martes, 1 de noviembre de 2011

Poemas de Fonollosa (2)

No a la transmigración en otra especie.
No a la post vida, ni en cielo ni en infierno.
No a que me absorba cualquier divinidad.

No a un más allá, ni aun siendo el paraíso
reservado a islamitas, con beldades
que un libro garantiza siempre vírgenes.

Porque esos son los juegos para ingenuos
en que mi agnosticismo nunca apuesta.
Mi envite es al no ser. A lo seguro.

Rechazo otro existir, tras consumida
mi ración de este guiso indigerible.
Otra vez, no. Una vez ya es demasiado.

___


Tienes que decidirte. Yo no puedo
ir dejando pasar todos los coches.

El tiempo cuenta aprisa la existencia.
No se detiene, duda y retrocede.

Es ahora la ocasión. Si tardas mucho,
acaso cuando llegue el beso tuyo
mi boca esté ocupada en otros labios.

Entonces no valdrá que me supliques.
El deseo de ti se habrá marchado
y el deseo no vuelve una vez ido.

Ahora que te rodea mi deseo,
como un fruto que envuelve su semilla,

tienes que decidirte. En este instante.
El tiempo cuenta aprisa la existencia.

___

Yo no tengo enemigos. Si me dicen:

-"Aquellos extranjeros enemigos"-
yo veo únicamente a muchos seres
sencillos, como yo. Con uniforme,
como yo. Con fusiles, como yo.
-
Que piensan, como yo, en cosas corrientes:
el beso de una madre, novia, esposa;
un vaso de cerveza al mediodía;
el hogar, el trabajo, los amigos...

Y esa pizca de amor que de repente
hallamos extraviada en una esquina.

Yo no tengo enemigos. Si me dicen:
-"Mata a los extranjeros enemigos"-
yo no sé a quién matar. No lo son ellos.
No son mis enemigos. Soy como ellos.

Si a alguien he de matar es al que ordena
matar a los que son como yo mismo.
Quien quiere que me mate en otra efigie.
Quien quiere que me muera en otra muerte.

Quien es, si obedecemos, poderoso.

1 comentario:

LaDanaide dijo...

Gracias, Jesús, por haberme descubierto a este poeta. De sencillo me resulta espectacular.
Besos