Plenitud
Los nombres alcanzan la estatura de las cosas
cuando se queman y se destruyen en el interior de la palabras,
cuando lo escrito ha alcanzado su estatura plena.
Puede nombrarse lo conocido, lo que aún está por conocerse,
lo que está debajo de los zapatos, del final de una letra,
lo que está haciendo que una piel viva y se estremezca,
porque los nombres cambian cuando se da un paso
y se camina hacia otro día que ha cambiado el espectáculo
y a veces en ese proceso el hombre ha arrancado otro nombre
y nombra de otra manera la piel que se ha arrancado
y también lo que nunca conocerá, de un golpe.
Sin nombre
Los días pasados están entre nosotros,
son parte de nuestro cuerpo y casa,
de los muebles que hemos usado y quemado,
que jamás volveremos a ocupar.
Tu voz reposa en mis cabellos 1avados
y mi voz te exalta en la historia actual,
en los días que se marcharon en el camión
de mudanza, en nuestros cuerpos atropellados.
La historia de esos días está en mis manos
que te piensan para ayudarte a desnudar
ante la impaciencia de los muebles presentes
y de mi voz en tu voz como en un pozo.
La historia que hemos usado para hablar de la muerte.
Nombre de voces
Nuestras voces se encuentran como nuestros cuerpos
hundiéndose en la claridad donde nada podemos ver
pero que al sentir estamos viendo y oyendo todo
pegados a esa oscuridad que hablamos para no decir nada.
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