¡Actualidad! Tan fugaz/ En su cogollo y su miga,/ Regala a mi lentitud/ El sumo sabor a vida. Jorge Guillén
martes, 2 de junio de 2015
Poemas de "Catedral de la noche" (2) (Ángel Guinda, publicado por Olifante), hoy "Romance de la noche", "El viaje al infinito" y "Aquí estuvo la noche"
ROMANCE DE LA NOCHE
Suave cabalga la noche
en su montura de aire
por cordilleras, desiertos,
glaciares, ríos, volcanes.
Humedeciendo los prados,
refrescándose en los mares,
abrevando cataratas,
cubriendo los cenagales.
Suave cabalga la noche
con sus pezuñas flotantes,
sobrevolando tejados,
perdiéndose por las calles.
Empapuzada de duendes,
reflejándose en cristales;
entre farolas cianóticas,
cuando llora nunca hay nadie.
Tiene las horas contadas
y su soledad lo sabe.
Bajo el circo de los cielos
suave cabalga la noche.
EL VIAJE AL INFINITO
La noche desconoce lo que pasa de día.
Con el corazón en llamas te he buscado.
Con el corazón en los ojos
arañando distancia,
desescombrando ausencia.
Con el corazón bajo los pies
sangrando, avanzando.
Con el corazón en la frente
abriendo zanjas de luz a cabezazos.
Con el corazón al hombro
desatascando el hoy a dentelladas.
Con el corazón agrietado
rompiendo medianiles,
taladrando nieblas dentro de mí,
gritándote: ¡acompáñame
a atizar las brasas del ocaso!
Cada uno arrastra como lombriz sus miedos.
AQUÍ ESTUVO LA NOCHE
Aquí, donde está el día
estrepitoso en pájaros e insectos,
con luz desaforada
como la floración de los almendros,
aquí estuvo la noche:
indescifrable
sarcófago escoltado
por la tratamudez de las lucernas.
Aquí estuvo la noche
y volverá.
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