(Consúltese la entrada anterior a través de la etiqueta Sobre Cántico para leer el poema.)
‘¿El viento/ Busca una verdad?’ ¿Recuerdas,querida, que en ‘Esfera terrestre’ Jorge nos habla que el mar entre curvasse comba, y que esa mutabilidad continua o continuada (qué sé yo) la interpretábamos como la imposibilidad de la razón (sólo capaz de hacer fotos fijas, añado ahora) de aprehender la realidad? En los versos referidos: ‘¿Ni el raptor de las ondas/ Ni el amoroso náufrago/ Te aliviarán, mar sabio/ Que entre curvas te combas?// Incorruptibles curvas/ Sobre el azul perfecto,/ Que niega a los deseos/ La aparición de espuma’.
Pues en la misma línea (zigzagueante, claro, no recta), ahora ‘¿El viento/ Busca una verdad?'
Ya tengo escrito que Cántico es poliédrico, no cubista; así, el mar y el viento son dos perspectivas de lo mismo (no me hagas matizarlo en este momento). Un diccionario de símbolos se va haciendo necesario, ¿verdad? No creas que se me ocurre ahora, tengo recogido en este breve comentario que confío en que cada término en Jorge es unívoco, luego definible. ¿Y por qué lo digo más claro? Bueno, porque son tantas las tareas que me conlleva Cántico que dudo que en mi vida pueda desarrolarlas. Necesito otras vidas. La tuya, por ejemplo. (Este atrevimiento mío lo aprendí leyendo ‘La gaya ciencia’, más Nietzsche.)
Pero el viento busca la verdad, no la guarda en el fondo, como el mar, o la sedimenta en la orilla. El viento esparcirá la arena, esparcirá las hojas y ‘Tenderá a los cielos// De luz sin reposo/ La escala de un pío,/ Y ángeles en circo’ (ángeles, en esta ocasión, no los vencejos de Relieves, el poema anterior; luego más alto y más lejos) ‘Saltarán cimborrios’.
Vamos, si las dos últimas estrofas no son un clamor al cielo yo no sé cómo verlo, colega. Una envoltura preciosa, papel de flores con un lacito rosa, pero dentro hay una bomba.
Esas escalas, en fin, tienden al cielo de luz sin reposo. Tan continuada la acción de la luz como la desesperante comba del mar.
‘Sacras’, ‘cielos’, ángeles’. El mar sólo nos conduce a la tierra; el viento, al cielo. Aquí buscamos la luz de la razón en el poema ‘Escalas’.
¡Qué a gusto me he quedado! Ahora tengo unos días libres, ¿o empiezo a construir el diccionario de símbolos? Si tengo que esperarte a ti…
El próximo martes, ¡oh sorpresa!, ‘El manantial’.
(Oye, hablando en serio, que si te animas a crear el diccionario mentado o a hacer otros observaciones personales sobre los poemas que comento, estaré encantado de leerte y publicarte. Ya tienes mi correo.)
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