MAÑANA SERÁ DIOS
Esta yacija, donde se desploma
noche a noche el despojo de mí mismo
no es cauce para el sueño, sino abismo
al que mi angustia de caer se asoma.
la forma de mi cuerpo, en su mutismo,
sin un pliegue de amor, dice lo mismo
que mi despego y en el mismo idioma.
…Mañana será Dios, y su porfía
sacudirá, violenta, al mal dormido
con su irrupción de polvo o nuevo día.
Aquí no hay alta noche, y, tras la hora
más oscura de un cielo descendido,
se enciende el sol, de pronto, sin aurora.
(De La sombra desterrada.)
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