LÓGICA EXTRAÑA
-Todo, todo en el mundo
crece cuarenta metros por segundo.
Esto decía un loco a cierto sabio
que visitaba un día el manicomio,
y al oír inferir tan rudo agravio
al sentido común, con vehemente
celo, digno de encomio,
quiso pulverizar rápidamente
a afirmación absurda del demente.
...Inútilmente, en vano busco el modo:
cortole el paso esta verdad probada:
-"A crecer cuanto ve nuestra mirada,
creciendo nuestros ojos, como todo,
no crecería a nuestros ojos nada".
Pensó que si el absurdo aconteciera,
creciendo todo en proporción debida,
eternamente igual la razón fuera
entre lo mensurable y la medida.
No encontró medio el sabio
de combatir del loco el desvarío,
y dijo al fin con balbuciente labio:
-Por más que me es sensible
tu afirmación extravagante y vana,
yo no puedo probar que es imposible...
¡Es limitada la razón humana!
¡Dios la hizo así!
-¡No hay Dios!
- ¡Cállate, impío!
¿Podrás probarme acaso
que Dios no existe?
-Y de que yo no pueda
probarlo ¿no resulta el mismo caso
de antes? ¿O quieres que a tu juicio ceda?
Hay Dios: corriente; concedido queda,
pues no puedo probar que Dios no existe;
pero te exijo -y la razón me asiste,
y así, en tu misma lógica me fundo-
que has de admitir el hecho extraordinario,
de que todo en el mundo
crece cuarenta metros por segundo,
pues no puedes probarme lo contrario.
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