YAGO
A William Shakespeare
¡Oh, gran Yago!,
ángel justiciero
y hermoso.
Tú que diste fin
al amor de Otelo,
tú que eres el auténtico
causante de las muertes
de Otelo y Desdémona,
¡oh, tú!,
que vives para el odio
y por el odio mueres...
Tiniebla reluciente
y palpitante,
rosa negra,
áspid herido,
¡oh, tú!,
don de la ebriedad
y la avaricia,
señor intrigante
y sereno,
loadas tu amargura
y tu rabia,
loada tu vendetta prodigiosa,
loada sea
tu humanidad.
Jesús Malia
1 comentario:
Guerra en la noche viviente
[compuesto como homenaje especial a Federico García Lorca,
cuyo cuerpo, al fin, tal vez sea encontrado]
… al ritmo de los clarines, donde es divina la tarde,
los perros del odio suben al alma por sus umbrales;
… atardeceres de mimbre, rojos, de rosa y encaje,
llevan ardiendo la vida por uno cerros de sangre;
… en el circo de la noche, sujeto por mil puñales,
a muertos juega la luna sin nombres ni funerales;
[… los perros ladran que ladran, las iras piden que ladren,
ubre de muerte es la arena, los gritos no son de nadie,
la vil guadaña del cierzo se chasca bebiendo el aire;
clamores de lenguas frías, ebrios de rabia y de hambre,
corren por las alamedas del corazón tras matarle]
¡… Padre de las venas llenas, Madre de la luna amante,
el hijo que está en la guerra es hijo de dos Titanes
que templó su espada de oro con una luz de diamante !
… por los cerros de la noche bajan perros jadeantes;
la aurora, como una virgen, se posa en los encinares;
mirlos de cera en mi alma la encienden aunque yo calle.
http://www.oriondepanthoseas.com
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