Puede en amor la discreción obrarse
cuando se siente amor tibio o ligero,
que no teme peligro el verdadero
ni puede con razones desviarse.
Es allegarse más el apartarse,
y el duro corazón más fuerte y fiero
viene a encenderse más que de primero
con lo que más espera remediarse.
Por donde, en este mal tan congojoso,
sufrir es el más sano regimiento,
pues otro que aproveche no se halla;
y el que en buscar remedio es presuroso
sé que vendrá a sentir lo que yo siento,
que la salud más cierta es no buscalla.
Amor, pues me guiaste a vela y remo
por el dichoso mar de la esperanza,
¿cómo permites que de tal bonanza
se levante fortuna en tal extremo?
Si el grado en mi esperar fuera supremo,
pudiérasle bajar con tal mudanza,
mas dime en qué fundaste tu venganza,
si tanto no esperé cuanto ahora temo.
Responder se me puede de tu parte
que todo lo que digo y lo que siento
es tratar de razón do no hay ninguna;
mas quiero en pago de esto asegurarte
que nunca mudarán mi pensamiento
tu bonanza jamás, ni tu fortuna.
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