo en ella. Mi casa tiembla en la página aún no escrita. Voy en sentido contrario a los cuerpos tirados en el desierto. Nunca he cometido más errores, que ahora. Quedó un soplo.
___
De tantos países que he usado, no encuentro el que se ajuste a mi cuerpo de recién nacido. Por eso dejo que los ríos ya no atraviesen el país que está a mis flancos, contemplándome. Es un error de la terminal de autobuses que vocea mi nombre, insistentemente, para que yo viaje, llegue a la frontera, y me trague otro río natal. Como nadador incansable.
___
Qué débiles los clavos que trabajan hasta doblarse en
la humildad terrestre. Sonido extraño de la adicción.
___
no podíamos dejar de gritar
la montaña repitió nuestros gritos
no hemos olvidado ese olor
la montaña no ha dejado de repetir
años después nuestros gritos
martes, 12 de marzo de 2013
Poema de José Almendros en "Nostálgicas", publicado en 1898. Hoy "XIII"
XIII
¡Qué triste andar sin rumbo! ¡Qué fácil el camino
cuando por él se corre tras el soñado fin;
qué inútil la fatiga sin dirigirse a nada;
qué próspero el esfuerzo, qué breve la jornada,
cuando al extremo surge la meta deseada,
aun del camino áspero tras el postrer confín!
¡Qué fuerte y vigoroso camina sin desmayo
quien en su ruta encuentra recóndita atracción;
qué pronto fatigado se rinde con hastío
inútil todo en torno mirando en su desvío,
quien frente al horizonte monótono y sombrío,
forzosamente avanza sin fija dirección!
¡Qué triste andar sin rumbo la senda de lo humano
de la perpetua duda con la ansiedad cruel;
con qué inconsciente fuerza sin decaer avanza,
quien mira en su camino, surgiendo en lontananza,
consagración o término, destino o esperanza,
aunque antes de acabarlo la Muerte se alce en él!
¡Oh! fines sobrehumanos que confortáis la vida,
¿en dónde estáis? Mi anhelo no os halla en derredor.
¿En dónde estáis, victorias del alma y de la idea,
valor de dar la vida porque útil a otros sea,
aspiración del genio que en lo increado crea,
virtud, altos anhelos, martirio, gloria, amor!...
¡Oh! nada, nada en torno; lo ciego o lo insensible,
lo abyecto o lo instintivo; lo inerte o lo brutal...
¡Oh, vida! ¿dónde a cambio de ti si inútil eres,
hallar lo que es aliento del alma de los seres,
en donde lucha o sueños a que animosa fueres,
luz, noche, sima o cumbre, ¡oh! ¿dónde un ideal!
¡Qué triste andar sin rumbo! ¡Qué fácil el camino
cuando por él se corre tras el soñado fin;
qué inútil la fatiga sin dirigirse a nada;
qué próspero el esfuerzo, qué breve la jornada,
cuando al extremo surge la meta deseada,
aun del camino áspero tras el postrer confín!
¡Qué fuerte y vigoroso camina sin desmayo
quien en su ruta encuentra recóndita atracción;
qué pronto fatigado se rinde con hastío
inútil todo en torno mirando en su desvío,
quien frente al horizonte monótono y sombrío,
forzosamente avanza sin fija dirección!
¡Qué triste andar sin rumbo la senda de lo humano
de la perpetua duda con la ansiedad cruel;
con qué inconsciente fuerza sin decaer avanza,
quien mira en su camino, surgiendo en lontananza,
consagración o término, destino o esperanza,
aunque antes de acabarlo la Muerte se alce en él!
¡Oh! fines sobrehumanos que confortáis la vida,
¿en dónde estáis? Mi anhelo no os halla en derredor.
¿En dónde estáis, victorias del alma y de la idea,
valor de dar la vida porque útil a otros sea,
aspiración del genio que en lo increado crea,
virtud, altos anhelos, martirio, gloria, amor!...
¡Oh! nada, nada en torno; lo ciego o lo insensible,
lo abyecto o lo instintivo; lo inerte o lo brutal...
