CONSEJOS (III)
Trata siempre a los demás mejor de lo que merecen; y a ti mejor de lo que tratarías a los demás al tratarlos mejor de lo que merecen.
Hay que estar siempre esforzándose en dos cosas: en buscar trabajo y en procurar que lo hagan los otros.
El que no es bastante hábil para pegar primero, tiene otra solución: dejarse pegar y caer en seguida para acabar pronto.
No quieras demostrar jamás tu incompetencia a los otros, así, si no te la reconocen, será con razón.
Hay que pagar mal a los empleados buenos, para darles ocasión de demostrar que velan desinteresadamente por nuestra prosperidad.
La iniciativa es un don del cielo; el que no la tenga que pida consejo a los demás y que luego lo siga si quiere acabar mal.
Si intervienes en los negocios de otros, ellos pensarán siempre que buscas un provecho; mejor para ti si no se equivocan.
Calumnia, que los otros en venganza te calumniarán a ti y así conseguirás que se diga de ti algo interesante.
Si te interesa que corra una voz, habla de la cosa en confidencia con otros y diles que hagan de ella el uso que su discreción les aconseje.
Antes de tener una mala compañía es preferible ser la mala compañía de otro; es menos peligroso y más divertido.
Si te preguntan: ¿Conoce usted a fulano?, contesta cerradamente: ¡No! Después entérate del motivo de la pregunta.
En el comercio es bueno crear en el cliente la necesidad de adquirir un artículo y en la conversación es bueno crear en el otro la necesidad de decir algo; ambas cosas nos descansan, una de trabajar y otra de hablar.
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