CANTO XIII
Dona si us am nom graixcau, etc.
No agradezcáis a amor aver yo amado,
señora, aunque su fuerça no se niega;
agradeceldo aquel que os ha formado
tan alta, que en valor ninguna os llega:
a un bello rostro una alma bella ha dado,
no como prisionera se la entrega,
sino como a señora preeminente,
que al appetito dome blandamente.
Aunque trabajo siempre noche y día,
y por que me queráis jamás reposo,
compraros el querer por esta vía
no puedo, que su precio es muy costoso.
Bien es verdad que allá merescería,
teniendo mi morir por muy sabroso;
no es bien que me queráys sin vuestro grado,
ni quiero ser por fuerça bien tratado.
Siquiera agradescedrae, ¡o, alma mía!,
que yo que del Amor tan fuera estava
y un solo effecto suyo no escrivía
(mas antes de lo escrito me pesava),
por vos, y en vos la pluma cada día
el tiempo gasta, y quiere ser esclava
sin paga alguna; y si esto es, ¿quién me daña?
Harálo Amor, que es su costumbre estraña.
Pues quiere Amor que amor en mi s'estienda
por gran parte de vos que en mí he hallado,
y fue tan grande en mí, qu'en tal contienda
los dos mi cuerpo y alma han sojuzgado;
razón es no apartarme, aunque m'offenda,
pues el amor en mí por vos ha entrado,
y el ser perfecto y alto que en vos vido
me hizo a mí querer sin ser querido.
Por escusar la pena y descontento,
huý de amor un tiempo con cuydado,
y en ver tan gran beldad y entendimiento
rebuelvo en alegría el mal pensado;
al qual perdono, y todo aquel tormento
que sé que ha de venir, y no es llegado,
el qual propongo, yjuro de çufrillo,
aunque jamás de mí queráys sentillo.
Tenía yo, señora, castigados
a mis sentidos, por que ya no amassen.
Por vos les di licencia que penassen;
si ingratos fueren, ellos son culpados.
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