A Roksana Niewadzisz
Y todo acaba...
Sin ser vistas,
las manos nacen ciegas.
Fueron paridas ciegas
a tientas por sus brazos.
Aleteando
en la grandeza inútil
de sus sombras.
Tocando lo negro
de una aurora ciega.
Todo se mancha
desde el vientre
hacia fuera.
Nunca hubo
algo más inútil.
Joao Gonçalves
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