SIGNOS DEDUCIDOS DE LOS TUMORES
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Si en los dos hipocondrios se viese,
Hinchazón, y dureza y dolor,
Es muy malo: si en uno lo hubiese,
Y es izquierdo, el peligro es menor.
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Casi todos aquestos tumores
Que en los dos hipocondrios se ven,
Al principio demuestran temores
Y una próxima muerte también.
Mas si veinte o más días caminan
Sin faltar la febril afección,
Ni los dichos tumores, terminan
Sólamente por supuración.
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Cuando allá en el primer septenario
Fluye bien por la hueca nariz
El sangriento licor necesario,
Tienen ellos alivio feliz.
Si ha dolor de cabeza el doliente,
Si su vista se llega a turbar,
La hemorragia nasal es corriente
Que se debe al instante esperar.
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Y mas bien al enfermo esto pasa
Que treinta años no llega a cumplir,
Que no aquel que este tiempo traspasa
Aún mas años llegando a vivir.
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El tumor que aparece muy blando,
Sin causar un pequeño dolor,
La impresión de los dedos dejando,
Dura mucho sin que haya temor.
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Mas si pasan dos meses y duran
El tumor y la fiebre a la par,
Estas cosas al Médico auguran
Que el tumor llegará a supurar.
Y lo mismo de aquellos tumores
Que en el vientre aparecen do quier
Es preciso pensar, Profesores,
Es preciso lo mismo temer.
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Un tumor con dolor, y muy duro,
De un volumen enorme también,
Es un signo que anuncia seguro
Una próxima muerte muy bien.
Mas si es blando, y el dedo se hunde
A la leve y suave presión,
Si dolor su presencia no infunde,
Suele ser de una gran duración.
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Los tumores del vientre no se hacen
Purulentos abscesos también
Como aquellos tumores que nacen
Y en los dos hipocondrios se ven.
Si aparecen debajo el ombligo,
La experiencia ha sabido enseñar
Que estos mismos tumores que digo
Raras veces se ven supurar.
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Cuando en un hipocondrio aparecen,
Causan una hemorragia nasal;
0 si fijos allí permanecen
Un absceso producen fatal.
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