COFRE DE CEDRO
El hacha que taló
para siempre olorosa
y el árbol cautivado
con las entrañas rotas.
Aquí estás, bajo un techo,
en un rincón de alcoba
y te confían huéspedes,
y tú, como que aceptas y reposas.
No vendas tu memoria
a la triste costumbre y a los años.
Nunca olvides el bosque
ni el viento ni los pájaros.
1 comentario:
Ok Jesus, me referia al verso del verso, tendre paciencia...;-)
Un abrazo,
Kike
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