martes, 23 de marzo de 2010

Sobre Cántico, juntamos versos

Pero, no más allá (permitidme la broma, los entendidos). Rastreemos todos los indicios que nos llevan a pensar que hay un hombre voluntariamente alejado, mostrémoslo de una vez:

Hay un mondo del somos un objeto más. Esta realidad se asume sin dramatismos, inclusive, diría que, con jolgorio:

‘Mientras van presentándose
Todas las consistencias
Que al disponerse en cosas
Me limitan, me centran!

[…]

La realidad me inventa,
Soy su leyenda. ¡Salve!’
(‘Más allá’, I)

‘Hacia mi compañía
La habitación converge.

[…]

Enigmas son y aquí
Viven para mi ayuda,
Amables a través
de cuanto me circunda’
(‘Más allá’, III)

pues esas otras consistencias nos imponen los límites que al limitarnos delimitan nuestras características y nos dotan de nuestro carácter, por tanto.

La naturaleza y el ser de la realidad, el enigma que es, es motivo de inquietud:

‘De variación de almohada,
En blancura de lienzo,
En mano sobre embozo,
En el tendido cuerpo’
(‘Más allá’, II)


claro, pero se impone al celebración del propio ser y estar de las cosas en nuestra cotidianidad de lunes:

‘El balcón, los cristales,
Unos libros, la mesa.
¿Nada más esto? Sí,
Maravillas concretas.

Material jubiloso
Convierte en superficie
Manifiesta a sus átomos
Tristes, siempre invisibles.

[…]

¡Energía o su gloria!
En mi dominio luce
Sin escándalo dentro
De lo tan real, hoy lunes.’
(‘Más allá’, IV)

Eso sí, desde adentro. Celebramos el mundo exterior, al que miramos e intentamos desentrañar, pero desde los adentros. Nuestros sentidos son los que nos ponen en contacto con el exterior y nos lo acercan:


‘Sonreído va el sol
Por la pared. ¡Gozosa
Materia en relación!

Y mientras, lo más alto
De un árbol -hoja a hoja
Soleándose, dándose,
Todo actual- me enamora.

Errante en el verdor
Un aroma presiento,
Que me regalará
Su calidad: lo ajeno,

Lo tan lejano que es
Allá en sí mismo. Dádiva
De un mundo irremplazable:
Voy a por él a mi alma.’
(‘Más allá’, V)

o, por mejor decir: es nuestro propio ser el que se manifiesta en las percepciones del mundo.

Gozosa materia en relación, pero no tanto:

‘Fatalmente, dichosos
Con la tierra y el mar
De alzarse a lo infinito:Un rayo de sol más.

[…]

Toda la creación,
Que al despertarse un hombre
Lanza la soledad
A un tumulto de acordes.'
(‘Más allá’, VI)

cada hombre es una soledad en la multitud, una isla.:

‘Sálvame así, tiempo
Perdido en la orilla
Libre, tanto amor,
Tanto azar, las islas.’
(‘Tiempo perdido en la orilla’)

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