No se debe aconsejar a un gato que estrangule a un león.
. . .
Como el cuervo a la carroña, el juez atiende al ladrón generoso y el obispo al difunto rico.
. . .
Un príncipe que no sabe gobernar a su familia, tampoco sabrá gobernar a sus ministros.
. . .
Un pueblo resulta difícil de gobernar cuando es demasiado inteligente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario