Hoy de cada día
Solo puede darte el hoy de cada día,
un hoy cambiante y de sabor a brea
en giro de veletas -fersca brisa-.
Y un campo de arena cercado de aire,
en ramo de sueños pintados de luna.
No le pidas más, te da cuanto tiene,
su voz y su cuerpo, el beso y la risa,
un lecho de estrellas, un techo de humo.
Serán siempre tuyos poemas y versos
-cuando ya no esté también serán tuyos.-
Te ofrece su hoy, te da cuanto tiene,
su palabra escrita en instante eterno,
de imposible olvido en sangre de tinta.
Evocación
Se sumerge en la marea de tus ojos
para emerger de honduras nuevamente.
Con su tacto perfila tus facciones,
dibuja tu semblante en la memoria.
Guardará tu rostro entre las aguas
de la profunda corriente del recuerdo,
donde ha de alzar su templo de silencios
para iniciar el rito de evocarte...
Sobre este mundo vuestro tan sin tiempo,
sin nunca, ni jamás, ni ahora, ni siempre.
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