¡Oh, vida! ¿dónde a cambio de ti si inútil eres,
hallar lo que es aliento del alma de los seres,
en donde lucha o sueños a que animosa fueres,
luz, noche, sima o cumbre, ¡oh! ¿dónde un ideal!
"Delgadamente amor trata conmigo..." y "Harto mal fue que'n hombre tan cuitado...", sonetos de Juan Boscán
Delgadamente amor trata conmigo,
con dulçuras ablanda el sentimiento,
porque mejor con el primer tormento
me derrueque y me dexe sin abrigo.
En viendo el bien, a Dios doy por testigo,
un sobresalto viene al pensamiento,
que'l temor basta a ser mi enterramiento
aunque nunca tuviese otro enemigo.
Cobrado é miedo a cualquier aventura;
mi sentido consigo s'aborrece;
resiste a todo, por tentar su cura:
a su dolor, porque's contra natura,
y al deleite, pues tanto l'enflaquece,
que le dispone para más tristura.
___
Harto mal fue que'n hombre tan cuitado
pusiese amor estado tan dichoso.
Prosperidad me hizo ser medroso
y mal sufrido estar tan regalado.
De'sto nació quedar desesperado
adonde más avía de'star gozoso;
y allá en mitad del centro del reposo
tener toda su fuerça mi cuidado.
¿Qué m'aprovecha el bien, si el bien me'straga?
¿Qué fruto hará amor do no ay sujeto
que sostenga la cura de la llaga?
Un ser traigo entre manos muy perfeto,
mas cuando tomo cuenta de la paga,
alcánçam'otro ser, que's imperfeto.
lunes, 11 de marzo de 2013
Mesonero Romanos repasa la historia del Diario de Madrid
I
Por real privilegio, firmado en el Sitio del Buen Retiro por el rey D. Fernando VI, en 17 de enero 1758, se concedió permiso a don Manuel Ruiz de Urive y Compañía para publicar en esta corte un Diario curioso, erudito, comercial y económico. Dicho Urive dio principio a su publicación el 1º de febrero del mismo año, dándole la forma de medio pliego español, y componiéndole de discursos eruditos, y una segunda parte dedicada a las noticias comerciales de ventas, alquileres, etc., y he aquí el principio del Diario de Madrid, de cuyas primeras y mezquinas bases se ha ido apartando tan lentamente con el trascurso del tiempo y de los adelantos de la perfección social.
Desde luego llamó mucho la atención del público por la importancia y utilidad de su objeto, y el Gobierno por su parte no dejó de sacar partido de su publicación, haciendo insertar en él aquellas noticias y advertencias que juzgaba oportunas. Entre otras, y como muestra de la época, citaremos únicamente la disposición del juez de imprentas, que al mes de la publicación, y con fecha de 9 de marzo del mismo año de 1758, dispuso que la primera página del Diario la ocupase la vida del Santo del día; y así se empezó a verificar desde el siguiente, 10 de marzo, con notable entretenimiento sin duda y edificación de los lectores. Sin embargo, no debieron ser éstos tan completos, cuando vemos que esta piadosa costumbre no se observó sino el resto de aquel año, dejando de poner dicho capítulo en 1º de enero del siguiente de 1759.
Desde entonces empezó a insertar en su primera parte discursos eruditos y científicos sobre historia, viajes, geografía, astronomía y otras ciencias, que si bien no decían nada de nuevo ni eran otra cosa que copias miserables de obras conocidas, no dejaban de tener un objeto laudable.
Por este tiempo fue cuando, apoderándose el editor de la "Historia general de los viajes", tuvo la entretenida ocurrencia de ir copiando en un Diario de medio pliego algunos tomos de ella, lo cual no deja de ser una prueba más de la candidez de aquella época bienaventurada. Sin embargo, sea que el público no correspondiese con su gratitud a aquel torrente de ilustración, sea por cualquiera otra causa, es lo cierto que el Diario por entonces no llevó una marcha tan firme, que no hubiera de sufrir sus intercadencias, y así le vemos eclipsarse de vez en cuando, y dejar de salir, por ejemplo, todo el año de 1775, volviendo a aparecer en 1º de enero de 1776, tornando a suspenderse en 1º de julio de dicho año y durante todo el de 1777, y cesando, en fin, de todo punto en 31 de diciembre de 1781.
