Ramón Dachs, Codex Mundi, escritura fractal completa, Amargord ediciones, 2012
Hablar todavía hoy de Ramón Dachs en el ámbito castellanohablante es conversar acerca de un poeta secreto. Su obra, poco conocida y con una difusión muy escasa, nos ha ido llegando a través de catálogos de exposiciones, reseñas breves y algunos otros apuntes. Incluso boca a boca, o mediante encuentros en sus exposiciones. Nadie o casi nadie se ha interesado por sus publicaciones en Germanía o Espiral Maior. Tal vez esto sea debido a su condición de poeta no sujeto a los cánones, a las lenguas o a los territorios explorados. Los pioneros se enfrentan siempre al peaje de la incomprensión y de la ignorancia, ignorancia que tiende además, en numerosas ocasiones, a la ocultación o al ninguneo. Por ello, sería conveniente adscribir a nuestro poeta a la escritura en libertad, cercano a las poéticas no lineales y dentro de ellas, a la escritura fractal.
Y claro, ¿qué suponen este tipo de escrituras dentro de un canon falsamente realista? El margen en el margen, más propio de lo visual que de lo poético. Sin embargo, calificar al poeta que nos ocupa de poeta visual engañaría a sus lectores. Porque la poesía de Dachs, puede y debe leerse, o más bien asistir a ella como a una experiencia total, donde el lector/contemplador tiene siempre la última posibilidad de reconstrucción. Interesa, llegados a este punto, escuchar sus propias palabras, con el objeto de entender la tradición literaria con la que se identifica: “Me parece que mis poéticas no lineales entroncan bien con las tradiciones post-mallarmeanas y con las oulipianas, en efecto. Es una genealogía bien planteada. A completar con las figuras de Llull y sus epígonos (Bruno y Leibniz), Protágoras, la arquitectura gótica, la dodecafonía mínima de Webern, la poesía concreta, el Barthes de Le degré zero de l’écriture, la teoría de fractales de Mandelbrot….”. Esta genealogía nos informa bien de sobre qué estamos hablando y nos sitúa en el terreno siempre fértil del pensamiento, de la innovación y de la incertidumbre. Incertidumbre, sí, puesto que toda poesía, cuando es excelente, busca crear incertidumbre en el lector, para que así pueda hacerse preguntas, reflexionar por sí mismo, evitar el pensamiento único.
La edición que ha preparado exquisitamente Jesús Malia dentro de Amargord ediciones recoge la “escritura fractal completa” de nuestro autor. El grafismo de esta edición ha corrido a cargo de Julio Reija y se trata de un trabajo complejo, que realza la propia edición de una escritura ya de por sí difícil de editar. Esta escritura fractal completa se compone de dos ciclos: “Codex mundi” y “poema de poemas”. Ambos ciclos se complementan con documentos que intentan explicarlos y/o complementarlos. Estamos por tanto ante una edición que intenta dejar constancia no solo de la obra desnuda sino también de los documentos gráficos que puedan enriquecerla. Esta sistematicidad tiene mucho que ver con la propia manera de trabajar de Dachs, ya que se intentan apresar todas las posibilidades a través de modelos matemáticos que tienen que ver con la creación de fractales poéticos a través de escrituras no lineales. Sin embargo, no tienen que asustarnos estos apriorismos, estos puntos de partida que en Dachs están explícitos. El buen hacer del poeta nos permite el disfrute estético sin deber, necesariamente, conocerlos.
El primer ciclo, Codex Mundi, nos permite apreciar la relación entre poesía y geometría mediante la contemplación de determinadas figuras circulares formadas por palabras representativas. En el interior de cada figura se establecen dos puntos que el lector puede unir libremente. Adentrarse en el mosaico que conforman las figuras permite el autoconocimiento y la contemplación, a la par que otorgan un valor iniciático al lenguaje, ofreciendo así el verdadero trabajo del poeta que tiene que ver con el lenguaje en todas sus dimensiones: sentido, fonética, etc. Obra desasosegante y armónica al mismo tiempo, obra completa y abierta este codex mundi, celebra con nosotros la epifanía de la memoria y la palabra. Dos lenguajes que se unen para una significación mayor. Ciencia y poesía en un sentido trascendente, elevador. Recuerda la obra de Dachs a las reflexiones de Gómez de Liaño, a los poemas de Scala y a la abstracción geométrica de la pintora Guadalupe Luceño.
Respecto a “poema de poemas, puesta en escena del silencio” Dachs propone nuevas figuras y combinaciones numéricas para explicarlas. Las fotografías recogen la instalación que se hizo de tales figuras en Francia, Barcelona y Argentina entre los años 2006 y 2007. El exquisito montaje llevado a cabo por la maquetación de Reija nos permite apreciar bien el magnetismo del propio recorrido expositivo. Además de las fotografías se nos entregan las nuevas figuras geométricas esquematizadas y realizadas en alzado. Los textos que acompañan a las figuras procuran, de forma casi hipertextual, incitar a una contemplación más activa de las propias figuras.
Ambos ciclos son, en definitiva, una excelente vía de aproximación a la excelente obra de Dachs, una de las pocas verdaderamente nueva, contemporánea y pionera dentro del saldo que arroja la creación postmoderna. Debe ser el lector quien complete su significado, así como le compete a él mismo rematar esta reseña con la propia lectura del libro.
Luis Luna
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