A ella no le habla, no está a su alcance y la invoca. La invoca ‘a ella, que mi ser, mi vivir y mi lenguaje me regaló’. ¿Quién es esta madre tan distante a la que debe su ser, su vivir y su lenguaje y a la que no puede dirigirse? ¿Su madre muerta? La mujer. ¿Su madre viva? La naturaleza, dios o cómo se quiera manifestar.
¿Estaré expresando demasiadas chorradas? No, me quedan más.
Ser, concepción ontológica; vivir, metafísica o natural; lenguaje, cultural o social.¡Cuántas madres! Cada una de ellas nos gesta en su propia matriz. Nosotros dentro, sí, pero ellas fuera. Ellas, no yo o tú.
¿Cómo no sentirse ‘humildemente acorde’, cómo no celebrar los límites con un origen y un destino tan delimitados si se quiere y festeja la vida?
Aquí la tienes al completo:
A MI MADRE
EN SU CIELO
A ELLA,
QUE MI SER, MI VIVIR Y MI LENGUAJE
ME REGALÓ,
EL LENGUAJE QUE DICE
AHORA
CON QUÉ VOLUNTAD PLACENTERA
CONSIENTO EN MI VIVIR,
CON QUÉ FIDELIDAD DE CRIATURA
HUMILDEMENTE ACORDE
ME SIENTO SER,
A ELLA,
QUE AFIRMÁNDOME YA EN AMOR
Y ADMIRACIÓN
DESCUBRIÓ MI DESTINO,
INVOCAN LAS PALABRAS DE ESTE CÁNTICO.
EN SU CIELO
A ELLA,
QUE MI SER, MI VIVIR Y MI LENGUAJE
ME REGALÓ,
EL LENGUAJE QUE DICE
AHORA
CON QUÉ VOLUNTAD PLACENTERA
CONSIENTO EN MI VIVIR,
CON QUÉ FIDELIDAD DE CRIATURA
HUMILDEMENTE ACORDE
ME SIENTO SER,
A ELLA,
QUE AFIRMÁNDOME YA EN AMOR
Y ADMIRACIÓN
DESCUBRIÓ MI DESTINO,
INVOCAN LAS PALABRAS DE ESTE CÁNTICO.
¡Ah!, que no es mal momento para decir que manejo ‘Cántico’, de Seix Barral, en Serie Mayor, 1ª edición, de Septiembre de 1983. Por si te interesa el dato.
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