No me engañe en lo hermoso
No me engañe en lo hermoso
del campo ni del cielo.
No me engañe en el agua,
ni en la luz, ni en el fuego,
ni en la guija, tarde o álamo.
Si idioma son del tiempo
sus palabras contemple,
prosígame en su encuentro,
den belleza al sentido
pero no la pagana
belleza, vano término
que en sí no han consentido;
criaturas no credos.
Lo que yo he de saber
me alza a estos seres bellos,
mas si yo lo supiese
dejarían de serlo.
Camine en mi ignorancia
de su hermosura centro.
Camine en su alegría
que alienta cuanto espero.
Puesto que son camino,
aire, tierra, agua, fuego,
vaya oyéndome andar
entre álamo y viento,
entre río y arena,
entre guija y lucero.
Que ellos guarden mis huellas
en su impoluto sueño
e idéntico a mí mismo
me devuelvan el tiempo
con que yo los miré
creyendo en Dios al verlos.
Esta tierra
No me busques en los montes
por altos que sean,
ni me busques en la mar
por grande que te parezca.
Búscame aquí, en esta tierra
llana, con puente y pinar,
con almena y agua lenta,
donde se escucha volar
aunque el sonido se pierda...
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