Pero sigamos reflexioando sobre ‘Al aire de tu vuelo’ (¿a que no soy terco?).
Hemos hablado con anterioridad del hombre como objeto paciente y como agente de la realidad. Los sentidos, decíamos, fijan la idea que se forma del mundo, al tiempo que a través de ellos fija su atención en el mundo bajo la perspectiva de su propia sensibilidad. Detallemos, pues, en ‘Al aire de tu vuelo’, todos los momentos en que intervienen los sentidos, por ver si tienen algo más que declararnos.
MÁS ALLÁ
I
(El alma vuelve al cuerpo,
Se dirige a los ojos
Y choca.) -¡Luz! Me invade
Todo mi ser. ¡Asombro!
Intacto aún, enorme,
Rodea el tiempo. Ruidos
Irrumpen. ¡Cómo saltan
Sobre los amarillos
Todavía no agudos
De un sol hecho ternura
De rayo alboreado
Para estancia difusa,
Mientras van presentándose
Todas las consistencias
Que al disponerse en cosas
Me limitan, me centran!
[…]
Y la mañana pesa,
Vibra sobre mis ojos,
Que volverán a ver
Lo extraordinario: todo.
[…]
A ciegas acumulo
Destino: quiero ser.
Ser, nada más. Y basta.
Es la absoluta dicha
¡Con la esencia en silencio
Tanto se identifica!
[…]
Y a la fuerza fundirse
Con la sonoridad
Más tenaz; sí, sí, sí,
La palabra del mar!
[…]
Soy, más, estoy. Respiro.
Lo profundo es el aire.
La realidad me inventa,
Soy su leyenda. ¡Salve!
MÁS ALLÁ
II
[…]
vaguedad
Resolviéndose en forma
De variación de almohada,
En blancura de lienzo,
En mano sobre embozo,
En el tendido cuerpo
[…]
MÁS ALLÁ
III
[…]
Irreductibles, pero
Largos, anchos, profundos
Enigmas –en sus masas.
Yo los toco, los uso.
[…]
MÁS ALLÁ
IV
El balcón, los cristales,
Unos libros, la mesa.
¿Nada más esto? Sí,
Maravillas concretas.
Material jubiloso
Convierte en superficie
Manifiesta a sus átomos
Tristes, siempre invisibles.
[…]
En mi dominio luce
Sin escándalo dentro
De lo tan real, hoy lunes.
Y ágil, humildemente,
La materia apercibe
Gracia de Aparición:
Esto es cal, esto es mimbre.
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