El pobre privado de paciencia es como una lámpara a la que se le ha acabado el aceite.
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Si encuentras varios chacales coiendo carroña, hazte chacal y come con ellos, pues de lo contrario te comerán a ti.
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No cuentes tus penas a otro, que se reirá: el gavilán y el buitre se abaten sobre el herido que gime.
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