Alguien dijo en el último foro organizado por Patrañas que ya no hay cristos para hacer milagros, pero ayer mismo ocurrió que A. Gamoneda hablaba de la poesía de la pobreza, que es la poesía. Eso sí, añadía que sin desmerecer a la poesía que se hace aprendiendo de la pobreza. Cierto, ya no hay cristos, pero quedan hombres como Gamoneda para decir milagros. Estamos rozando el día en que la pobreza será también el discurso del poder. Ese día no sé qué va a ser de nosotros, pero este viernes noche, nuestros serán los evangelios, aunque tendremos que pagar el vino, que el Foro de Patrañas no era la boda de Canaan, todavía.
Día 27 de abril a las 21,30 h., la nueva cita con la literatura más nueva y más espectáculo y más vivificante y más rayo que se escribe entre nosotros, en este mundo de pobres que adoran a Gamoneda. En lo de Mario, allí es la cita y la fiesta y no se agotará el vino. Es una función inolvidable y abierta para todos los que creéis en los otros, para todos los desaforados y forajidos, para todos los pobres.
Viernes, 27 de abril, 21,30 h., Avd. Fuenlabrada, nº 12-posterior, Leganés (Madrid).
Andrés Mencía
4 comentarios:
Ya, ya sé que no quieres comentarios pero... oye, conoces algo de Agutín García Calvo? hablando de pobreza y no precisamente de espíritu, si es que eso existe pero como frase hecha no está mal...
Saludos, mañana estaré por allí.
Marga
Hola Marga.¿Quién te dijo que no quiero comentarios? Por alguna razón se pueden hacer.
Arriba he colgado un poema de Agustín García Calvo. Sobre la pobreza...no sé.
Añadiré también un enlace a una coferencia suya.
¿La pobreza el discurso del poder? ¿pero en que mundo vives?, la pobreza es el discurso del poder desde la gestación del propio poder, desde que el hombre decidio tener excedentes alimenticios y se elegian al "big-man" para su defensa y a los que escuchan a los dioses como distribuidores de este excedente.
Querido y anónimo amigo:
alguna vez se ha expresado con más acierto mi maestro. En aquella ocasión me hablaba de cierto pueblo(no mepidas que lo ubique)en el que los hombres, tras enriquecerse, agotaban toda su fortuna (literalmente) en convidar a sus iguales. Era ésta la forma de ganarse el respeto de su pueblo y aspirar a puestos de representación y responsabilidad civil.
A algo como esto puede que se anduviera refiriendo, sin entrar en más detalles.
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