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Láora ha estado esta tarde en una exposición de Angelina Beloff, querida Quiela:
y me ha traído el catálogo para compartirlo conmigo. ¡Qué encanto!
No sé si conocía mi gusto por Angelina, no recuerdo que hayamos hablado de pintura, pero dice que me lo trajo con la intención de animarme a salir alguna vez, que la belleza hay que buscarla detrás de las paredes.
Y como siempre, duélete, el cuadro que abre el catálogo es de Diego: Angelina y el pequeño Diego.
Ya sabes tú, querida Quiela, lo mucho que estimé a Diego, pero me rebela que sólo se hable de Angelina Beloff a través de él. Parece que la cultura sigue siendo una cosa que hacen los hombres para seducir a las mujeres.
Aunque de ejemplo, nosotros. Tú misma creo que lo que más amabas de mí eran mis versos y recitados. No recuerdo que me hayas pedido alguna otra cosa con tanto entusiasmo. Aún escribo y recito, querida Quiela.
De todo modos, ese cuadro me encanta, querida Quiela. Es a ti a quien veo y al pequeño Noné. Es el poema que nunca pude componeros. Hasta te veo balancearte en él, meciendo al crío.
Aún así, me quedo con 'La avenida Hidalgo vista desde Bellas Artes'. ¡Y que no ganara Angelina con este cuadro el concurso de Excélsior! ¿Quién puede pintar mejor la ciudad de México?
Alguna vez dijo estar pintando como si borrara todo, como si quisiera borrarse a sí misma. Pero en este cuadro lo que hace es captar la atmósfera viciada y fresca de la ciudad.
¿Y tú eres humo, querida Quiela? No te borres, querida. No sigas por ahí.
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