46
Se ha perdido una nota.
No sabemos el compás ni la escala,
pero la obra se descompone hacia el poniente
como una flecha rozada al pasar por una pluma.
Se ha extraviado una línea.
No sabemos la figura o el cuadro,
pero la imagen se acorrala contra un borde
como una fiesta en cuyo centro cae un fruto negro.
Se ha borrado un matiz.
No sabemos en qué zona o qué mundo,
pero esa casi nada irreparable
lo hiere todo para siempre.
50
Somos el borrador de un texto
que nunca será pasado en limpio.
Con palabras tachadas,
repetidas,
mal escritas
y hasta con faltas de ortografía.
Con palabras que esperan,
como todas las palabras esperan,
pero aquí abandonadas,
doblemente abandonadas
entre márgenes desprolijos y yertos.
Bastaría, sin embargo, que este tosco borrador
fuera leído una sola vez en voz alta,
para que ya no esperásemos más
ningún texto definitivo.
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