Postmortem
Al despertar:
cabellos en la almohada,
pestañas huérfanas,
lagañas en el lagrimal,
pájaros que pronuncian nuestro bostezo.
En los pliegues de las sábanas
algo nimio se queda
mientras el cuerpo se levanta para el día.
Algo digno de microscopía
que no detecta la mirada,
apenas como el polvo
en el rayo de luz que se desvela.
Al despertar:
millares de células muertas
sobre el silencio tendido de la cama.
Pero con gesto pueril
nos largamos a la ducha
sin saber que a diario
un cadáver ensaya nuestra muerte.
Niebla
En la niebla se insinúa
la ceguera del paisaje.
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