8
Entro en un cine. Al fondo, la pantalla
ilumina los sueños de la gente.
Uno se aísla en héroe unos minutos.
Uno vive en la vida que desea.
Uni vive en azares, en amores,
aventuras... Y vence todo obstáculo.
Qué agradable es vivir de esa manera.
Los personajes logran triunfo, amor...
Todo resulta fácil y sencillo.
Conmigo nada fue de esa manera.
9
Miro a mi alrededor. De la penumbra
surgen enamorados que se besan.
Otros siguen el filme atentamente.
¿Será, quizá, el amor, lo que han logrado?
¿O sólo una muchacha a quien besar
como las que yo llevo algunas veces?
Seguro que hay amor. Como el del cine,
como aquel que palpita entre los libros
o el que uno se imagina estando a solas.
Mas yo no tuve suerte. O persistencia.
No sé de un gran amor. Sí de pequeños.
Únicamente rozo muestras nimias.
Breves, menudos cielos para el tacto,
los sentidos. Tristeza que da al alma
diminuto dolor. Amor pequeño.
Sólo una mor minúsculo y no obstante
me creo tan capaz de un amor grande,
de ese amor que aparece en libros, cine...
11
Y ha de ser cada día más difícil.
Ya no se acercará a mí desde el alba.
Su tierna adolescencia detendrían
letreros de "Prohibido", "No", "Ya es tarde".
¿De dónde llegará? Si en su figura
deslumbra el mediodía, otros amores
habrán puesto en su oído usados sueños.
Y con cierta aprensión ambos tendríamos
que perdonar minucias trascendentes.
Cubrir con alegría la tristeza
de no habernos hallado el uno al otro
en la estación de amar, cuando se es joven.
¿Y si nunca llegara yo a encontrarla?
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