Apagose por fin aquella luminosa antorcha matritense, y puesto que seamos historiadores de ella, no nos atreveremos a asegurar si el público de la capital la olvidó pronto, o si bien, una vez conocida su utilidad, se condolió de su desaparición; pero hablando con la buena fe que nos caracteriza, como que nos inclinamos a creer esto último, y sin duda hubo de pensar así el extranjero don Santiago Thewin, que considerando el partido que podía sacarse de esta publicación solicitó y obtuvo el permiso para continuarla; y en su consecuencia, empezó a salir a luz el Diario curioso, erudito y comercial, en 1º de julio de 1786. De esta época, pues, data la verdadera existencia del Diario de Madrid, y desde luego por su redacción y por su forma empezó a tener más analogía con el verdadero objeto de su publicación.
Un observador que cotejase el primer Diario de Urive con el de Thewin, por las materias contenidas en la primera parte, no dejaría de reconocer el progreso que los conocimientos y el gusto iban adquiriendo, así como también el mayor movimiento mercantil e industrial de la capital, por el número de anuncios que ya contenía. Bajo todos conceptos, pues, no se puede negar a D. Santiago Thewin la gloria de verdadero fundador de esta empresa, y no queremos desaprovechar la ocasión de hacer observar al público una coincidencia singular, que un poeta romántico no hubiera dudado atribuir a la fuerza del sino. Consiste, pues, en que habiéndose hecho la verdadera fundación de este Diario por dicho Thewin, puso su imprenta y redacción en 1786 en la Puerta del Sol, número 7, frente al Buen Suceso; y vemos que después de medio siglo, por una combinación casual de circunstancias, ha vuelto a situarse en la misma Puerta del Sol, número 7, si bien no en la misma casa, y sí tres o cuatro puertas más arriba; pero la nueva numeración de Madrid ha venido a suplir esta diferencia, dando el número 7 al actual despacho de este periódico.
Desde dicha época siguió tranquilo el Diario de Madrid en la posesión de entretener al público con anécdotas más o menos curiosas, secretos raros de artes y oficios, documentos históricos, y observaciones sobre todas las cosas observables. El famoso don Santiago Salanova, que le dirigió por algún tiempo, amenizaba los más de los números con acrósticos y ovillejos, que debían ser un pasmo en aquella época; Guerrero y Cacea, dos famosos ingenios de entonces, cuyos nombres ha denunciado a la posteridad el gran Moratín 18, terciaban en tan agradable tarea, ya ofreciendo al público tiernas endechas y lastimeras elegías «A la muerte del perro de Filis», ya retozando, en burlescas letrillas de estrambote y pie quebrado, sobre las faltas de las mujeres o las sobras de los maridos; y finalmente, el inagotable don Lucas Alemán, el Néstor de los poetas españoles, cerraba la función con sus relaciones y curiosos romances, que han sabido excitar la sonrisa de tres generaciones. ¡Felices tiempos, en que tan fácil era entretener a un público tranquilo, y de cuyas más fuertes sensaciones eran dueños Romero y Costillares, la Rita y García Parra! Entonces faltaban a los periodistas los asuntos en que ocuparse, y debía ser tal esta carencia, que vemos en un Diario de 1790 el ofrecimiento que hacía la redacción de la cantidad de diez reales a todo el que le comunicase un artículo o discurso sobre asuntos eruditos o curiosos, lo cual no dejaba de deponer en favor de la fecundidad de los redactores ya citados.
