38
quinto
ritual
En la cima de un candelabro piramidal,
frente a la cruz vacía de Cristo,
que es todavía acogida
-pues la madera
es cuna para la muerte-,
frente al vacío de Dios,
deposito la llama y digo:
arde en amor,
aunque sea el amor del vacío
donde el existir se mece,
y ahuyenta con tu fuego
el ojo
de la que acecha
tras los muros del tiempo.
41
Ahora que el sol se acerca al meridiano,
una mariposa vela
en círculos alrededor de la encina
como una corona alada.
Por su levedad
convoco una sonrisa
de pétalos ligeros
y una lanza de luz
convierte en pluma
el desierto que avanza.
El ave de la noche
se hunde en el vacío
y abandona su peso:
no camines con el tuyo.
Cada decisión excede
al que se ha decidido
y fluye, y se ensancha,
más allá del proyecto.
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