CONTRAPUNTO
UNA sierpe de luz redonda ciñe
la piedra al aire,
el temblor al vuelo,
y el ala, breve, minuciosa
suena.
El hueco allí comprime
al pulso y lo pulsado
y son una presencia
tersa, que se agiganta,
en hálito y en soplo,
hasta un cuerpo extinguido
de donde vuelve, en hondas,
todo el murmullo aquel
a ser silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario