EN LAS MANOS DE DIOS
...Allí estará también la castañera
de ocho pares, y el humo de los céntimos,
y el vaho en los bolsillos, y los ojos
menudos, y el rescoldo retirado
de mucha soledad en este mundo.
Allí estará caliente en sus inviernos,
con la Plaza Mayor de sus pupilas
intensamente sola. Allí sus hombros
ladeados, su pañuelo en la cabeza,
dulcemente estarán , al fin sin nadie
fugaz en torno suyo. Se llamaba
Macaria, lo recuerdo fijamente,
igual que si las letras fueran brasas
dentro del corazón. La vi más tarde
mendigando en las calles, ya en el límite
inútil de sus pies y de sus manos,
sin poderse valer de su mirada,
tropezando en la luz de las esquinas,
acostada en las puertas, dulce piedra
de sufrimiento...Y estará sentada
a la diestra del Padre, y no habrá nieve,
ni cellisca perpetua contra el rostro
cansado del domingo. Y siento aquella
sorda corazonada que sentía
al toparla de vieja, cuando estaba
desprendiéndose ya de su ternura
igual que el musgo de la peidra húmeda:
siento aquel mismo límite de hermano,
de prójimo nevado inmóvilmente
en las gradas del templo; y en mi alma
siento aquella suprema mansedumbre
de compasión, por mí, que estoy ahora,
no es las manos de Dios, sino penando,
llorando por la piel de misi mejillas;
y ella estará sentada con sus faldas
huecas y con su pobre movimiento
de dulzura interior, allá en su sitio...
Haciendo una búsqueda de este poema en internet que me ahorrara esfuerzos en mi intención (irrenunciable) de compartíroslo, no lo he encontrado; pero este trabajo me ha llevado a un lugar que me parece interesante: Radio Popayan. Si te animas a visitar el enlace, busca en el menú a Leopoldo Panero, Oliver Lis te dirá algunas palabras sobre Leopoldo y te recitará y pondrá audios de sus versos. Merece la pena. Pasa un buen rato.
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