Mas, en fin, con un grado de interés mayor o menor, arribó tranquilamente nuestro Diario al famoso siglo XIX, y aún consiguió alcanzar sin interrupción hasta 10 de mayo de 1808, en que, a consecuencia de los notorios sucesos del 2 del mismo mes, fue envuelto en el trastorno general, y se empezó a publicar con carácter oficial por el Gobierno francés, en un pliego común y conteniendo noticias políticas. En estos términos siguió hasta 17 de junio del mismo año, en que se suprimió por aquel Gobierno, sustituyéndole por la Gaceta diaria: en 8 de agosto del mismo año, libre ya la capital de franceses, volvió a publicarse el Diario en la antigua forma de medio pliego, si bien conteniendo las noticias políticas que por entonces absorbían la atención, y habiendo perdido su carácter primitivo; mas, aunque después volvieron los franceses a ocupar la capital, no recibió el Diario nueva alteración, antes bien siguió tranquilamente durante la época de su dominación, y pudo en 1814 recibir en sus páginas las apasionadas coplas del elegíaco don Diego Rabadán, las de la musa sombrerera de Madrid, y otras de varios ingenios de esta corte, de cuyos nombres no queremos acordarnos. Pasó aquella época, vino la de la Constitución y nuestro Diario siguió tranquilo en medio de los vaivenes políticos, que le respetaron constantemente.
Sea por prudencia, sea por falta de dirección, fue escaseando los razonamientos [sic] y aun las coplas, y limitándose más bien a la inserción de avisos oficiales y particulares, que daban ya suficiente alimento para llenar el medio pliego, hasta que en la Gaceta de 28 de marzo de 1829 apareció el prospecto del Diario de Avisos de Madrid, y se notificó al público que S. M. había concedido el privilegio de su publicación por diez años a D. Pedro Jiménez de Haro, mediante una retribución anual para los establecimientos de Beneficencia. En dicho prospecto se anunciaba al público que el Diario en adelante no contendría ninguna especie de artículos razonados, sino simplemente los avisos del Gobierno y los anuncios de los particulares; y ha sido tan fiel a este propósito, que desafiamos al más lince a que en dicha serie de los diez años encuentre, no digamos un solo artículo razonado, pero ni una línea, una palabra sola en razón, por el notorio abandono de los anuncios particulares.
De aquí nacían aquellos chistosos despropósitos que hacían reír diariamente al público maligno de esta capital; en unas ocasiones se vendían «sombreros para niños de paja»; en otras, «medias para clérigos de lana»; «hábitos y cajas para difuntos completos y de medio herraje»; «zapatos para hombres rusos hechos en Madrid»; «camas de matrimonio con su cópula correspondiente», y otras a este tenor, de que cada uno de los lectores tiene en su memoria suficiente acopio, sin necesidad de más citas de nuestra parte.
Cumpliose en fin aquella década, y en 1º de abril del presente año, de gracia de 1835, a virtud del nuevo permiso concedido a D. Tomás Jordán, salió a relucir el Diario, doblando de un golpe sus dimensiones; y habrásenos de permitir el que, después de traer la historia de esta publicación, entretengamos ahora la paciencia de nuestros lectores sobre el objeto y utilidad de ella, y las mejoras que a nuestro corto entender ha recibido.
Por real privilegio, firmado en el Sitio del Buen Retiro por el rey D. Fernando VI, en 17 de enero 1758, se concedió permiso a don Manuel Ruiz de Urive y Compañía para publicar en esta corte un Diario curioso, erudito, comercial y económico. Dicho Urive dio principio a su publicación el 1º de febrero del mismo año, dándole la forma de medio pliego español, y componiéndole de discursos eruditos, y una segunda parte dedicada a las noticias comerciales de ventas, alquileres, etc., y he aquí el principio del Diario de Madrid, de cuyas primeras y mezquinas bases se ha ido apartando tan lentamente con el trascurso del tiempo y de los adelantos de la perfección social.
Desde luego llamó mucho la atención del público por la importancia y utilidad de su objeto, y el Gobierno por su parte no dejó de sacar partido de su publicación, haciendo insertar en él aquellas noticias y advertencias que juzgaba oportunas. Entre otras, y como muestra de la época, citaremos únicamente la disposición del juez de imprentas, que al mes de la publicación, y con fecha de 9 de marzo del mismo año de 1758, dispuso que la primera página del Diario la ocupase la vida del Santo del día; y así se empezó a verificar desde el siguiente, 10 de marzo, con notable entretenimiento sin duda y edificación de los lectores. Sin embargo, no debieron ser éstos tan completos, cuando vemos que esta piadosa costumbre no se observó sino el resto de aquel año, dejando de poner dicho capítulo en 1º de enero del siguiente de 1759.
