lunes, 17 de diciembre de 2007

Aprendiz de poeta (Breve antología de Pedro Salinas)

(CAMINO DEL POEMA)
I
Las cosas
Al principio, ¡ qué sencillo,
allí delante, qué claro!
No era nada, era una rosa
haciendo feliz a un tallo,
un pájaro que va y viene
soñando que él es un pájaro,
una piedra, lenta flor
que le ha costado a esta tierra
un esmero de mil años.
¡Qué fácil, todo al alcance!
¡Si ya no hay más que tomarlo!
Las manos, las inocentes
acuden siempre al engaño.
No van lejos, sólo van
hasta donde alcanza el tacto.
Rosa la que ellas arranquen
no se queda, está de paso.
Cosecheras de apariencias
no saben que cada una
está celando un arcano.
Hermosos, sí, los sentidos,
pero no llegan a tanto.
Hay otra cosa mejor,
hay un algo,
un puro querer cerniéndose
por aires ya sobrehumanos
—galán de lo que se esconde—,
que puede más, y más alto.
Un algo que inicia ya,
muy misterioso, el trabajo
de coger su flor al mundo
—alquimia, birlibirloque-
para siempre, y sin tocarlo.

(De Todo más claro)

Pedro Salinas, Generación del 27

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