Acojonante. Pues todos los que hemos pasado por allí deberíamos poner nuestro grito en el cielo de alguna manera efectiva. Digo yo que fruto de arrimarse a la barra de Artépolis han surgido conversaciones, proyectos, libros que han fructificado. Hay una historia reciente de la cultura que se ha escrito allí. Por una vez deberíamos dejarnos de egocentrismos y dar la cara por un bar que es un lugar tan sagrado como una iglesia su de creencias se trata.
Me pregunto cuántos poetas, fotógrafos, pintores, escultores, músicos, bailarines, cocineros o borrachos le deben algo a ese bar. Bastaría una declaración firmada en la que las autoridades se reflejen como censoras de la voz en el nombre del ladrillo o del campo de golf.
A nadie le importa pero un bar menos es otra conversación que no se va lograr.
José Ramón Huidobro es poeta.
3 comentarios:
A mí me haría ilusión hacer alguna lectura allí con vosotros, Jesús. No, no tengo ningún problema en asegurar delante de los invitados (muevo peña) que no tengo libro publicado. No me da vergüenza.
Saludos
nuaniu
Hola nuaniu, cuál era tu mail. Escríbeme, por favor, que te cuento una idea.
¿Pero alguien puede explicar por qué cierra Artépolis y si es definitivo? Te invito a pasar por mi blog y darnos la info que tengas, gracias.
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