Desde entonces empezó a insertar en su primera parte discursos eruditos y científicos sobre historia, viajes, geografía, astronomía y otras ciencias, que si bien no decían nada de nuevo ni eran otra cosa que copias miserables de obras conocidas, no dejaban de tener un objeto laudable.
Por este tiempo fue cuando, apoderándose el editor de la "Historia general de los viajes", tuvo la entretenida ocurrencia de ir copiando en un Diario de medio pliego algunos tomos de ella, lo cual no deja de ser una prueba más de la candidez de aquella época bienaventurada. Sin embargo, sea que el público no correspondiese con su gratitud a aquel torrente de ilustración, sea por cualquiera otra causa, es lo cierto que el Diario por entonces no llevó una marcha tan firme, que no hubiera de sufrir sus intercadencias, y así le vemos eclipsarse de vez en cuando, y dejar de salir, por ejemplo, todo el año de 1775, volviendo a aparecer en 1º de enero de 1776, tornando a suspenderse en 1º de julio de dicho año y durante todo el de 1777, y cesando, en fin, de todo punto en 31 de diciembre de 1781.
Apagose por fin aquella luminosa antorcha matritense, y puesto que seamos historiadores de ella, no nos atreveremos a asegurar si el público de la capital la olvidó pronto, o si bien, una vez conocida su utilidad, se condolió de su desaparición; pero hablando con la buena fe que nos caracteriza, como que nos inclinamos a creer esto último, y sin duda hubo de pensar así el extranjero don Santiago Thewin, que considerando el partido que podía sacarse de esta publicación solicitó y obtuvo el permiso para continuarla; y en su consecuencia, empezó a salir a luz el Diario curioso, erudito y comercial, en 1º de julio de 1786. De esta época, pues, data la verdadera existencia del Diario de Madrid, y desde luego por su redacción y por su forma empezó a tener más analogía con el verdadero objeto de su publicación.
Un observador que cotejase el primer Diario de Urive con el de Thewin, por las materias contenidas en la primera parte, no dejaría de reconocer el progreso que los conocimientos y el gusto iban adquiriendo, así como también el mayor movimiento mercantil e industrial de la capital, por el número de anuncios que ya contenía. Bajo todos conceptos, pues, no se puede negar a D. Santiago Thewin la gloria de verdadero fundador de esta empresa, y no queremos desaprovechar la ocasión de hacer observar al público una coincidencia singular, que un poeta romántico no hubiera dudado atribuir a la fuerza del sino. Consiste, pues, en que habiéndose hecho la verdadera fundación de este Diario por dicho Thewin, puso su imprenta y redacción en 1786 en la Puerta del Sol, número 7, frente al Buen Suceso; y vemos que después de medio siglo, por una combinación casual de circunstancias, ha vuelto a situarse en la misma Puerta del Sol, número 7, si bien no en la misma casa, y sí tres o cuatro puertas más arriba; pero la nueva numeración de Madrid ha venido a suplir esta diferencia, dando el número 7 al actual despacho de este periódico.
