III
¡Más allá! Cerca a veces,
Muy cerca, familiar,
Alude a unos enigmas.
Corteses, ahí están.
Irreductibles, pero
Largos, anchos, profundos
Enigmas –en sus masas.
Yo los toco, los uso.
Hacia mi compañía
La habitación converge.
¡Qué de objetos! Nombrados,
Se allanan a la mente.
Enigmas son y aquí
Viven para mi ayuda,
Amables a través
de cuanto dme circunda
Sin cesar con la móvil
trabazón de unos vínculos
Que a cada instante acaban
De cerrar su equilibrio.
El apunte que aquí se me hace necesario: ‘¡Qué de objetos! Nombrados/ Se allanan a la mente’. Hasta ahora, el ser en el hombre, ese mundo que limita aún debe ser nombrado. Primero tomar conciencia; después, atrapar ese mundo deslumbrante con el lenguaje. ‘Los nombres’ será el segundo poema, pero no anticipemos demasiado. Por ahora, ¡Qué de objetos! Nombrados/ se allanan a la mente’.
Así que Jorge, el pobre, cree en el lenguaje. Nadie es perfecto.
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