Un puemita de Alberto Girri, obsequio de viaje de un amigo y que estoy leyendo ahora:
El inerme emperador
se amodorra
escribiendo poemas en un jardín
mientras sus ejércitos
matan e incendian. Pero nosotras,
en la pobreza sin amor,
conservamos alguna relación
con la verdad del infortunio
del hombre: dicen
las tardías flores, no dañadas
por los insectos y sólo
a la espera del frío.
Besos,
mariana
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