Desde dicha época siguió tranquilo el Diario de Madrid en la posesión de entretener al público con anécdotas más o menos curiosas, secretos raros de artes y oficios, documentos históricos, y observaciones sobre todas las cosas observables. El famoso don Santiago Salanova, que le dirigió por algún tiempo, amenizaba los más de los números con acrósticos y ovillejos, que debían ser un pasmo en aquella época; Guerrero y Cacea, dos famosos ingenios de entonces, cuyos nombres ha denunciado a la posteridad el gran Moratín 18, terciaban en tan agradable tarea, ya ofreciendo al público tiernas endechas y lastimeras elegías «A la muerte del perro de Filis», ya retozando, en burlescas letrillas de estrambote y pie quebrado, sobre las faltas de las mujeres o las sobras de los maridos; y finalmente, el inagotable don Lucas Alemán, el Néstor de los poetas españoles, cerraba la función con sus relaciones y curiosos romances, que han sabido excitar la sonrisa de tres generaciones. ¡Felices tiempos, en que tan fácil era entretener a un público tranquilo, y de cuyas más fuertes sensaciones eran dueños Romero y Costillares, la Rita y García Parra! Entonces faltaban a los periodistas los asuntos en que ocuparse, y debía ser tal esta carencia, que vemos en un Diario de 1790 el ofrecimiento que hacía la redacción de la cantidad de diez reales a todo el que le comunicase un artículo o discurso sobre asuntos eruditos o curiosos, lo cual no dejaba de deponer en favor de la fecundidad de los redactores ya citados.
Mas, en fin, con un grado de interés mayor o menor, arribó tranquilamente nuestro Diario al famoso siglo XIX, y aún consiguió alcanzar sin interrupción hasta 10 de mayo de 1808, en que, a consecuencia de los notorios sucesos del 2 del mismo mes, fue envuelto en el trastorno general, y se empezó a publicar con carácter oficial por el Gobierno francés, en un pliego común y conteniendo noticias políticas. En estos términos siguió hasta 17 de junio del mismo año, en que se suprimió por aquel Gobierno, sustituyéndole por la Gaceta diaria: en 8 de agosto del mismo año, libre ya la capital de franceses, volvió a publicarse el Diario en la antigua forma de medio pliego, si bien conteniendo las noticias políticas que por entonces absorbían la atención, y habiendo perdido su carácter primitivo; mas, aunque después volvieron los franceses a ocupar la capital, no recibió el Diario nueva alteración, antes bien siguió tranquilamente durante la época de su dominación, y pudo en 1814 recibir en sus páginas las apasionadas coplas del elegíaco don Diego Rabadán, las de la musa sombrerera de Madrid, y otras de varios ingenios de esta corte, de cuyos nombres no queremos acordarnos. Pasó aquella época, vino la de la Constitución y nuestro Diario siguió tranquilo en medio de los vaivenes políticos, que le respetaron constantemente.
Sea por prudencia, sea por falta de dirección, fue escaseando los razonamientos [sic] y aun las coplas, y limitándose más bien a la inserción de avisos oficiales y particulares, que daban ya suficiente alimento para llenar el medio pliego, hasta que en la Gaceta de 28 de marzo de 1829 apareció el prospecto del Diario de Avisos de Madrid, y se notificó al público que S. M. había concedido el privilegio de su publicación por diez años a D. Pedro Jiménez de Haro, mediante una retribución anual para los establecimientos de Beneficencia. En dicho prospecto se anunciaba al público que el Diario en adelante no contendría ninguna especie de artículos razonados, sino simplemente los avisos del Gobierno y los anuncios de los particulares; y ha sido tan fiel a este propósito, que desafiamos al más lince a que en dicha serie de los diez años encuentre, no digamos un solo artículo razonado, pero ni una línea, una palabra sola en razón, por el notorio abandono de los anuncios particulares.
De aquí nacían aquellos chistosos despropósitos que hacían reír diariamente al público maligno de esta capital; en unas ocasiones se vendían «sombreros para niños de paja»; en otras, «medias para clérigos de lana»; «hábitos y cajas para difuntos completos y de medio herraje»; «zapatos para hombres rusos hechos en Madrid»; «camas de matrimonio con su cópula correspondiente», y otras a este tenor, de que cada uno de los lectores tiene en su memoria suficiente acopio, sin necesidad de más citas de nuestra parte.
Cumpliose en fin aquella década, y en 1º de abril del presente año, de gracia de 1835, a virtud del nuevo permiso concedido a D. Tomás Jordán, salió a relucir el Diario, doblando de un golpe sus dimensiones; y habrásenos de permitir el que, después de traer la historia de esta publicación, entretengamos ahora la paciencia de nuestros lectores sobre el objeto y utilidad de ella, y las mejoras que a nuestro corto entender ha recibido.
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